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Por qué es bueno soñar despierto

Soñar despierto

Giulia Poerio y Felicity Callard

The Conversation —

En general, mucha gente piensa que el descanso tiene que ver con ese tiempo libre del que disfrutamos cuando no estamos trabajando –o no estamos moviéndonos de un lado a otro– y que utilizamos para relajarnos, dormir o recuperar fuerzas. Pero los historiadores y los antropólogos han descubierto que lo que consideramos “descanso” ha cambiado mucho a lo largo del tiempo y en las distintas culturas.

El concepto es difícil de comprender porque se vive de muchas maneras diferentes. Para intentar entender mejor qué significa, un equipo internacional e interdisciplinar de investigadores, liderado por la Universidad de Durham (Reino Unido), ha puesto recientemente en marcha el mayor estudio hasta la fecha sobre el reposo. Se llama la prueba de descanso, una encuesta on line para investigar sobre los hábitos de descanso de las personas y sobre sus actitudes hacia la relajación y, por oposición, hacia el ajetreo.

El objetivo es descubrir las diferencias en torno a lo que la gente piensa sobre qué es descansar. ¿Realmente pensar es lo contrario de trabajar? ¿Qué actividades son las que proporcionan un mayor descanso? ¿Qué sienten cuando están “en reposo”? Y cuando están descansados… ¿se sienten mejor?

Por defecto

Descanso suele identificarse con reposo corporal. Pero, como sabe cualquier persona que haya tenido su mente dando vueltas antes de irse a dormir, el descanso físico no tiene por qué ser reparador.

La Neurociencia Cognitiva ha hecho un curioso hallazgo que aporta claridad al concepto: nuestro cuerpo puede estar descansando, pero nuestras cabezas siguen activas. Los escáneres cerebrales nos muestran cómo es posible que muchas partes de nuestro cerebro sigan encendidas, cuando, supuestamente, nuestro cuerpo no está literalmente haciendo nada.

Este fenómeno está vinculado de manera muy estrecha a esos estados conocidos como “soñar despierto” en los que nuestra mente se echa a volar. Todo parece indicar que ese, el de soñar despierto, es el estado “por defecto” de nuestra mente. [Entendemos por “soñar despierto” esos pensamientos que tienen las personas, desconectados de lo que les rodea o están haciendo en ese momento].

Quizás estés pensando en responder un correo electrónico mientras lees este artículo. O quizás estés pensando en lo que tienes que hacer hoy mientras vas en el metro. O tal vez, en la pelea que tuviste con tu pareja mientras estás en una reunión de trabajo. Todos son ejemplos que a menudo se producen de manera espontánea.

Varias investigaciones han demostrado que, entre el 30% y el 50% de las ocasiones, la mente tiende a dispersarse, a pensar en otra cosa distinta a lo que está haciendo. La más convincente, un amplio estudio con 2.250 personas, realizado con una app móvil, que cifra en el 47%  las ocasiones en las que estamos con la cabeza en otra parte. La “tasa de soñar despierto” es consistentemente de un 30% en una serie de 22 actividades diarias, excluidas las relaciones sexuales, donde es sensiblemente inferior.

Lo malo

Teniendo en cuenta que pasamos aproximadamente un tercio de la vida durmiendo, esto significa que invertiríamos casi la misma proporción de tiempo en soñar despiertos.

Aunque es algo habitual, muchas personas tienden a tener una percepción negativa al respecto. Términos peyorativos como “está colgado” o “anda por la nubes” etiquetan este hecho como situaciones inútiles, y a aquellos que se les nota que están a otra cosa, como perezosos, faltos de atención e, incluso, insatisfechos con la vida.

Algunos estudios justifican esta mala reputación. Una revisión reciente de diversas investigaciones muestra sus efectos negativos en tareas como la lectura, la atención y la memoria. Soñar despierto al volante además puede representar un riesgo. Una investigación publicada en The BMJ indica que el 52% de los conductores implicados en accidentes de tráfico estaban pensando en otra cosa inmediatamente antes de estrellarse.

Otros estudios sugieren que soñar despierto tiene costes emocionales y cognitivos. Se asocia con niveles más bajos de felicidad que conducen a la afirmación de que una “mente errante es una mente infeliz”.

Los beneficios

Pero soñar despierto no es necesariamente algo que haya que evitar. Empiezan a surgir nuevas investigaciones que aportan luz sobre sus beneficios. Por ejemplo, se asocia con una mayor creatividad o con las capacidades de resolución de problemas y de planificación.

También se está poniendo en tela de juicio la idea de que sea perjudicial para la felicidad. Varios estudios muestran que el estado de ánimo de una persona después de soñar despierto depende del contenido de sus pensamientos. Por ejemplo, se asocia únicamente con el estado de ánimo negativo cuando el contenido del pensamiento es también negativo, centrado en uno mismo y reflexivo.

Otras investigaciones abundan sobre beneficios de la ensoñación y la imaginación para el bienestar. Pedir a alguien que participe en “en un viaje mental positivo”, y que se imagine cuatro situaciones agradables que tendrán lugar al día siguiente, aumenta los niveles de felicidad. Del mismo modo, nuevos estudios sugieren que soñar despierto con seres queridos puede ser un antídoto contra la soledad, fomentando sentimientos de conexión social.

Incluso podría ser una forma de descanso, de escapar del presente. [¡Cómo sería la vida si pudiésemos escapar del presente cuando quisiéramos!]. De hecho, hay quien sugiere recurrir a la ensoñación para disfrutar de “descansos mentales” cuando estamos haciendo tareas cotidianas; lo consideran como una manera de refrescar nuestra atención (o “deshabituación”, por usar el término científico). Las personas también pueden disfrutar activamente del soñar despierto y utilizarlo para el entretenimiento, el confort o el alivio de la angustia.

No estar aquí ahora

Así, soñar despierto no es del todo malo, a pesar de sus efectos negativos comúnmente aceptados. Con frecuencia oímos hablar de las ventajas de “vivir el momento” que se ha reflejado en la creciente popularidad del mindfulness. Pero ¿qué pasa con los beneficios de escapar del presente e imaginarse cosas lejos del aquí y del ahora?

Los beneficios de soñar despierto dependerán tanto del contenido de la ensoñación como del contexto en el que se produzca.

Una mente ocupada, llena de pensamientos sobre lo que tenga que hacer mañana, no permitirá con toda probabilidad disfrutar por la noche de un sueño reparador. Pero evocar recuerdos de la infancia, que te transportan mentalmente mientras vas en el autobús, podría ser una buena invitación para el descanso y la relajación. En lugar de ser un camino mental lleno de curvas, el soñar despierto tiene potencialmente el poder de beneficiar nuestra vida de muchas maneras.

- Giulia Poerio es estudiante de doctorado de la Universidad de Sheffield.- Felicity Callard es es directora de Hubbub y profesora en la Universidad de Durham.Giulia Poerio

- Felicity Callard es es directora de Hubbub y profesora en la Universidad de Durham.Felicity Callard

- Este artículo se publicó originalmente en  The Conversation. The Conversation

- Aquí puedes leer el artículo original (en inglés).artículo original

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