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Los grupos conservacionistas acogen con escepticismo el avance de la nueva estrategia nacional para la preservación del lobo

Ejempar de lobo ibérico.

Javier Fernández Rubio

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El borrador de Estrategia para la Conservación y Gestión del Lobo que acaba de hacer público el Ministerio de Transición Ecológica ha sido acogido con frialdad por las organizaciones conservacionistas que entienden que este enfoque es una manera de retrasar la prohibición de la caza de este cánido en todo el país ante la presión de las autonomías partidarias de la misma, como es el caso de Cantabria.

Ascel (Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo) es una de las más críticas con los pasos que sigue el Ministerio y entiende que la elaboración de una nueva estrategia no supone en sí una novedad. Ya hay una estrategia de hace 15 años que no tiene valor normativo por lo que no impide la caza, así que reclama medidas de carácter normativo, y por consiguiente, con un efecto “real”, como la inclusión del lobo en el listado de especies a proteger.

Actualmente el comité científico del Ministerio ya se ha pronunciado, no en los términos que quisieran los ecologistas, que es incluir al lobo en el catálogo de especies vulnerables. La ministra Teresa Ribera tiene sobre su mesa una propuesta científica para que el lobo esté en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y ahora está sondeando a las partes implicadas, como las autonomías. Cinco de ellas, incluida Cantabria, ya le han expresado por escrito su parecer partidario de seguir practicando la caza con planes de gestión a los que se oponen radicalmente los conservacionistas.

Desde Ascel, se considera que el Ministerio está intentado “rehuir su responsabilidad” a la hora de tomar una decisión y busca “ganar tiempo” con borradores que no tienen efecto normativo. En todo caso, desde Ascel se estima que en primer lugar se debe incluir al lobo en el Listado y luego redactar la estrategia, no al revés. “Se trata de vender humo, porque ya había una estrategia que permite seguir matando ya que no tiene valor normativo”, comenta un portavoz de la organización.

El borrador de la nueva Estrategia para la Conservación y Gestión del Lobo en España propone homogeneizar el estatus de protección del lobo a nivel nacional, incluyendo a todas las poblaciones españolas en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, y unas líneas de acción prioritarias para que la gestión y conservación del lobo sea coherente en todo el territorio español, asegure sus poblaciones y distribución a largo plazo y garantice la coexistencia con el hombre.  

Este borrador ha sido presentado esta semana en la reunión telemática del Grupo de Trabajo del Lobo, en la que han participado representantes del Estado y de las comunidades autónomas con presencia de la especie. El documento constituye la actualización de la Estrategia para la Conservación y la Gestión del Lobo en España, aprobada hace 15 años.

En España el estatus de protección de la especie es diferente al norte y al sur del Duero. Así, las poblaciones al sur del Duero están incluidas en el los anexos II y V de la Ley del Patrimonio Natural y la Biodiversidad, como especie de interés comunitario para cuya conservación es necesario designar zonas especiales de conservación y que requiere de una protección estricta. Por eso, todas las poblaciones al sur del Duero están incluidas en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. Al norte del Duero, por el contrario, y esto es lo que atañe a Cantabria, sus poblaciones están incluidas en el anexo VI, como especie cuya explotación puede ser objeto de “medidas de gestión”.

En este sentido, el nuevo documento propone la inclusión de todas las poblaciones españolas de lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, tal y como aconsejó el dictamen del Comité Científico al considerar “su importancia como patrimonio cultural, científico, así como los servicios ambientales que produce la presencia de esta especie en los ecosistemas naturales”.

Para garantizar la conservación a largo plazo de la especie se propone alcanzar las 350 manadas de lobo en España para el año 2030, reducir la persecución ilegal del lobo y aumentar entre un 10 y un 20% el área de distribución actual para el año 2030. Actualmente, y de acuerdo con los datos recopilados en el último censo nacional coordinado realizado en 2013-2014, existen unas 300 manadas de lobo en España, según el Ministerio de Transición Ecológica.

El borrador de estrategia plantea el seguimiento de los grupos de lobo y propone directrices comunes de gestión para cuando se observe un incremento notable en el número de especímenes en un determinado entorno que pueda generar tensiones. “Gestión siempre en el contexto del equilibrio ecológico”, precisa el Ministerio que usa un eufemismo para referirse a las batidas de caza.

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