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Félix Álvarez, candidato de Ciudadanos en Cantabria: “Se han cometido errores, pero es injusto el castigo al partido”

Félix Álvarez, candidato de Ciudadanos en Cantabria.

Rubén Alonso

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Félix Álvarez (Santander, 1966) puede estar viviendo sus últimos días en la política activa desde que en 2016, de la mano de Albert Rivera, diera el salto a Ciudadanos desde el mundo del espectáculo, donde era conocido por su papel como cómico, actor y presentador. Al menos así lo pronostican todas las encuestas de las elecciones autonómicas en Cantabria de este 28 de mayo. Sin embargo, Felisuco asegura que los sondeos con él “no aciertan nunca” y ve factible dar la vuelta a esas previsiones y obtener representación con dos diputados para ser “decisivos” en la formación de Gobierno.

En tal caso, lo que tiene claro es que sus votos no servirán para hacer de nuevo presidente a Miguel Ángel Revilla (PRC): “Ya está bien, ha gobernado 24 de los últimos 28 años y si hablamos de regeneración, el señor Revilla ya no pinta nada en política”, defiende Álvarez, quien también hace balance de la delicada situación de su partido a nivel nacional. En este sentido, reconoce que “se han cometido errores políticos”, pero considera que el “castigo es injusto”: “No hemos robado y no tenemos casos de corrupción”, resalta el candidato naranja.

¿Con qué ánimo llega Félix Álvarez a estas elecciones autonómicas?

Con el ánimo por las nubes, con muchísimas ganas, fuerza y esperanza, y, sobre todo, sin ninguna presión ni ningún miedo a lo que ocurra el 28 de mayo, que estoy seguro de que será mejor de lo que pienso.

Hasta ahora todas las encuestas dejan a Ciudadanos lejos de obtener representación el 28M. ¿Ve factible dar la sorpresa y obtener un resultado mejor del que le pronostican?

Las encuestas conmigo no han acertado nunca, ni para bien ni para mal, así que a esa experiencia me voy a agarrar. Por supuesto que se puede dar la vuelta a estas encuestas porque hay un 20% de indecisos. Además, hay otro dato,que para nosotros es muy relevante, y es que casi el 60% de la gente que nos votó hace cuatro años todavía no ha decidido si volver a prestarnos su voto otros cuatro años, si va a cambiar de opción o si se va a quedar en casa. Apelamos a esa gente que nos votó y a los indecisos, porque creo que hemos hecho una labor muy buena durante estos cuatro años en el Parlamento de Cantabria y porque somos el partido que puede cambiar la situación actual. 

¿Cuál es el mensaje con el que concurre a estos comicios para tratar de atraer ese electorado indeciso del que habla?

El voto útil, que es el que consigue cambiar las cosas. Votar al PP, al PSOE o al PRC es votar a los mismos de siempre que nos llevan prometiendo las mismas cosas de siempre porque no son capaces de solucionar ninguno de los problemas estructurales de Cantabria. Además de eso, creo que somos un partido que apuesta decididamente por la familia, por los jóvenes, por la regeneración democrática e institucional y por un Estado lo suficientemente eficaz y eficiente, pero que a la vez no detraiga tantos recursos económicos que necesitamos para lo realmente importante, como la sanidad, la educación o los servicios sociales. 

¿Qué haría en primer lugar si consiguiera ser presidente de Cantabria?

Haría dos cosas a la vez. La primera, formar un gobierno con menos consejerías y direcciones generales y en el que se plantee una auditoría para eliminar algunas empresas públicas, fusionar otras y hacer un repaso del presupuesto para suprimir el gasto innecesario. De esa manera, poder tener recursos suficientes para lo realmente importante, porque no lo hay, no hay dinero. El año pasado teníamos 3.340 millones de euros de presupuesto y tuvimos que pagar para amortizar la deuda y los intereses 517 millones. Solamente con la mitad de ese dinero hubiéramos solucionado muchísimas cosas. Y a la vez, haría un plan de choque para intentar reducir las listas de espera en sanidad. Me parece algo fundamental. Trataría de llegar a un acuerdo con los médicos para que se opere por las tardes, para ampliar las consultas y las pruebas diagnósticas y limitar unas listas de espera que lo único que hacen es dilatar los diagnósticos, en algunos casos de forma dramática. Y, además, nos plantearíamos de aquí a final de año un acuerdo de Estado entre todas las fuerzas políticas donde los gestores sanitarios, profesionales del sector y economistas diseñen un nuevo plan, un nuevo sistema sanitario que sea de calidad y sostenible con el dinero que tenemos. 

