Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
El deber de recuperar servicios públicos de transporte en la era post-COVID
El transporte público una vez superada la primera ola de coronavirus descendió drásticamente por el miedo al contagio. Con el restablecimiento del servicio ferroviario tras el primer estado de alarma, la compañía de ferrocarriles encargada del servicio regional y de cercanías en Cantabria, RENFE-FEVE, decidió suspender la mitad de los servicios diarios que mantenía entre la capital cántabra y asturiana y entre la cántabra y la vizcaína. Esto provocó que la población sin acceso al servicio de cercanías cántabro (Santander-Reinosa, Santander-Liérganes o Santander-Cabezón de la Sal) se viera seriamente afectada en sus desplazamientos durante el día.
En la situación actual, a modo de ejemplo, un tren sale de Santander a las 9.10 horas, llegando a Unquera, última estación de Cantabria, a las 10.48 horas. A la vez, el tren que sale de Oviedo a las 8.35 horas, arriba a Unquera a las 11.50, siendo esta en la única opción de ida y vuelta entre la capital y la ciudad fronteriza. En resumen, un vecino o vecina tiene solamente unas tres horas para realizar las actividades que desee, si quiere volver en el día a Santander. Antes de la pandemia, podría haber vuelto en un servicio que se realizaba por la tarde, con un segundo tren saliendo de Oviedo a las 15.35 horas. La misma situación se produce con la línea que conecta Santander y Bilbao; donde antes había dos servicios en el día, se pierde uno, produciéndose, a su vez, una pérdida de competitividad del transporte público.
El recorte en el servicio afecta a varios municipios del occidente y oriente cántabro, aquellos que no disponen de las conexiones que ofrece RENFE o RENFE-FEVE con el sistema de cercanías. En total, 27.944 vecinos y vecinas (la suma de la población de los municipios con estaciones afectadas) han desechado casi con total seguridad la opción del ferrocarril para sus desplazamientos de ida y vuelta con la capital cántabra. Sin embargo, la población potencial afectada podría ser superior, contando con las áreas pobladas cercanas a una estación, pertenecientes a otros municipios.
Los sindicatos ya denunciaron esta situación cuando se produjo, pero, en enero de 2021, todavía no se han restablecido las conexiones, a lo que se suman recortes salariales y más descensos en frecuencias como Santander-La Cantábrica o la conexión entre la capital cántabra y Madrid. Los recortes afectan de lleno al mundo rural y, en concreto, a las mujeres, las principales encargadas de los cuidados familiares o de los recados y quienes necesitan modos de desplazamiento alternativos al coche particular cuando los ingresos familiares son bajos.
El deber de recuperar servicios públicos de transporte, como el servicio regional de RENFE-FEVE en la cornisa cantábrica es fundamental para ofrecer competitividad al servicio y, sobre todo, no dejar atrás ni a las mujeres, ni al mundo rural ni a aquellos y aquellas que quieren moverse de manera más sostenible en la nueva normalidad.
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