Rivero tercia para atajar la crisis institucional del CD Tenerife

El presidente del CD Tenerife, Paulino Rivero, anunció este domingo que ha pedido “a los servicios jurídicos y tecnológicos” de la entidad que investiguen la “posible vinculación entre determinadas cuentas en la red social X y nuestra institución”, en alusión, sin citarlos, a la participación del primer accionista del club, José Miguel Garrido, y del consejero deportivo, Juan Guerrero, en esas prácticas.

Rivero no descartó medidas legales ante unos comportamientos que considera “indeseados” y que en los últimos días incluyeron insultos y amenazas a los periodistas Manoj Daswani (Cadena SER y El Día) y Juanjo Ramos (COPE Tenerife). El regidor tinerfeñista recordó que la institución representa unos valores “que no vamos a permitir que se vulneren bajo ningún concepto”.

En el mismo sentido, participó a los seguidores del club de la preocupación institucional “por las situaciones desagradables en el entorno del tinerfeñismo que se han dado en los últimos tiempos en determinados escenarios digitales”. Rivero aludía así, orillando nombrarlos, a sendos perfiles anónimos en X (@Joselui71873204 y @TeteForever1922) a los que se ha relacionado con Garrido Cristo y Guerrero, respectivamente.

La primera de las cuentas –que supuestamente operaba un “sobrino” del empresario madrileño y en la que se llegó a calificar a los aficionados del Tenerife como “indígenas”­– fue dada de baja este mismo fin de semana. En la segunda, todavía activa, se citó a Ramos, el viernes pasado, como “basura”. Las alusiones despectivas a Daswani también han sido frecuentes este verano.

El papel de estos perfiles en la antigua Twitter ha venido a enrarecer aún más el universo blanquiazul desde que el Tenerife fracasó la temporada pasada en su aspiración de jugar los cruces de ascenso a la Primera División y Garrido –plenipotenciario por el acuerdo del sindicato de principales accionistas firmado en 2022– decidiera el fichaje de Óscar Cano como entrenador o algunos movimientos de jugadores de la primera plantilla sin atender al criterio del Consejo de Administración o del director deportivo, Mauro Pérez.

Privado Rivero de poderes ejecutivos en la política de fichajes y la gestión deportiva del club, las cuentas anónimas han funcionado como altavoz alternativo de los medios oficiales del club, en algunos casos difundiendo mensajes o información matizando a la institucional. Las dos derrotas con las que el Tenerife ha arrancado el curso 24-25 han servido, como guinda, para agrandar la relación tormentosa de Guerrero y Garrido con propios y ajenos.