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Entrevista José María Mazón, diputado del PRC en el Congreso

“Puede haber un estallido social si la economía sigue cayendo y las familias van a la miseria”

El diputado de PRC en el Congreso, José María Mazón.

Laro García

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José María Mazón (Oviedo, 1951) es uno de los hombres de la máxima confianza del presidente de Cantabria y secretario general del PRC, Miguel Ángel Revilla, desde hace décadas. Llegó a la política de su mano y desde entonces siempre ha estado a su lado con responsabilidades al máximo nivel. Hace algo más de un año abandonó el Ejecutivo de coalición con el PSOE, donde ejerció durante varias legislaturas como consejero de Obras Públicas y Vivienda, para afrontar el último reto de su dilatada carrera: que los regionalistas cántabros tuvieran representación en el Congreso de los Diputados por primera vez en su historia. Lo consiguió. Y por dos veces, porque una repetición electoral estuvo a punto de complicarle las cosas. A principios de año, su voto negativo a la investidura de Pedro Sánchez estuvo a punto de hacer tambalear el acuerdo de gobierno que mantienen con los socialistas en la comunidad autónoma. Sin embargo, y pese a las diferencias que ambos socios manifiestan habitualmente en público, ese bipartito sobrevivió y Mazón se muestra ahora mucho menos crítico con el Gobierno de España, con el que negocia para dar su aprobación a las cuentas públicas del año que viene. Afable y cordial en las distancias cortas, este ingeniero de Caminos, Canales y Puertos muestra su comprensión con las dificultades que suponen lidiar con una pandemia y se ofrece a remar a favor. “No estamos para crisis políticas ni para comprometer a las instituciones del Estado. Ahora están los Presupuestos encima de la mesa y creo que son bastante realistas. Si salen adelante como parece, tenemos Gobierno como mínimo para dos años más”, admite el diputado del PRC en la Cámara Baja. A su juicio, “puede haber un estallido social si la economía sigue cayendo y las familias van a la miseria”, por lo que pide centrar todos los esfuerzos en la reactivación económica.

Está a punto de cumplirse un año de la celebración de las elecciones generales del 10N que lo llevaron por segundo vez al Congreso de los Diputados. ¿Para qué han servido los votos de los casi 70.000 cántabros que eligieron la papeleta del PRC aquella jornada electoral?

Creo que la gente ha visto por sí misma la utilidad de tener a un diputado que representa exclusivamente a Cantabria y a los intereses de Cantabria, independientemente de que nos pronunciamos en todos los asuntos de ámbito nacional. Se han defendido iniciativas concretas que nos afectan directamente. El tema más reciente tiene que ver con el suministro del agua, con el bitrasvase del Ebro. A la gente le gusta mucho que se hable de Cantabria constantemente y que haya un representante en todos los debates de alcance donde se pronuncia con la voz de Cantabria. Eso ocurrió desde la misma sesión de investidura, aunque no se apoyó, y ha seguido pasando en la tramitación de las distintas leyes y debates que hemos afrontado a lo largo de la legislatura. Estoy recibiendo un eco muy favorable, aunque reconozco que uno suele escuchar solo los elogios de los favorables… En general, creo que ha merecido la pena, aunque quedan muchas cosas por hacer.

¿Qué valoración hace del Gobierno de España en estos meses, que han estado marcados inevitablemente por la pandemia?

