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Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.

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Luego no te quejes

Javier Gallego

La sorpresa de Vox no creo que sea ya ninguna sorpresa. Con la derecha haciéndole la campaña, lo sorprendente será que no pegue un pelotazo en las urnas. El radar no los detecta, pero las plazas las llenan. Como Bolsonaro, no tienen ni siquiera que ir a los debates y pueden presentarse además como las víctimas del sistema que los margina. De hecho, han conseguido colar la misma trola que Trump de que ellos son los antisistema, los nuevos indignados, la solución a los partidos, la respuesta a la oligarquía y a los traidores de España.

De nada sirve recordar que su líder era un mantenido de la política, que sus colegas son rancia oligarquía, que sus listas están plagadas de franquistas y que el amor a la patria no cura ninguno de sus males. Las emociones se han impuesto a las razones y el sentimiento patriótico al pensamiento lógico. Nada como la patria para convertir la frustración en sueños de grandeza. Nada como la bandera para enardecer los ánimos y aparcar las reflexiones.

No vamos a convencer ahora a los ultranacionalistas, sólo queda vencerlos en las urnas. La única manera de evitar que gobiernen es salir a votar en masa. Cuando la izquierda se moviliza, inmoviliza a las derechas. En Andalucía, se quedó en casa, mientras el franquismo se daba el paseíllo. Luego salió la izquierda a criticar a los que votan porque no votaron lo que la izquierda votaría si hubiera votado. Marxismo, pero de Groucho.

La izquierda caviar, la izquierda verdadera, la izquierda purista o simplemente pasota, que siempre encuentra excusas para no votar, se indigna después de lo que le escupen las urnas. Pues mira no. Si no te gusta nada de lo que hay, qué te importa lo que haya. Si desprecias las elecciones, por qué te molestan. Y si no quieres que haya fascismo en las instituciones, entonces vota por los partidos demócratas. Vota por los que defienden ampliar derechos y libertades, no por los que quieren recortarlos.

Hazlo por la igualdad, por las mujeres, por los homosexuales, los inmigrantes, los dependientes. Por la pluralidad y la diversidad, por la libertad que protege al más débil, frente al liberalismo que lo explota. Luego podrás quejarte si no cumplen las promesas, fiscalizarlos si te traicionan, salir a la calle a protestar cuando no luchen por la justicia social, cuando se plieguen al capital o hagan reverencias a la Corona. Pero si no votas, luego no te quejes. No es coherente y tú eres pura coherencia.

Me contaba una querida amiga que el día después de las elecciones andaluzas, se encontró con una conocida que iba camino de una manifestación contra Vox y que le preguntó por qué no iba a manifestarse. A lo que mi colega contestó: “Yo ya me manifesté ayer”. Manifestaos el domingo, el lunes será demasiado tarde.

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