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Espacio de divulgación científica y tecnológica patrocinado por la Universidad de Alcalá (UAH), con el objetivo de acercar el conocimiento y la investigación a la ciudadanía y generar cultura de ciencia

La fisioterapia y el feminismo, una historia de amor con final feliz

Formación

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Las pérdidas de orina durante el postparto o la menopausia, los dolores en las relaciones sexuales o el vaginismo “no son normales”. Así lo afirma María Torres Lacomba, doctora en Biomedicina y coordinadora del Grupo de Investigación de Alto Rendimiento 'Fisioterapia en los Procesos de salud de la Mujer' (FPSM), fundado en la Universidad de Alcalá (UAH)en 2005.

El Grupo, en colaboración con el Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares, se dedica a investigar la eficacia de la fisioterapia para “prevenir esas secuelas” y, en el caso de que aparezcan, “solventarlas”. Las investigaciones lideradas por Torres han demostrado que la fisioterapia palea y ayuda a la desaparición de unos problemas físicos derivados de procesos exclusivamente femeninos, como pueden ser el parto, la menopausia o la violencia sexual.

“Cubrimos casi todas las áreas de la Ginecología y la obstetricia en relación con el suelo pélvico”. El equipo de Torres trabaja en “dos grandes áreas de los procesos ginecológicos”. Por un lado los “procesos fisiológicos” como el embarazo y el parto , y por otro lado los “procesos fisiopatológicos” como “los prolapsos de órganos pélvicos, las pérdidas de orina, de heces, el dolor pélvico, y las secuelas derivadas de los tratamientos de los cánceres ginecológicos y de mama.  

Fisioterapia para prevenir secuelas y, cuando están, paliarlas 

Según ha podido comprobar Torres, “todas las mujeres que tienen estos procesos fisiopatológicos experimentan secuelas derivadas de sus tratamientos médicos y la fisioterapia es esencial para abordarlas y solucionarlas”. Sin embargo, el tabú, los estereotipos y, en definitiva, el machismo del propio sistema de salud ha frenado la divulgación de estas investigaciones y curas sobre problemas que solo sufren las mujeres y, en consecuencia, sobre todo en lo que respecta a las disfunciones de suelo pélvico y entre estas sobre todo las disfunciones sexuales que “siguen muy invisibilizadas”. 

La doctora reconoce que en estos problemas relacionados con el suelo pélvico, se suma la complejidad de la percepción y uso de esta musculatura en la que no se mueve “realmente ninguna estructura ósea y es más difícil tener la sensación y saber cómo se contrae correctamente el suelo pélvico”. Aprender a contraer y relajar esta parte del cuerpo es, según Torres, clave para evitar “el impacto de otras zonas sobre el suelo pélvico, que podría debilitarlo”, así como otras secuelas derivadas de este desgaste. “Para saber si sabemos contraerlo bien debemos acudir a una valoración de fisioterapia porque somos los profesionales competentes en relación con el movimiento humano”. 

Prevenir y solventar con fisioterapia es una aplicación de esta disciplina que “no está lo suficientemente investigada” pero que ha demostrado ser clave para mejorar la salud de las mujeres. 

“Parece que la maternidad es maravillosa pero no estaría mal saber que también tiene sus problemas”

Entre las enfermedades femeninas más invisibilizadas, Torres destaca “las relacionadas con la salud después del parto. Parece que todas somos superwoman y que debes estar lista para todo, incluidas las relaciones sexuales”. 

Los estereotipos y el propio machismo, también en el ámbito de la salud, han ocultado unas afecciones relegando de este modo a las mujeres al dolor. “Si las mujeres supieran identificar problemas postparto tan normales como la falta de lívido o de lubricación podrían gestionarlos porque son procesos normales”, insiste la doctora quien aboga por la divulgación como principal solución. “Parece que la maternidad es maravillosa pero no estaría mal saber que también tiene sus problemas, pero no se puede solucionar algo que no se sabe”. 

Aunque la fisioterapia puede participar y tiene sus beneficios en la preparación física para el parto, de momento el trabajo del Grupo de Investigación de Alto Rendimiento FPSM de la Universidad de Alcalá se centra en el puerperio donde las mujeres pueden experimentar dolores derivados “de la cicatriz o de contracturas musculares en el suelo pélvico” que, a su vez, generan otros al retomar las relaciones sexuales. 