Con dos diputados de Ciudadanos las aritméticas cambian radicalmente y podríamos ser decisivos en el Gobierno

¿Hay alguien con quién no pactaría Félix Álvarez?

No gobernaría nunca con los extremos. Lo he dicho por activa y por pasiva 20 millones de veces. Me gustaría generar gobiernos del centro hacia los extremos, no como ocurre ahora en los gobiernos de España y Castilla y León, donde gobiernan los extremos y así nos va. Es una auténtica vergüenza diaria. A partir de ahí, yo llegaría a acuerdos a través de propuestas y programas. Lo que no voy a hacer con los votos que nos presten los cántabros es hacer presidente a Miguel Ángel Revilla. Eso lo digo claro. Creo que ya está bien, ha gobernado 24 de los últimos 28 años y si hablamos de regeneración, de nuevas políticas y de entrar en el siglo XXI, el señor Revilla no pinta nada ya en la política de Cantabria. Eso no lo va a decir el PP, se va a entregar a Revilla para gobernar, le va a dar igual. 

¿Bajo ninguna circunstancia Ciudadanos no apoyaría un Gobierno de Revilla?

Con Revilla, no. Nunca nuestros votos servirán para hacer presidente del Gobierno a Revilla y nunca gobernaríamos con los partidos de extremos. 

¿Qué cree que tiene ahora más tirón, Félix Álvarez como candidato o la marca Ciudadanos?

Hostia, esa pregunta no me la habían hecho nunca. Quién es más guapo, si yo o el vestido que llevo [ríe]. Pues no lo sé, no tengo ni la menor idea. Lo que sí te puedo decir es que hace cuatro años había más recelo conmigo por venir del mundo del humor o del espectáculo, eso lo he vivido y lo he notado, y ahora, a diferencia de entonces, eso está normalizado. La gente lo tiene asimilado y me trata con muchísimo cariño y respeto, incluso quienes no me van a votar. Si me vota un tercio de los que por la calle me felicitan por el trabajo realizado sería presidente en Cantabria con mayoría absoluta. Ver que la gente te mira con simpatía, con aceptación, que te diga que nos lo hemos currado y lo hemos hecho muy bien, y que te desee suerte aunque luego no te vote, que espero que no sea así, personalmente te satisface. 

¿Han analizado por qué las encuestas les dan una caída tan estrepitosa? ¿Lo achacan únicamente a la delicada situación de la marca Ciudadanos a nivel nacional o considera que algo puede influir su labor parlamentaria durante estos cuatro años?

Evidentemente la marca lleva sufriendo mucho tiempo y la fuga de capital humano también se deja sentir, pero eso ya ha pasado, no podemos estar hablando de lo que hizo Ciudadanos en el año 2019. No podemos estar flagelándonos todos los días con esa situación, creo que ya está bien. Hostia, no hemos robado, no tenemos casos de corrupción y no hemos hecho ninguna barbaridad. Habremos cometido errores políticos, de ahí la situación en la que estamos, habremos cometido errores estratégicos y de comunicación, pero no tenemos los casos ERE y Gürtel encima. Uno cuando lo piensa asume que es lo que le toca, pero me parece que es del todo injusto el castigo tan absolutamente tremendo que tiene Ciudadanos como lo tuvieron otros partidos también de centro. Tenemos el electorado más exigente, menos sectario, menos ideologizado, que es capaz de votar a uno o a otro dependiendo de la coyuntura o de sus circunstancias personales, y eso nos perjudica. PP y PSOE tienen un suelo de votantes que son muchos millones. Nosotros tenemos un electorado, que a mí me gusta porque es exigente, pero que hasta última hora no va a decidir el voto. Y ahí estamos peleando para reilusionar a esa gente. 

Ciudadanos lleva dos legislaturas en el Parlamento de Cantabria y en ambas ha padecido crisis internas con dimisiones, grupo parlamentario roto y tránsfugas. ¿Así es posible generar confianza entre la gente?

