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Un verano a casi 40 grados: el infierno de las residencias de mayores en Huesca

Protesta del personal de las residencias

Óscar F. Civieta

Huesca —

Las residencias del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) en Huesca, en las que el usuario medio es una persona anciana, están acusando las altas temperaturas de este verano, hasta el punto de alcanzar los 38 grados como han denunciado en los últimos días. Los trabajadores y las personas atendidas se enfrentan a un problema recurrente al que, hasta el momento, no se ha puesto una solución definitiva ante la falta de presupuesto que aduce la Consejería de Ciudadanía y Servicios Sociales del Gobierno de Aragón.

En las residencias de mayores Ciudad de Huesca y Sagrada Familia se han sucedido en los últimos meses las protestas por la falta de personal, a lo que se añaden ahora inconvenientes añadidos como la propia configuración arquitectónica de la primera de ellas, con paneles acristalados en su exterior, que facilitan el paso de los rayos solares y generan un efecto invernadero; la segunda, con la instalación de un sistema de climatización paralizada por falta de presupuesto.

Trabajadores y ancianos pagan con la misma moneda y los sindicatos se ven así impelidos a denunciar una situación que tildan de “agónica”. Hasta el punto de que cuestionan las acciones de la dirección, que ha invertido en aparatos de aire acondicionado “que no alcanzan a todos los residentes”. La gran mayoría de ellos rebasan los 80 años de edad, el 80 % necesita ayuda para las actividades del día a día y un 75 % padece deterioro cognitivo en mayor o menor grado.

En la Sagrada Familia solo se dispone de aire acondicionado en los comedores de dos de las tres plantas, despachos, enfermería, vestíbulo y consulta del médico, pero no en los pasillos o en las habitaciones de los ancianos. El compromiso arrancado a la dirección, según los sindicatos, se refiere a más allá del próximo verano, mientras que desde el Ejecutivo autonómico se apunta que la prórroga de los presupuestos ha ralentizado esta cuestión.

Las altas temperaturas no solo afectan a los trabajadores, sino que también, “y en cierto modo”, según Ciudadanía y Servicios Sociales, también las padecen los residentes. Este intenso calor se circunscribe a parte de la residencia, ya que la otra parte de la Ciudad de Huesca ya se encuentra “bien climatizada. El centro está paliando la situación aumentando la hidratación o la aireación de la parte afectada de la residencia”, indican estas fuentes.

Por su parte, Comisiones Obreras recuerda que “la situación no es nueva” y que ya en 2014 el sindicato denunció “las altas temperaturas en este centro durante la ola de calor de aquel año. Tras esas protestas se logró acondicionar algunas salas, pero no fue suficiente”. Desde entonces, CCOO ha seguido “trabajando y se consiguió que se elaborara un proyecto que no se ha llevado a cabo por una cuestión presupuestaria”.

40% más de personal

Los trabajadores han ido llevando a cabo parones semanales con los que denuncian, asimismo, la precariedad laboral, con muy escasas altas en los últimos tiempos y sin que exista la posibilidad de realizar sustituciones en verano, un momento delicado del año puesto que los cuidadores familiares se toman un descanso y la carga de trabajo para los que se quedan llega a ser “inasumible”. Se trata de centros tipificados para personas mayores en situación de dependencia y estas requieren atenciones cada vez más especiales.

Los trabajadores se han unido a través de la Central Sindical Independiente (CSIF) y del Sindicato de Auxiliares de Enfermería (SAE). Además, se está llevando a cabo una recogida de firmas. No es una situación nueva. Se ha ido enquistando con el tiempo y se agrava además con el cambio de perfil de las personas atendidas. Aunque la actual es la etapa crítica del año, las dificultades son constantes durante los 12 meses.

En Huesca, tanto la Sagrada Familia como el Ciudad de Huesca cuentan con medio centenar de trabajadores y se estima que haría falta, en ambos casos, un 40 % más para cubrir todas las plazas necesarias: auxiliares, pero también de pinches de cocina, ordenanzas, personal de limpieza… “La falta de personal se traduce en la acumulación de días de libranza pendientes, estrés, depresión, ansiedad y sobrecarga física”.

Sus quejas llegaron incluso a las Cortes de Aragón, donde el grupo de Cambiar Huesca en la Diputación registró una pregunta, a través del Grupo Parlamentario de Izquierda Unida, acerca de las ratios que actualmente se están dando en los centros públicos y si ha establecido algún incremento en las plantillas que haya permitido mejorarlas. Así mismo, interpeló al Ejecutivo autónomo sobre si ha iniciado la actualización de la normativa que afecta al servicio, especialmente a las cargas de trabajo, y, si no lo ha hecho, cuándo tiene previsto realizarlo.

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