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Pulgar del esquiador II

Pulgar del esquiador II

Pablo Terrón, Director de Fisioterapia de la Universidad 'Francisco de Vitoria'

  • En el artículo anterior describimos la lesión conocida como pulgar del esquiador. En esta ocasión revisaremos los ejercicios principales para su recuperación desde un punto de vista mecánico, excluyendo de esta forma el tratamiento medico fisioterápico conservador

El denominado pulgar del esquiador es una de las lesiones más frecuentes entre los esquiadores. Afecta a la articulación metacarpofalángica del pulgar y el mecanismo de origen es generalmente tras una caída con el pulgar en abducción (separación). Se presenta bajo dos formas: con afección de tejido blando sin compromiso óseo (esguince), o con arrancamiento de la inserción del ligamento colateral con o sin afección ósea (solución quirúrgica).

Tratamiento y recuperación

Hemos planificado una breve descripción de ejercicios de recuperación para los casos de lesión por esguince ya que resulta muy complicado establecer un tratamiento recuperador para los casos que han tenido un compromiso óseo. En cualqiuer caso, es muy recomendable que los ejercicios se realicen bajo la supervisión de su médico o fisioterapeuta.

También hemos encontrado pacientes con secuelas de una antigua lesión con afección de la articulación metacarpofalángica que obtuvieron resultados beneficiosos al realizar este plan de entrenamiento, de la misma forma, todos aquellos esquiadores o escaladores que padezcan afección por sobreuso o debilidad de la articulación pueden sumarse a su realización siempre y cuando quede prescrita por su médico o fisioterapeuta.

En cuanto al tratamiento, en los casos más leves basta con la inmovilización de la articulación durante 4 o 5 días, comenzando posteriormente la rehabilitación de la articulación con masaje, calor local y antiinflamatorios tópicos, que en la fase aguda pueden complementarse con otros por vía general. La práctica deportiva estará contraindicada y la restauración de su actividad se realizará con medidas fisioterápicas que salvaguarden la estabilidad de la articulación. En el artículo anterior ya os mencionamos una técnica de resultados especialmente satisfactorios, la kinesiotaping, que consiste en la realización de entrenamientos de adecuación al deporte con el uso de un vendaje funcional protector que limitará el movimiento lesivo y facilitará el resto a modo de contención. Es muy recomendable utilizar vendajes en los primeros días de entrenamiento o al tomar contacto con el deporte tras sufrir lesiones de este tipo.

Debemos saber que la musculatura que forma el complejo antebrazo-mano está compuesta principalmente por músculos flexores en la cara dorsal del antebrazo y músculos extensores en la cara ventral del antebrazo. En especial, los escaladores deben desarrollar esta musculatura de forma correcta ya que es esta la encargada de realizar la mayoría de las presas durante la escalada. Aunque parezca paradójico, casi nunca se establecen entrenamientos específicos de la misma y el desarrollo muscular que surge es inherente al entrenamiento de pesas general que realizan.

Por regla general, los entrenamientos para flexores o extensores se realizan con barras lastradas o apoyando el antebrazo en una superficie sólida y repitiendo movimientos de flexión o extensión de muñeca. Los porcentajes de desarrollo de fuerza resistencia establecidos en un sujeto sano siempre dan como músculos predominantemente vencedores a los extensores, teniendo una proporción 3/4 flexores frente a extensores. Es decir, nuestros músculos extensores aguantan más número de repeticiones a igual carga que los flexores. Una de las justificaciones más convincentes es que el porcentaje de fibras fásicas en los músculos extensores es mayor en proporción que en los músculos flexores. Nuestros músculos extensores participan en mayor proporción que los flexores en las actividades cotidianas y esto les hace poseedor de fibras más resistentes. La posición anatómica del brazo y la mano en reposo facilita que la mayoría de los gestos se dirijan a extensión y no a flexión.

Plan de entrenamiento

Para comprender un plan de entrenamiento de la musculatura del antebrazo-mano es necesario explicar cual es su objetivo principal. En nuestro caso os vamos a recomendar ejercicios que se ejecutan combinando dos o tres parámetros de movimiento. Cuando estrechamos la mano a alguien, asimos un objeto para elevarlo por encima de la cabeza o arrastramos una carga, los movimientos de flexión extensión, pronación supinación y desviación lateral convierten la actividad en un gesto armónico y no robotizado como se “malentrena” en las salas fitness. Debemos reproducir durante el entrenamiento los gestos más asiduos de nuestra actividad deportiva para convertirlos en ejercicios a desarrollar en nuestros planes de entrenamiento. Los entrenamientos más beneficiosos para mejorar el desarrollo técnico o muscular consisten en visualizar un gesto técnico antes de ejecutarlo. Igualmente, descomponer el ejercicio en varias fases y repetir con gestos explosivos cada una de éstas ayudará a reforzar los patrones de contención articular o muscular del mismo.

Para finalizar os describimos varios ejercicios para la recuperación del pulgar del esquiador. Si recordáis, la musculatura afectada se centra en el primer dedo de la mano, por lo que el mecanismo de lesión, la hiperabducción, supondrá una lesión por elongación del músculo flexor largo y corto del pulgar. Los ejercicios de recuperación deben iniciarse con acortamiento de estos músculos y desviación cubital de la muñeca para facilitarles con la flexoextensión o la pronosupinación la participación progresiva de los mismos. La posición de ejecución más recomendable es en sedestación (posición de sentado con apoyo para la espalda) con cargas muy ligeras de mancuernas en cada mano para ejecutar el ejercicio progresivamente hasta llevar las mancuernas por encima de la cabeza, terminando en posición de desviación radial de muñeca y flexión profunda del codo. Los movimientos más protegidos los encontraréis en las poleas bajas, donde podéis realizar movimientos combinados a una mano con un maneral. Recordad que las cargas deben ser siempre muy ligeras ya que la secuencia de los músculos que participan no posee el mismo porcentaje de fuerza. Para terminar, os recomendamos que, a través de poleas bajas con agarre de cuerda a una mano, simulando el agarre del bastón de esquí, realicéis el gesto de esquiar variando las cargas de forma progresiva, estableciendo microrrepeticiones de las distintas fases del gesto. Por ejemplo, descomponiendo el gesto en una fase de inicio, desarrollo y final, y realizando 12-15 repeticiones en cada una de ellas para finalizar con una serie completa de movimiento de 8 a 10 repeticiones. Posiblemente logréis encontrar cual o cuales son los puntos débiles en vuestra muñeca, y descubriréis, espero de forma satisfactoria, que los porcentajes de peso en cada una de ellas varían en relación a estos puntos débiles. En cualquier caso os recomiendo que os dejéis asesorar por profesionales de la salud.

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