Beech Street: la calle de la City de Londres donde se quiere prohibir todos los coches diésel y de gasolina
Prohibir todos los vehículos diésel y de gasolina será la nueva medida que la City of London, el distrito financiero de Londres, tomará a partir de marzo en una de sus calles, Beech Street. La autoridad del centro de negocios más grande del mundo impondrá multas de hasta 130 libras (150,50 euros) a quienes infrinjan la restricción y prevé reducir la velocidad máxima a 25 km/h en todas sus vías para cumplir sus planes de acabar con la polución en 2030.
“Se trata de una actuación pionera que beneficiará la salud de las personas que viven y trabajan en la zona y ayudará a reducir el ruido también”, explicó el responsable de planificación urbana y transporte, Oliver Sells.
La mejora de la calidad del aire forma parte de la agenda política tanto del alcalde de Londres, Sadiq Khan, como de la autoridad independiente de la City of London Corporation, una entidad de origen medieval con rituales solemnes que regula el funcionamiento del barrio financiero.
Durante los últimos años, múltiples estudios han alarmado sobre los niveles de contaminación en Londres y los dos centros más prestigiosos de investigación en este tema, el King´s College y el Imperial College, han estimado que, al menos, cuatro hospitalizaciones al día y el 10% de los casos de asma infantil se relacionan con la mala calidad del aire de la ciudad.
Esta misma semana, una nueva investigación se ha anunciado para determinar la muerte en 2013 de la niña de 9 años Ella Kissi-Debrah, que sufrió tres años de convulsiones en su domicilio junto a una avenida de gran tráfico y realizó 23 visitas al hospital por ataques de asma en días donde se registraron episodios de alta contaminación.
En abril de 2019 Londres empezó a aplicar una zona de ultra bajas emisiones en la que los coches diésel que no cumplan la normativa EURO 6 y los coches de gasolina sin la acreditación EURO 4 deberán pagar 12,50 libras (14,60 euros) por transitar por el centro. Esto se suma a las 11,50 libras (13,50 euros) que cualquier vehículo tiene que pagar de 07:00 a 18:00 por el impuesto del Congestion Charge, creado en principio para reducir los atascos. En total, los coches y motos que no cumplan los requisitos tienen que abonar 24 libras (28 euros), y los camiones, autobuses y autocares 100 libras (117 euros) al día.
Según un informe que se presentó tras seis meses de aplicar estas medidas, Londres ha conseguido reducir hasta un 36% el nivel de NO2 y, en este momento, más del 70% de los vehículos que circulan son de bajas emisiones. En 2021, el alcalde quiere ampliar los límites de estas regulaciones de modo que incluya una zona donde viven 3,8 millones de personas.
Una encuesta reveló que el 72% de los londinenses está a favor de estas medidas, sin embargo, también han surgido conflictos y temores. Varias propuestas, entre las que se incluían peatonalizar Oxford Street o experimentos en los que calles se han cortado completamente al tráfico, han movilizado a algunos colectivos y ciudadanos que reclaman su derecho a usar el coche frente al derecho a respirar un aire más sano.
Los pasos de Londres, sin embargo, parecen haber arraigado y se empiezan a seguir en otras ciudades británicas. Birmingham, Manchester, Leeds y New Castle ya tienen planeadas sus propias zonas de bajas emisiones y Bristol empezará a restringir la entrada a todos los vehículos diesel privados dentro del centro a partir de 2021.
La medida de la City of London de prohibir todos los vehículos contaminantes, aun siendo de momento en una sola calle, implica dar un paso más.
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