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Las estaciones de esquí de la provincia de Huesca preparan la apertura en medio de la polémica por la ampliación de Castanesa

Estación de esquí de Formigal.

Pablo Alvira Fuertes

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Las cinco estaciones de esquí del Grupo Aramón (Formigal, Panticosa, Cerler, Javalambre y Valdelinares) y las de Astún y Candanchú trabajan de forma conjunta para preparar una temporada segura. Los complejos se ocupan de cumplir los protocolos aprobados por la Asociación Turística de Esquí y Montaña de España (ATUDEM) así como las medidas sanitarias que puedan dictaminar las autoridades. No obstante, desde el propio grupo han desarrollado acciones propias “para garantizar la seguridad”. Si la meteorología y la situación global de la pandemia en el país lo permiten, el mes de diciembre se augura la apertura de la campaña.

La minimización de los contactos ha hecho fomentar la venta online de forfaits, el envío a domicilio o el lanzamiento de tarjetas post-pago como el Abono Flex o con garantía covid. Esta garantía cubre las eventualidades generadas por el virus. El pasado jueves se lanzó el forfait Ski Pirineos con un 25% de descuento y el Abono Flex, un nuevo forfait en el que solo pagas los días que esquías. En cuanto a la práctica de deporte, no sufrirá limitaciones porque es un deporte individual pero tendrá las restricciones de aforo correspondientes en el sector de restauración.

La mascarilla será obligatoria en el interior de todos los bares, cafeterías y restaurantes. Como en todo Aragón, se suprime la actividad relacionada con el ocio nocturno y los conciertos apres-ski. La estación de Formigal estará disponible para su uso el nuevo telesilla Lanuza, con seis plazas y 2.500 metros de longitud. Por otro lado, el Grupo Aramón sigue trabajando en el acondicionamiento del valle de Castanesa, dentro de la ampliación de la estación de Cerler. Este nuevo sector contempla cuatro remontes, una carretera de 7 kilómetros hasta el frente de nieve y un aparcamiento. El primer telesilla se instalará el año que viene.

Castanesa: un valle dividido

El divulgador ambiental y miembro de Ecologistas en Acción Paco Iturbe, señala su disconformidad e indignación por estas obras: “Es un valle de un tremendo valor cultural, natural y patrimonial. Tiene pastos de gran valor, es el sustento del valle. Además es una zona donde apenas hay nieve, es solana. Y con el cambio climático es más absurdo, en 15 años no va a tener ninguna utilidad”. Indica que la solución planteada de crear nieve con los cañones de nieve es insuficiente, por su gasto energético y económico.

“Sería un gasto brutal. En el plan de impacto ambiental de 2010 no se incluye esto. Habría que ver el gasto de agua que se realiza. Ni si quiera es fiable a aparte de las temperaturas por el tema del agua. Es una zona de alta montaña con pocos arroyos de escaso caudal como para abastecer a los cañones. No hay agua ni dejando seco de arroyos la zona”, explica. En aquél plan, tampoco incluía nada relacionado con osos, que ahora habitan en estas montañas. Caduca este diciembre, pero se amplía un año más como consecuencia de la pandemia sin ningún nuevo estudio de innivación.

Aunque quien está a favor y quien está en contra, pero la irrupción de Aramón en el valle de Castanesa ha cambiado la vida de sus habitantes. “Me decían los del pueblo que hasta ahora en el bar se hablaba de cuándo subían al ganado, de cuánto pagaban el kilo de carne en la lonja. Ahora se habla de si vas a vender o no o de cuanto te pagan a ti y al otro”, destaca Iturbe. Una de las claves por las que se ha llevado a cabo esta obra ha sido para frenar el descenso de población que sufre esta zona de Huesca.

No obstante, Iturbe lo tiene claro: “La estrategia que siguen es dividir a la sociedad. Tienen que expropiar a muchísimos vecinos que no quieren vender sus tierras porque son ganaderos y se quedan sin medio de vida. Ha habido amenazas incluso. Se han invertido decenas de millones, es una barbaridad para un valle que tenía 300 habitantes. Es un modelo que no asienta población, solo sirve para echarla. O bien porque a la gente le ha caído dinero y se ha ido, o bien porque eran ganaderos que han decidido vender sus tierras y se han ido también”, concluye. 

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