Un grupo de estudiantes de la ULL pasa la noche en la Universidad para pedir la dimisión de la rectora
Un grupo de en torno a 17 estudiantes pernoctó durante la madrugada de este martes en las instalaciones del edificio del Rectorado de la Universidad de La Laguna (ULL), según ha notificado la Plataforma de Estudiantes de Tenerife y han confirmado a este medio fuentes institucionales de la ULL. Esta iniciativa surgió a raíz de una concentración que se celebró a las 13.00 horas de este lunes en el mismo edificio, en la que el alumnado exigía la dimisión de la actual rectora, Rosa María Aguilar Chinea, con la que pudo reunirse en la tarde de este lunes sin llegar a ningún acuerdo.
Los puntos que se reivindicaron en esa manifestación son los mismos por los que luego, “de manera improvisada a través de una asamblea, se decide poner en marcha el encierro”, afirma dicha plataforma. Según el manifiesto emitido por este organismo, el estudiantado pide “que se hagan responsables de las segundas matrículas y de la invasión de los espacios universitarios por las Fuerzas Armadas”.
Antecedentes
Con esta última reclamación, el alumnado se refiere a los hechos ocurridos el pasado 3 de noviembre de 2020, cuando tuvo lugar un simulacro de derrumbe en el aparcamiento de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna. Esas maniobras acabaron con cargas policiales contra algunos alumnos y la detención de dos personas. Los acusados, un estudiante de Filosofía de 21 años y otro de un grado de Formación Profesional (FP), salieron en libertad con cargos el pasado 4 de noviembre tras pasar la noche en comisaría. A ambos les fueron imputados indiciariamente los delitos de atentado y desórdenes por el Juzgado de Instrucción número 1 de La Laguna.
Decenas de personas se concentraron el pasado miércoles frente a las instancias de los Juzgados de San Cristóbal de La Laguna, en consideración con sus compañeros afectados por las cargas. Desde la Plataforma de Estudiantes de Tenerife se recrimina a la rectora “no haberse puesto en contacto con los afectados ni con sus familiares”, así como de “propagar bulos en relación con lo sucedido, como decir que los estudiantes habían salido en libertad, cuando pasaron la noche en comisaría”, afirman desde este colectivo.
Desajuste entre instituciones
Por su parte, desde la Universidad de La Laguna se desmarcan de lo ocurrido y señalan que cedieron el espacio al Ayuntamiento para la realización de un Congreso de Seguridad y Turismo, pero que “se desconocía la naturaleza del acto”. Desde la institución se insiste en que esperaban “perritos y maniobras a partir de las 17.00 horas de la tarde” del pasado 3 de noviembre, y sin embargo, lo que sucedió fue muy diferente: “Humo, sonidos violentos que generaron miedo entre los estudiantes desde las 09.00 horas de la mañana, no era lo que habíamos acordado”.
Desde la ULL se concreta aún más el tipo de simulacro que se llevó a cabo y afirman que se trataba de una representación del derrumbe del edificio de Los Cristianos que tuvo lugar hace cuatro años. Por ello, durante la actividad se contó con la presencia de la Unidad Militar de Emergencia (UME). “Por eso estaban los militares en la Universidad”, apuntan para concluir que el órgano “cedió el espacio pero desconocía lo que iba a pasar”, “se autorizó el acto por la buena relación que existe y ha existido siempre entre instituciones”, para después señalar que el Ayuntamiento de La Laguna ha reconocido su error.
Desde la dirección de la Universidad “se ha emitido un documento en el que se pedían explicaciones al Ejecutivo municipal acerca de lo sucedido”, certifican fuentes de la ULL. Mientras tanto, desde el Consistorio se “lamenta lo ocurrido” y se afirma que la elección del parking para este simulacro “no fue acertada”. La exhibición de la Unidad Militar de Emergencia, UIP y GRS de la Guardia Civil contaba con las pertinentes autorizaciones de Salud Pública y de la propia Universidad, a la que se le facilitó previamente un plan de contingencia“.
A pesar de que el órgano educativo se excuse y señale al Ayuntamiento, los estudiantes que se han encerrado en el edificio concluyen que “no se puede ceder un espacio sin saber el motivo de su invasión”, por lo que exigen la dimisión de su rectora, pero además “la toma de responsabilidades en lo sucedido”.
Desde la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias se apunta que, desde la Dirección General de Universidades no se espera que haya un pronunciamiento al respecto, puesto que “el grueso de la carga educativa de este área parte de las propias Universidades que tienen autonomía total en cuanto a las decisiones que se toman dentro de sus paredes”.
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