Yo creo que la gente por la calle vive muy alejada de lo que pasa en el Parlamento de Cantabria, y lo entiendo. Bastante tienen con sacar adelante el mes. Mi mujer tiene una peluquería, parece mentira que yo me haya casado con una peluquera siendo calvo, lo podría haber hecho con una quiromasajista, sería mejor para mí [ríe]. Cuando quiero darme un baño de realidad voy a la peluquería de mi mujer y hablo con las empleadas y con alguna señora que está allí. Y entonces te das cuenta de que vives en una auténtica burbuja política. El 80-85% de la gente bastante tiene con sacar su día a día adelante como para preocuparse de las peleas que tenemos en el Parlamento. Nosotros tuvimos una crisis en la que perdimos una diputada, ha pasado en el resto de partidos, no en el Parlamento pero sí en ayuntamientos. Y también es verdad que para los medios de comunicación esas noticias son más atractivas que las cosas buenas que hacemos. Es ley de vida, no digo que solo le pase a Ciudadanos, le pasa a cualquiera. 'No bad news, no good news', las noticias malas son bastante más llamativas para todos. Tuvimos una crisis, perdimos una diputada, no pasó más y hemos seguido trabajando sin ningún problema. No creo que afecte, creo que la gente no valora eso. 

Habla de que la gente está alejada de lo que pasa en el Parlamento, y es que durante esta legislatura, a iniciativa de la oposición, se ha hablado en muchas ocasiones de asuntos que poco o nada tienen que ver con Cantabria, como los partidos independentistas catalanes, EH Bildu, los indultos del Gobierno central o la reforma de los delitos de malversación o sedición. ¿Qué sentido tiene que se aborden temas que exceden las competencias de la Cámara autonómica y que no afectan directamente a la ciudadanía cántabra?

Permíteme que no esté de acuerdo contigo: afectan directísimamente a la ciudadanía cántabra. Estamos hablando de la degradación institucional y democrática de nuestro sistema de convivencia. A Cantabria no le puede ir bien si a España le va mal y viceversa. Y creo que lo que ha ocurrido en el Parlamento de España y en algunas instituciones democráticas y de control españolas son situaciones los suficientemente graves para que a todos nos preocupen. Que a unos delincuentes que dan un golpe de estado se les indulte debilita la democracia española. 

El Supremo no lo llama golpe de estado…

Bueno, se lo llamo yo. El Supremo también ha dicho que es una ensoñación. Yo respeto las decisiones judiciales pero tengo mi propia idea de lo que es una ensoñación. Ensoñación fue el final de 'Los Serrano', esto no, esto fue un golpe de estado en el que unos señores intentaron subvertir el Estado constitucional para hacerse con el poder de una parte del territorio español. Eso creo que no es discutible, cada uno que lo llame como lo quiera llamar. Que se limite el delito de malversación o que se elimine el de sedición creo que es debilitar de forma sustancial la democracia española. Que Bildu condicione la Ley de Memoria Democrática me parece debilitar la democracia española. A mí no me asusta lo más mínimo ni me ha sorprendido que haya cuarenta y pico etarras en sus listas. Son los hijos de ETA, no me extraña. Bildu es una amalgama de partidos y el más fuerte es Sortu, ahí son etarras y hay mucha gente condenada por pertenecer a banda terrorista, algunos con delitos de sangre, otros no. A mí lo que me sorprende hasta límites insospechados, porque jamás pensé que el Partido Socialista, un partido al que yo voté hace muchos años, al de Felipe González, fíjate, al partido del GAL, sea capaz de llegar a acuerdos con Bildu y hacerle su socio. Eso es lo que a mí me vuelve loco. Que el PSOE normalice la situación de Bildu y le dé la posibilidad de dirigir la política de este país. 

¿Y tratarlo en el Parlamento de Cantabria va a hacer que eso cambie en el Congreso?

