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Proponen un observatorio de cambio climático en el Faro de Fuencaliente al ser “un lugar único en el mundo” por las características físico-químicas de la costa

Playa junto al Faro de Fuencaliente, uno de los puntos principales de afloramiento de CO2 donde se ha realizado el estudio.

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

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La Universidad de La Laguna (ULL) ha liderado un estudio, con la colaboración de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), con el título Impactos de la acidificación de los océanos en la biodiversidad marina: evidencias desde un laboratorio natural en el que se recomienda “impulsar la creación de un observatorio de cambio climático en el Faro de Fuencaliente, que sirva tanto de centro de interpretación de los afloramientos (cambio climático en los océanos), como de pequeño laboratorio para aquellos grupos de investigación nacionales e internacionales interesados en trabajar en la zona”. “Este pequeño observatorio facilitaría enormemente la investigación y podría también acoger pequeños proyectos educativos que se quieran desarrollar con los colegios e institutos del Archipiélago”, señalan.

Aseguran que “la costa de Fuencaliente es un área muy interesante desde el punto de vista científico para el estudio de los procesos de acidificación de los océanos (AO), debido a la actividad volcánica reciente. Se trata de un lugar único que tienen interés internacional, relacionado con el estudio del efecto de la AO y posee el potencial de convertirse en una zona que genere recursos económicos a nivel local”.

El estudio ha sido realizado por el grupo de científicos de Ecología de Comunidades Marinas y Cambio Climático de Universidad de La Laguna, integrado por José Carlos Hernández, Carlos Sangil Hernández, Sara González-Delgado, Celso A. Hernández, Jorge Núñez Marta y Sansón Beatriz Alfonso, y por los investigadores del Instituto de Oceanografía y Cambio Global Química Marina (QUIMA) de Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, J. Magdalena Santana Casiano, Melchor González Dávila y David González Santana.

El objetivo de este proyecto es “predecir el impacto de la acidificación de los océanos en la biodiversidad y funcionalidad de los ecosistemas marinos tomando como base la experiencia en el laboratorio natural de Fuencaliente”.

En cuanto a la caracterización química, los citados científicos destacan que “queda demostrado que la Punta de Fuencaliente tiene zonas donde las aguas salinas subterráneas, alteradas por la actividad magmática, están emitiéndose continuamente. Estas emisiones hacen que la zona circundante posea características especiales, que las hace ser escenarios análogos a los predichos para un futuro océano acidificado”. Añaden que “este descubrimiento hace pensar en la posibilidad de detectar futuras emisiones similares en otros lugares del Archipiélago. Sin duda, estamos ante un laboratorio natural acidificado único en el mundo debido a sus características físico-químicas”.

La investigación presenta, por otro lado, “una nueva perspectiva en el estudio de los efectos de la AO en las comunidades bentónicas. El uso de una metodología molecular precisa y novedosa, el Metabarcoding. En el caso de las comunidades de macroalgas, el metabarcoding ha contribuido considerablemente a plantear esta nueva perspectiva de los océanos del futuro. Específicamente hemos demostrado la importante contribución que tendrán las especies pequeñas y crípticas en los ecosistemas marinos del futuro”, resaltan. “La utilización de este tipo de técnicas objetivas permitirá, además, encontrar y contabilizar especies crípticas (por su tamaño o por el tipo de ciclo de vida), y nos permitirá comprender los posibles efectos de la AO en toda su dimensión”, sostienen. “Los estudios preliminares de los organismos meiobentónicos de zonas arenosas han resultado sorprendentes. Las condiciones de AO parecen favorecer un aumento de las abundancias y diversidades de algunos grupos como los Anélidos, Nemertinos, Cnidarios, Adenoforados, incluso el grupo de los Artrópodos”, detallan.

Por lo que respecta a los efectos sobre las poblaciones de organismos, “los resultados obtenidos en el proyecto son consistentes con los obtenidos en otras áreas de afloramiento de CO2 y en estudios in vitro, los cuales afirman que los moluscos con concha son vulnerables a la acidificación oceánica”, defienden. “El ambiente corrosivo que crea la surgencia volcánica provoca la pérdida de integridad en la concha del molusco P. sauciatus. En las poblaciones de individuos próximas al afloramiento el deterioro fue evidente, éstos presentaron conchas corroídas, ápices truncados y severas lesiones en las capas mineralizadas. En relación a esto, los individuos además presentaron conchas menos resistentes a la fractura”, apuntan. “El afloramiento de CO2 no mostró una clara influencia sobre la estructura de clases de tallas, ni la densidad poblacional de P. sauciatus, sin embargo, las condiciones ácidas inducen un ligero cambio morfológico en la concha. Se detectó que ésta tiende a perder anchura y ganar altura a medida que aumenta la proximidad al foco de emisión de CO2”, agregan. “La mortalidad por desecación estuvo más relacionada con el efecto cumulativo de las horas de emersión a elevadas temperaturas que con la zona de procedencia. P. sauciatus tolera largos periodos de emersión a 30ºC de temperatura, por el contrario, la temperatura de 40ºC fue letal para los individuos, un dato a tener en cuenta en términos de calentamiento global”, dicen. “El cambio morfológico, la pérdida de integridad y la pérdida de resistencia en la concha de P. sauciatus son cualidades adversas para la supervivencia de los individuos a largo plazo. Estos resultados indican que los efectos de la acidificación oceánica sobre esta especie intermareal podrían tener consecuencias potenciales en su ecología”, advierten. “Los estudios sobre la calcificación en erizos de mar y macroalgas calcáreas han comenzado con éxito. En unos meses podremos recapturar a los organismos marcados con calceína para determinar el efecto de la AO en el crecimiento de las estructuras calcáreas”, adelantan.

En lo referente a los efectos en el funcionamiento metabólico de las comunidades, los científicos apuntan que “hemos comprobado que existen diferencias claras entre las distintas comunidades bentónicas. Siendo las comunidades dominadas por Lobophoras o algas mixtas las más eficientes en absorber CO2. La riqueza específica parece estar relacionada con la capacidad de absorción de CO2 de las comunidades, si bien, estos resultados son preliminares y hay que interpretarlos con precaución”, precisan.

Además de la creación de un laboratorio natural en el Faro de Fuencaliente, en el que se aconseja la mediación de la Universidad de La Laguna, también proponen “establecer medidas de manejo y protección adicionales que ayuden a preservar estos lugares de gran valor para la ciencia y el municipio. Esto se hace especialmente necesario en las lagunas de Echentive, puesto que son visitadas por un gran número de personas al día”. Además, aconsejan “poner en funcionamiento un programa de seguimiento continuo que registre la emisión submarina de CO2, que llega a ser anormalmente alta en la zona, con el fin de complementar el seguimiento volcánico que realiza actualmente el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan). Esto consistiría en la colocación de sensores submarinos de CO2, pH, temperatura y salinidad en las zonas de afloramiento y control”.

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