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El aguacate con mayor huella de carbono: comprado por empresas españolas en Chile para venderlo a Holanda

Plantación de aguacate hass en la Axarquía (Málaga).

Sara Acosta

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¿Cuál es la huella de carbono de un aguacate exportado por una empresa española? Pues depende de si fue cultivado en el país o traído de Chile para revenderlo en las principales capitales europeas. Esto es lo que ha analizado un equipo de investigadores de varios países, entre ellos el CSIC, debido al boom que vive esta fruta tropical y a su impacto ambiental, cada vez más cuestionado.

España es el principal productor de aguacates de Europa, con el 90% de la producción, que se concentra en la región de la Axarquía, Málaga. En menos cantidad también se produce en Granada, Valencia, Huelva y Cádiz. Sin embargo, el país solo abastece el 10% del mercado europeo. Esto se debe a que casi la totalidad de los aguacates que se consumen en Europa proviene de Chile y de Perú. “España es el único país productor de aguacate del mundo que importa para reexportar”, explica Iñaki Hormaza, uno de los autores y profesor de investigación del departamento de Fruticultura Subtropical de La Mayora, situado en Málaga.

En estos momentos, por ejemplo, en los supermercados del país pueden encontrarse aguacates producidos aquí, pues la temporada de cultivo abarca de septiembre a marzo. Pero estos conviven en los lineales con aguacates importados de Guatemala, incluso de Marruecos. A partir de abril, cuando ya no se cultivan en el país, las empresas los importan de Chile y de Perú para ofrecer aguacates 12 meses al año por una demanda que no para de crecer. Los principales centros de envasado están en la Axarquía, la misma región donde se producen.

Esta contradicción es la que ha llevado a estos investigadores a comparar la huella de carbono del aguacate hass, la variedad más comercializada, cuando viaja desde la ciudad de Quillota en Chile hacia el puerto de Algeciras en Cádiz y de ahí hasta el norte de Europa, con otro circuito corto, por el que la mercancía sale de Andalucía hacia las ciudades europeas.

El resultado es que el transporte por carretera desde España hacia Amsterdam, París o Londres sería la mejor opción, con una diferencia de 0,14 kilos de CO2 equivalentes respecto a 0,22 kilos de CO2 equivalentes. Sin embargo, cuando la opción es importar aguacates de Chile, la mejor opción según esta investigación es el transporte marítimo hasta puertos europeos, en lugar de exportar aguacates a través del puerto de Algeciras (0,34 kilos de CO2 equivalente respecto a 0,43 kilos de CO2 equivalente).

“Producir aguacates aquí y comercializarlos de forma local sería el límite para no hacer un uso inadecuado de la tierra”, incide Hormaza. La cuestión es que el cultivo del aguacate en Andalucía no empezó con la vista puesta en el consumo nacional, la visión siempre fue exportar. De hecho, se consumen más aguacates per cápita en Suecia que en España.

La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) y la OCDE, el club de los 30 países más ricos del mundo, prevén que el aguacate será la fruta tropical más comercializada en 2032. Pero se trata de un cultivo de regadío que no prospera por debajo de los dos grados de temperatura. Es decir, se cultiva en regiones donde no hay agua, como en la Axarquía, donde la superficie cultivada de aguacates, en constante aumento, ha secado el embalse de La Viñuela. Y en un contexto de sequía y cambio climático, los agricultores piden usar agua regenerada o que se ponga en marcha una desaladora para salvar el aguacate malagueño y seguir exportando a Europa.

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