Efectivamente. Es muy difícil de valorar en estas circunstancias. Pero en mi opinión, la gestión del Gobierno no ha sido mala. La forma de combatir la pandemia, independientemente de algunos fallos que se le achacan, ha sido muy parecida a lo que se ha hecho en el resto del mundo occidental, de nuestro entorno más cercano. A todos les ha pillado con el pie cambiado en el ámbito sanitario. El golpe en la economía ha sido enorme. Sobre las medidas que se han ido tomando, se puede hablar sobre si se ha confinado más o menos, si se han cerrado más o menos los bares, sobre el horario, sobre si el número de personas que se pueden reunir son seis, ocho, diez o hay carta blanca, pero desde un punto de vista global, se ha hecho lo mismo o parecido. Luego, creo que hay que tener en cuenta el factor de la suerte. Si hay un foco potente que te golpea, como ha ocurrido en España, tienes mala suerte. Si eso mismo ocurre en Alemania, quizás estaríamos hablando de otra cosa. Ahí tenemos el ejemplo de Portugal, que parecía que lo sobrellevaba mejor que otros. Y ahora no. A todos les está alcanzando la segunda ola. El problema de España tiene mayor gravedad desde el punto de vista económico. Pero eso es obvio. Nuestra balanza comercial tiene una dependencia enorme del turismo. El turismo depende de la movilidad, y en el momento en el que se restringe la movilidad, eso nos hunde. El Producto Interior Bruto español y nuestra economía se va a resentir más que el de otros países que no tienen esa dependencia.

¿Y qué se podía haber hecho mejor para mitigar los efectos del coronavirus?

Creo que el Gobierno ha gestionado bastante mal el tema de la información. Los datos que se han ido dando nadie se cree que sean correctos. Ha faltado coordinación en la forma de valorarlos.

¿Y esa responsabilidad no recae sobre las comunidades autónomas, que son quienes deben facilitar los datos?

Sí, las comunidades autónomas son las que recaban los datos, y muchas los dan mal, pero si hubiera una cabeza pensante y con autoridad que obligara dar los datos de una determinada forma, con una determinada frecuencia… sería diferente. El liderazgo nunca puede desaparecer. Puedes delegar todo lo que quieras, sí. Las competencias sanitarias están delegadas porque el Ministerio de Sanidad no tiene esa capacidad de gestión, pero a la hora de recabar los datos, se podían haber tomado unas medidas más centralizadas. La información ha sido bastante mala, bastante confusa. Ha sido un fallo que le atribuyo al Gobierno. En ese sentido, no se ha gestionado bien. También creo que en la primera etapa, las prórrogas del estado de alarma cada 15 días fueron un error. Ahora mismo probablemente han pecado por exceso… Creo que seis meses son demasiados, porque desmoraliza mucho a los empresarios, a los que están pendientes de hacer una inversión, y a la población en general. En cualquier caso, siempre he dicho lo mismo: Yo estoy con el Gobierno. Son ellos quienes tienen que tomar las decisiones en una situación así. En una situación tan dramática como esta, hay que apoyar al que manda. Pueden equivocarse, pero creo que han hecho lo que han podido y no me atrevo a juzgar mucho más en unas circunstancias como las actuales.

Puede que la legislatura dure, pero el drama económico puede pasar factura si no se actúa rápido. Cuando se agoten los ERTES, cuando los datos del paro se disparen, cuando la gente busque culpables, puede mirar al Gobierno si no se toman medidas.

José María Mazón Diputado del PRC en el Congreso

¿Y en esta situación se puede ir a una legislatura larga, agotando los cuatro años, o la inestabilidad política nos lleva a un periodo legislativo corto y a un probable adelanto electoral?

La legislatura corta no va a ser… Quizás no de cuatro años, pero si se aprueban los próximos presupuestos, que parece que van a salir adelante, el Gobierno tiene por lo menos para dos años más. Puede que la legislatura dure, pero el drama económico que empieza a notarse puede pasar factura si no se actúa rápido. Cuando se agoten los ERTES, cuando los datos del paro se disparen, cuando la gente busque culpables, puede mirar al Gobierno si no se toman medidas.

¿El voto en contra del PRC en la investidura de Pedro Sánchez ha tenido alguna consecuencia posterior al dejarlo fuera de las mayorías parlamentarias que apoyan al Gobierno de coalición?

