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Sobre este blog

Arsenio Escolar es periodista y escritor. Con sus 'Crónicas lingüísticas del poder' –información, análisis y opinión de primera mano–, entrará semanalmente en elDiario.es en los detalles del poder político, económico, social... y de sus protagonistas. Con especial atención al lenguaje y al léxico de la política.

El salto de Yolanda Díaz

La vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. EFE/Cati Cladera/Archivo

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Más allá de los grandes titulares que generan, los Barómetros del CIS están llenos de letra pequeña muy valiosa. En el que se ha conocido este lunes, además de los grandes titulares (el PSOE ganaría con amplio margen unas hipotéticas elecciones generales, el PP sería el partido que más crecería, Vox se asentaría en la tercera posición, Unidas Podemos se recupera un poco, Ciudadanos seguiría cayendo...), se advierten unas letras pequeñas muy significativas: Yolanda Díaz, vicepresidenta tercera del Gobierno desde hace pocas semanas y ministra de Trabajo desde hace 15 meses, pega un salto en el escalafón de valoración por la opinión pública y prácticamente iguala en nota a las dos miembros del Gobierno más valoradas: la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Nadia Calviño, y la ministra de Defensa, Margarita Robles. Y lo que es más significativo: Díaz pega un salto apoyada por toda la izquierda, no solo por Unidas Podemos (UP). Tanto los votantes de UP en las generales de noviembre de 2019, por cuyas filas concurrió, como los del PSOE o los de Más País ponen nota muy alta a Díaz, lo que no ocurría con Pablo Iglesias, su antecesor en la vicepresidencia por el socio minoritario del Gobierno, UP.

Un examen al detalle de los datos de este Barómetro y del anterior con valoración de los miembros del Gobierno, en enero pasado, hace tres meses, da muchas pistas del por qué de este salto de Díaz. En ambos, los encuestadores piden a los encuestados que les pongan nota, del 1 al 10, a cada nombre del Gobierno. En el de enero, Yolanda Díaz lograba un 4,6 de nota media, y empataba con el entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa, superados ambos ampliamente por Margarita Robles (5,1) y por Nadia Calviño (5,0). En el de abril, el que se ha hecho público ahora, Díaz mejora seis décimas, hasta el 5,2, y solo está superada –por muy poco– por Calviño y Robles, con el 5,3. La mejora de la titular de Trabajo se produce en todo el ámbito de la izquierda. Los votantes de la formación por la que concurrió a las elecciones –UP– le ponían en enero un 7,3 y ahora le dan un 7,8; los del PSOE le suben del 6,0 al 6,7; los de Más País, del 6,6 al 8,0; los de ERC, del 5,1 al 5,5. 

Las notas que obtuvo Pablo Iglesias en enero, en su último Barómetro con valoración propia antes de salir del Gobierno, eran mucho más discretas, incluso entre sus propios votantes: 3,3 en la media total; 6,1 entre los votantes de Unidas Podemos; 4,2 entre los del PSOE; 4,3 entre los de Más País; 5,0 entre los de ERC. Va a tener razón Iglesias en su apuesta por el liderazgo futuro de Yolanda Díaz en la formación morada. La abogada gallega puede aspirar a romper el techo electoral que alcanzó el profesor madrileño.

Su reciente ascensión en el escalafón del Gobierno, de ministra rasa del socio minoritario a vicepresidenta y jefa de esa minoría, y este salto reputacional que le da ahora el Barómetro del CIS parece que abren también una nueva etapa en las relaciones internas de los dos socios del Gobierno de coalición. “Voy a tender puentes, la política del ruido y los muros no conducen a nada”, decía Díaz en una entrevista en elDiario.es hace menos de dos semanas. “Yo no ordeno y mando, quiero un liderazgo no confrontativo y no jerárquico”, añadía. Parecían enmiendas muy educadas –o muy eufemísticas– al desempeño de Iglesias dentro del Ejecutivo.

Lo que genera más incertidumbres es otra relación, u otra interacción: la de la vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz, con su inmediata superior en el escalafón ministerial, la vicepresidenta segunda, Nadia Calviño, ambas en áreas económicas y con posiciones en muchos asuntos muy alejadas. En los quince meses que lleva el Gobierno, Díaz ha sido uno de los miembros de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos que más ha debatido con la presidenta de ese órgano, Nadia Calviño. La Comisión Delegada es el órgano donde realmente se deciden muchos de los grandes asuntos económicos, antes de llevarlos al Consejo de Ministros. En ella está más de medio Gobierno. Hay 11 ministros del PSOE –Calviño, María Jesús Montero, Ribera, González Laya, Ábalos, Celaá, Maroto, Planas, Iceta, Duque y Escrivá– y 2 ministros de Unidas Podemos –Díaz y Garzón–, pero no siempre los posicionamientos concretos en algunos temas siguen las disciplinas de cada partido. En algunos de sus debates con Calviño, Díaz ha logrado apoyos socialistas. 

Ahora la ministra de a pie ha pasado también a ser la número dos de facto de este importante órgano gubernamental. Y bastante más empoderada que hace pocas semanas. En el Barómetro de este lunes, Calviño logra una nota media general de 5,3, una décima más que Díaz. Entre los votantes del PSOE, un 6,7, igual que Díaz; y entre los de Unidas Podemos, un 5,4, bastante más baja que los 7,8 que obtiene Díaz. La pugna no va de notas en el Barómetro, lógicamente, pero el debate interno va a seguir, con tantos temas económicos relevantes como el Gobierno tiene sobre la mesa: fondos europeos, pensiones, mercado laboral, alquileres, inversiones y reformas varias... Eso sí, se hará sin ruido, o con bastante menos ruido que en los tiempos de Iglesias.

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Arsenio Escolar es periodista y escritor. Con sus 'Crónicas lingüísticas del poder' –información, análisis y opinión de primera mano–, entrará semanalmente en elDiario.es en los detalles del poder político, económico, social... y de sus protagonistas. Con especial atención al lenguaje y al léxico de la política.

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