Según Torres, a estas secuelas se suman otros problemas “transitorios como las pérdidas de gases y orina” que también se padecen en procesos como la menopausia donde igualmente aparecen “disfunciones sexuales producidas por el estado hormonal y el envejecimiento de la zona”. 

“Muchas mujeres de unas determinadas edades piensan que está dentro de la normalidad, a parte del tabú que es comentar que tienes pérdidas de orina e incluso de gases o heces”. Aunque cada vez se rompe más el silencio “hay que hacer más pedagogía” porque solo si se tienen estas molestias “hay un tratamiento de fisioterapia” para solventarlas. 

Entre los enemigos de estos tratamientos aparece la publicidad. “Famosas y gente cada vez más joven salen en los anuncios, por ejemplo, de compresas, normalizando el hecho de que después de los partos o a partir de una determinada edad sea normal tener pérdidas de orina. Esto no es normal”. 

Placer femenino en el centro: “Las penetraciones no tienen que ser la estrella”

Respecto a las disfunciones sexuales que padecen las mujeres, Torres relaciona su invisibilidad con “los propios estereotipos”. “Parece que si las mujeres son mayores no encuentran interés en las relaciones sexuales. Es cierto que se puede perder la lívido, y que puede haber dolor en la penetración, pero la fisioterapia puede ayudar a paliar estos problemas”, afirma. 

Según la también profesora de la Universidad de Alcalá, vivimos en “una cultura que influye y que hace que esto no salga a la luz y que por lo tanto las mujeres no encuentren las soluciones”. Más allá Torres aboga por romper con el sexismo en las relaciones sexuales y apostar por formas que ponen en el centro el placer femenino. “Deberíamos entender que las relaciones sexuales son una forma de comunicarse y que no necesariamente las penetraciones tienen que ser la estrella de una relación sexual”. 

Cuerpo y mente, unión cada vez más respaldada desde el punto de vista científico

La fisioterapia actúa sobre lo físico para solucionar secuelas en las que “puede haber componentes psicológicos”, comenta Torres quien reconoce la necesidad de “combinar tratamientos” para conseguir una mejor cura de dolencias sobre las que “se tiende a pensar solo en la parte emocional”. 

En la Universidad de Alcalá todavía no se han combinado ambos tratamientos ya que se centra “puramente en la fisioterapia”. Aún así, Torres apunta a numerosos estudios que ya lo hacen y que demuestran que su unión es “esencial” y exitosa, tal y como puede verse en estudios que combinan técnicas cognitivo conductuales o yoga, o mindfulness con tratamientos de fisioterapia“.

Entre los estudios publicados por el Grupo de Investigación FPSM, encontramos “el Trabajo Fin de Grado de una estudiante sobre la concienciación del suelo pélvico en víctimas de violencia sexual”. “Hemos participado porque hay secuelas físicas. Las secuelas emocionales están en primer orden pero nos hemos dado cuenta de que también existen unas secuelas físicas que ni ellas mismas reconocen o ni saben que pueden tener solución”.  

A pesar de que estas víctimas son “una población de difícil acceso”, el Grupo de Investigación FPSM de la UAH, ha desarrollado un estudio en el que muestra la “relación entre la musculatura del suelo pélvico, el dolor o las relaciones sexuales, si es que las han retomado”. 

Más allá de un posible caso de violencia sexual, existen otras afecciones en las que prima el componente psicológico, como por ejemplo el vaginismo. Unas y otras, vuelve a recordar Torres, tienen solución, pero el problema está en el “déficit de conciencia y de información al respecto y sobre los tratamientos físicos que deben completar a los emocionales”. 

Investigar y divulgar

“Uno de nuestros objetivos principales, y sobre todo de la investigación clínica, es generar evidencia científica y comunicarla”, concluye Torres. Por ello su Grupo publica sus conclusiones y, además, realiza talleres formativos “sobre las disfunciones de suelo pélvico, algo que a partir de determinada edad puede acontecer con más o menos prevalencia.”.

Durante las formaciones las participantes reciben nociones sobre el porqué de las pérdidas, cuando se producen o qué hacer para prevenirlas. 

El interés social y académico acerca de las afecciones femeninas ha ganado en visibilidad y mejorado mucho durante los últimos 25 años, según Torres, quien celebra que su equipo sea interdisciplinar y que haya “llamado la atención tanto de la medicina, como de la psicología y por su puesto de la sociedad, principalmente de las mujeres”. 

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