Yo creo que no ha tenido una influencia muy grande. Es cierto que no nos miran igual, pero creo que también nos respetan. Han visto que cumplimos lo que les fuimos advirtiendo reiteradamente. Aunque algunos lo venden como un cambio de opinión de última hora del PRC, no lo fue. Siempre dijimos que votaríamos a favor salvo que hubiera alguna concesión a los partidos independentistas. Eso lo retrasaron hasta última hora, y cuando se conoció el papel que habían firmado con ellos, tomamos una decisión definitiva. Pero también en eso hemos sido coherentes. Dijimos que una vez que el Gobierno está nombrado y es legítimo, cada vez que votemos en el Congreso, tomaremos posición. No voy a votar que no a la eutanasia porque lo proponga el Gobierno, o que no a una propuesta que nos parezca razonable, lo proponga el partido que lo proponga. Intentamos ser coherentes con lo que pensamos, y por eso apoyamos al Gobierno cuando lo consideramos necesario, como ha ocurrido durante la pandemia. Nos hemos visto en una circunstancia en la que el Gobierno necesitaba ayuda y todos los decretos ley que ha habido que convalidar en el Congreso han contado con nuestro voto, porque iban en la línea de paliar los efectos de la pandemia. Ocurre lo mismo en todas las comisiones en las que estoy. Saben que no somos un aliado permanente que vota siempre a favor. Somos de los pocos partidos que cuando subimos a la tribuna el resto no sabe qué vamos a decir. Tenemos posición propia. Hay temas que son blancos o negros, pero también existe un mundo entero de grises...

Estamos ante el primer Gobierno de coalición en el Estado. ¿Cómo ve la relación entre socios en el Consejo de Ministros? Entre las justificaciones para votar en contra en la investidura de Pedro Sánchez estaban ciertos recelos por parte del PRC sobre el papel institucional de Unidas Podemos. ¿Se han resuelto ya esas dudas?

Creo que en estos momentos no va mal. Hubo un momento en el que existió una cierta descoordinación, con posturas muy diferenciadas. Creo que Podemos ha admitido que tiene que rebajar sus pretensiones, porque dónde no hay no se puede sacar, y lo veo todo más sólido. Hace unos meses estaba todo más complicado. Se han ido entendiendo y ha habido cosas que han ido cuajando, como el Ingreso Mínimo Vital. En estos momentos no estamos para crisis políticas ni para comprometer a las instituciones del Estado y creo que lo han comprendido. Ahora están los Presupuestos encima de la mesa y creo que son bastante realistas. Lo que hay que hacer es reactivar la economía, y en eso tiene que estar ahora el sector público. Al Gobierno lo veo más estable internamente y solo espero que no haya concesiones a algunos de sus socios de investidura, pero creo que lo están gestionando relativamente bien. Si sale adelante el Presupuesto, como parece, tenemos Gobierno como mínimo para dos años más.

¿Cuál es la postura del PRC sobre el Presupuesto ahora que las cuentas ya están sobre la mesa?

Hemos estado negociando durante este tiempo, pero todavía quedan flecos importantes. No vamos a presentar enmienda a la totalidad, pero estoy negociando algunas partidas que no cumplen ni de lejos el acuerdo que tenemos con el PSOE. Voy a negociar fuerte en los próximos días para que se puedan corregir vía enmiendas parciales. Hay cosas que son satisfactorias, ya lo hemos dicho. Por ejemplo, Valdecilla. Aunque eso es una deuda. Lo mínimo es pagarlo. Lo tienen que pagar porque lo deben.

¿Y hay margen para la negociación?

Sí, sí. Hay cosas que no están mal. En las obras del Desfiladero de La Hermida se mejoró y creo que puede mejorarse aún más en la licitación, aunque no se vea reflejado en el Presupuesto.

¿Dónde están las líneas rojas?

Para nosotros, lo más grave está en los tramos del AVE de Palencia a Alar del Rey, que cuenta con unas anualidades muy bajas y se va a unos plazos demasiado largos, a cuatro o cinco años.

El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, suele decir que es mejor un mal presupuesto que una prórroga presupuestaria. ¿Eso vale también para las cuentas del Estado?