El Parlamento de Cantabria tiene todas las facultades del mundo para pedirle al Gobierno de España que haga algo. Otra cosa es que el Gobierno de España no lo haga. Nosotros hemos llevado iniciativas para pedirle, incluso con apoyo del PRC, que reconsidere ciertas decisiones. No podemos desprendernos de las consecuencias que tienen para los cántabros las decisiones que se toman en Madrid. Tampoco tenemos nada que ver con el AVE, es una infraestructura estatal, pero muchas veces hemos pedido que por favor se cumpla con las promesas. Está intrínsecamente unido.

Entonces, ¿cómo valora el trabajo de oposición realizado estos cuatro años?

Soy una persona bastante tímida cuando me toca hablar bien de mí, pero creo que el trabajo de oposición que hemos hecho estos cuatro años ha sido extraordinario. No solamente hemos sacado a la luz casos de corrupción o indecentes e inmorales, como el de 'las Marías', los contratos 'a la mexicana', lo que pasaba en MARE o el transporte sanitario. Sobre esto último fuimos los que llevamos el contrato al Parlamento y exigimos una auditoría mediante la que el Gobierno de Cantabria encontró más de un centenar de incumplimientos. Y eso que fue una auditoría de chichinabo. Además, hemos estado donde teníamos que estar en el caso Obras Públicas. Pero es que siendo los más duros y exigentes también estuvimos al lado del Gobierno en los tiempos más duros de la pandemia. Incluso apoyamos los primeros presupuestos de la pandemia, conseguimos adelantar los pagos a los sectores más afectados por la crisis y logramos incrementar esas ayudas. ¿Alguien se imagina al PP aprobando unos presupuestos del PRC y del PSOE o viceversa? Esto no cabe en la cabeza de nadie, ni aquí ni en el Gobierno de España. Es impensable. Nosotros lo hicimos en 2019, cuando conseguimos eliminar el impuesto de sucesiones y donaciones, y lo hemos vuelto a hacer en 2020 con las cuentas de 2021. A nosotros no nos duelen las prendas, somos capaces de llegar a acuerdos con unos y con otros, y a la vez ser los más duros con unos y con otros. 

¿Qué expectativas tiene Ciudadanos a nivel municipal?

Tenemos bastantes expectativas positivas en Torrelavega, en Astillero, donde veremos si Soberón es capaz de conseguir la mayoría absoluta que le dé la tranquilidad para gobernar, creo que vamos a entrar en Castro Urdiales, en Camargo y en Suances, y los datos que tenemos nos dan un concejal mínimo en Santander, aunque luego hay otras encuestas que dicen que no. Esas son nuestras apuestas y creo que por ahí vamos a seguir manteniendo representación, lo que le va a dar al partido la posibilidad de seguir teniendo presencia. 

¿Cree que fue un error el pacto con el PP en Santander en 2019 teniendo en cuenta las continuas denuncias del concejal de Ciudadanos, Javier Ceruti, sobre el incumplimiento del mismo por parte de los populares?

Yo es que lamerme las heridas de hace cuatro años que ya están cicatrizadas… Se cometieron muchos errores, no solo ese. Fíjese si se cometieron que esta es la situación actual, eso es indiscutible. Pero creo que toca mirar para adelante y plantearnos los próximos pactos de gobierno que seguramente tendremos que negociar y pelear en varios ayuntamientos. Y en el Gobierno de Cantabria, ojo, porque con dos diputados de Ciudadanos las aritméticas cambian radicalmente. En ese caso sí que puede haber bastantes más posibilidades de pactos de gobierno y sí que podríamos ser decisivos. 

¿Cree que Ciudadanos sobrevivirá al 28M y le augura en tal caso recorrido presente y futuro en España?

Sí, conmigo y sin mí, con los que estamos o con los que vengan. Este país reconoce el espacio liberal aunque luego no lo acabe apoyando y muchos españoles creo que se sienten dentro de él. Dicen los sociólogos y los demóscopos que de cero a diez España está en el 5,2 o 5,3, entonces es necesario un partido que represente ese centro liberal. Y a mí la palabra centro no es que me guste mucho porque depende de dónde estén los demás, y nosotros estamos siempre en un mismo sitio. Creo que este partido va a seguir, tendremos que pelear mucho para mantenernos, pero volverá a ser la oportunidad de un partido liberal cuando vuelva a gobernar la derecha y veamos que es lo mismo que cuando gobierna el PSOE. La gente se volverá a desencantar y el espacio liberal volverá a florecer. 

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