Sí, por supuesto, está claro. Pasa lo mismo. Pero nosotros estamos aquí para defender los intereses de Cantabria y eso nunca podemos olvidarlo.

¿Cómo es su interlocución con el Ministerio de Hacienda?

Buena. He hablado con la ministra y portavoz, María Jesús Montero, y me he sentado con ADIF y con otros ministerios, como Transición Ecológica. Sobre todo, por temas concretos, como la industria electrointensiva o el tema del agua. Hemos intervenido y hemos tenido bastante protagonismo en el tema de los remanentes municipales. Creo que el Gobierno de España respeta al PRC. No se puede olvidar que tenemos detrás el eco de Revilla, que tiene detrás a millones de personas cuando sale en televisión. Personas que además son forofos, que le escuchan. Por eso le llaman de las televisiones...

Hablaba de algunas de las líneas rojas del PRC, como el AVE o las infraestructuras. ¿Ni siquiera la actual situación sanitaria altera esa lista de prioridades?

Las podría cambiar si no hubiera fondos para nadie, pero hay unos fondos especiales que llegan de Europa y hay fondos para otras comunidades autónomas, así que nosotros tenemos que estar ahí también. El AVE a Galicia es una millonada. En el País Vasco son miles de millones. En Asturias, son miles de millones. Todo lo que estamos pidiendo en estas obras, en los tramos previstos, son poco más de 200 millones, y no en un solo año. Es decir, que es asumible. Estamos pidiendo de forma modesta y realista.

Hablaba antes del estado de alarma y de la posición del PRC. ¿Cree que van a ser necesarias medidas más restrictivas e incluso llegar al confinamiento domiciliario?

No lo sé, la verdad, no me atrevo a pronunciarme sobre eso. Prefiero no opinar.

Es una exageración cuando se habla de descontrol o descoordinación entre comunidades autónomas. Está claro que las medidas deben ser distintas en cada territorio en función de las circunstancias

En el actual estado de alarma se ha delegado la autoridad competente en cada territorio al presidente autonómico para que adapte las medidas a cada realidad. ¿Desde el PRC comparten ese modelo o creen necesaria una fórmula en la que se homogeneicen las medidas?

Yo creo que es una exageración cuando se habla de descontrol o descoordinación entre comunidades autónomas y que tendría que haber un mando único a nivel nacional. Se está repitiendo, pero creo que no tiene demasiado fundamento. Está claro que las medidas deben ser distintas en cada territorio en función de las circunstancias. No solamente estamos hablando de la lucha contra el virus, sino de los efectos económicos y sociales tremendos que provoca. No podemos olvidarnos de eso. No puedes llevar a la ruina y a la miseria a medio país porque haya un lugar concreto donde la situación sanitaria sea complicada. No está mal que haya medidas distintas en cada sitio y que se tomen a través de la autoridad delegada. Eso no es irresponsable. Todos los presidentes autonómicos tienen una gran responsabilidad y, en general, están actuando de manera responsable. Hay diferencias, pero cada uno en su casa sabe lo que hay.

Reclamaba hace unos días en el Congreso la necesidad de que Cantabria tuviera “mayor autogobierno”. ¿Por qué es necesaria esa figura del decreto ley que están impulsado desde el PRC?

Porque el decreto ley es una figura que, aunque quizás en algunos casos se ha abusado de ella, está diseñada para circunstancias de extrema o urgente necesidad. Hay veces que una norma se complica, y cuando tiene que pasar por la ponencia, por la comisión y por el pleno, se retrasa mucho. Y hay veces que una medida se tiene que poner en marcha de un día para otro. No se puede esperar un mes para convalidarla. O que no se apruebe porque no guste. Todas las comunidades tienen que disponer de esta figura y saber que no se puede abusar de ella, claro... Solo en casos extraordinarios. No entiendo la postura de la oposición. Bueno, sí. Se oponen porque no están ellos gobernando. Si estuvieran ellos gobernando, seguro que la querían. En definitiva, es un instrumento más para gobernar y tomar medidas urgentes. En las comunidades autónomas tiene incluso más sentido, porque las competencias están más restringidas y no afectan a derechos fundamentales.

Aun así, ¿no es contradictorio que se introduzca esa figura a través de una enmienda parcial en el Congreso a una reforma del Estatuto de Autonomía que se aprobó por unanimidad en el Parlamento de Cantabria?

No, contradictorio no. Es algo que no se hizo en su momento, que no se pensó cuando se propuso la reforma y se aprobó en el Parlamento de Cantabria... Pero bueno, ahora mismo hay una proposición del Parlamento instando a que se incluya esta enmienda, aunque no se haya aprobado por unanimidad. Vamos a ver si la admiten en el Congreso.

Le tocó hace unas semanas vivir en primera persona la moción de censura presentada por Santiago Abascal, que más allá del resultado, que era previsible, ha dado mucho que hablar por el giro en la relación que el líder del PP, Pablo Casado, ha tenido hasta ahora con Vox. ¿Lo ha visto así o cree que es una simple estrategia política si no se traduce en hechos en aquellos territorios donde gobierna con el apoyo de la extrema derecha?

Creo que sí que tiene influencia. Cuando un líder sube a la tribuna y da un discurso como ese es por algo. Entiendo que es la política que van a seguir a continuación. Quiero pensar que es un giro que van a tomar desde el Partido Popular hacia posturas más moderadas, incluso a tender la mano al Gobierno en determinadas cuestiones básicas. Entiendo que no salgan a aplaudir a Pedro Sánchez, pero el tono cambia algo. Lo que fue sorprendente fue el tono que utilizó con Vox, sobre todo en lo personal. El discurso de Pablo Casado fue muy duro, muy agresivo. Nos dejó a todos sorprendidísimos. Se podía haber separado sin utilizar esos calificativos. No se hace un discurso así para luego seguir como hasta ahora. Lo que se vio fue una ruptura total. Ahora, los gobiernos autonómicos son otra cosa. Tienen su autonomía. Habrá que ver cómo lo gestiona el PP.

¿Y cree positivo que ese giro del PP se concretara y permitiera rebajar la crispación?

Eso sería muy, muy positivo. Además, eso Pablo Casado lo dejó muy claro cuando dijo que no había dos bloques de izquierda y derecha, sino dos bloques de moderados y extremistas, donde situó a Vox. Es un acercamiento al PSOE. Y creo que sería bueno para conseguir una mayor estabilidad, para que se alcanzaran acuerdos que fueran estables, que no se tomen medidas que se van a derogar en cuanto cambie el Gobierno. Hay algunos asuntos, como la educación, donde esto debería evitarse. Hay que buscar un consenso mayor.

Para acabar, y hablando de esa crispación, hace unos días veíamos muy cerca de aquí, en la misma plaza del Ayuntamiento de Santander, una serie de altercados y disturbios que se reprodujeron en otras ciudades de España. ¿Cree que hay riesgo de que esa violencia acabe ganando espacio en la actual situación?

Yo creo que hay riesgo. No por lo que hemos visto estos días de gente que protesta contra el estado de alarma... Ya sabemos que hay gente de todo: ultraderecha, antisistema, delincuentes y algunos que van a la aventura. Hay de todo. Algunos solo buscan lío. Eso no es lo que más me preocupa, porque eso se puede controlar. Lo que sí me preocupa es que puede haber un estallido social si la economía sigue cayendo y los trabajadores empiezan a irse al paro y las familias van a la miseria. Ahí se puede producir un malestar social que debemos corregir. Por eso, cuando se toman medidas hay que tenerlo en cuenta. Además de las medidas sanitarias, son imprescindibles las medidas de reactivación de la economía. No se puede parar completamente porque el daño puede ser mayor. No soy adivino, y no me gusta pronosticar el futuro, pero creo que debemos estar atentos a esto.

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