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Espacio de divulgación científica y tecnológica patrocinado por la Universidad de Alcalá (UAH), con el objetivo de acercar el conocimiento y la investigación a la ciudadanía y generar cultura de ciencia

“Lo que le hicieron ‘de’ sufrir”: ¿es incorrecto el deísmo gramatical o aporta un significado lingüístico?

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La amplia riqueza de nuestro idioma ha llevado a acumular durante años numerosas variaciones gramaticales. Algunas se han quedado para siempre debido a su masiva implantación popular, otras han caído en desuso y existen también algunas más donde la duda persiste entre las personas que las investigan. Es el caso del deísmo gramatical. En su significado lingüístico, es una construcción donde se añade la preposición “de” tras un verbo que no lo exige y siempre va seguido de un infinitivo: “Lo que le hicieron de sufrir” o “La vi de subir por la calle Mayor”. Es un fenómeno que no pertenece a la variedad estándar del español y es propio de la lengua popular de algunas regiones de España y de América. Ahora, un proyecto de investigación lo analiza, relacionándolo con la “evidencialidad”, o lo que es lo mismo, ¿ese “de” aporta a la frase un significado relacionado con la fuente de la información?

La investigación sobre deísmo y evidencialidad de las profesoras Edita Gutiérrez Rodríguez (UCM) y Pilar Pérez Ocón (UAH) forma parte del proyecto EPSILONE del Ministerio de Ciencia e Innovación liderado por las profesoras de la Universidad de Alcalá Silvia Gumiel Molina e Isabel Pérez Jiménez. Las doctorandas Pilar Morales y Pilar Peinado han puesto en contacto a las investigadoras con hablantes deístas de Pedro Muñoz y Pozuelo de Calatrava (Castilla-La Mancha).

Edita Gutiérrez y Pilar Pérez explican que el empleo de la preposición “de” ante el infinitivo fue un patrón frecuente en el español medieval, como recoge la ‘Nueva Gramática de la lengua española’. Este uso se mantuvo con algunos verbos en el español clásico: “Se le olvida de contar quién fue el ladrón que hurtó el rucio a Sancho” (Cervantes, Quijote II). Posteriormente, hacia el siglo XVIII, los ejemplos con deísmo se reducen. Y en la actualidad, se documenta en el español no estándar de algunas zonas de Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha, donde son frecuentes en la lengua popular expresiones como “Me hizo de pensar” o “Le oí de llegar”.

Tiene poco prestigio desde el punto de vista normativo, pero esto no lo convierte en un fenómeno carente de interés para los lingüistas o que haya que erradicar

Pero ¿hablamos de una incorrección en la lengua española o de una construcción popular? Las investigadoras afirman que no pertenece a la norma culta y es más propio de la lengua oral o de los registros coloquiales, aunque han podido constatar su utilización en titulares de prensa. “Tiene poco prestigio desde el punto de vista normativo, pero esto no lo convierte en un fenómeno carente de interés para los lingüistas o que haya que erradicar. Independientemente de la consideración sociolingüística. A los lingüistas nos interesa explicar por qué hablamos como lo hacemos”.

De hecho, ellas eligieron estudiar el deísmo al margen de esa consideración normativa. Sus razones son de índole “estrictamente lingüística”. Les interesa averiguar si la partícula “de” se está comportando realmente como una preposición y si tiene algún significado. También hacen hincapié en que este fenómeno se atestigua en lenguas romances cercanas (italiano, catalán y francés), en las cuales constituye una estructura “generalizada y no marginal”: “Credo di volerpartire” (Creo querer irme); “Proposo de fer-ho tot” (Propongo hacerlo todo); “J’essaye de tout faire” (Trato de hacer todo). La comparación entre las lenguas es crucial para el estudio científico del lenguaje porque “nos permite averiguar cuáles son los principios de la gramática”.

Aquí es donde enlazan esta investigación con la “evidencialidad”. Edita Gutiérrez y Pilar Pérez quieren averiguar si para un hablante deísta las oraciones “Mi hijo está intentando montar la estantería” y “Mi hijo está intentando de montar la estantería” alternan solo en función del registro (más o menos coloquial) o tienen significados diferentes.

“Una de las posibilidades es que la presencia de la preposición indique algún tipo de información evidencial, es decir, que transmita la fuente de donde el hablante toma la información. Estamos investigando si con la preposición el hablante afirma que el hijo está montando la estantería porque lo está viendo (evidencia directa) o, por el contrario, porque lo asume o se lo han dicho (evidencia indirecta)”. Argumentan que este tipo de significados se ve más claramente en las lenguas denominadas precisamente así, “evidenciales”.

La investigación está en marcha y han realizado encuestas a hablantes deístas de Pedro Muñoz y Pozuelo de Calatrava (Castilla-La Mancha), pero todavía no tienen datos concluyentes sobre si la presencia de la preposición es una marca de evidencialidad.

De cualquier forma, aunque admiten que esta construcción puede ser considerada incorrecta desde el punto de vista normativo, no son partidarias de su corrección absoluta. “Los lingüistas no somos los policías del lenguaje”, alegan en primer lugar, y añaden que oraciones como “La dije adiós” o “Pienso de que no vendrá” son tan dignas de estudio como sus contrapartidas correctas. “La variación (y la incorrección es un tipo de variación) es intrínseca al lenguaje y constituye uno de los motores del cambio lingüístico”.

Desde Noam Chomsky

“En latín no se decía ‘árbol’, sino ‘arbor’. Hoy decimos árbol porque alguien en algún momento empezó a decir ‘mal’ arbor. Para un lingüista la consideración de lo que ‘está mal’ en la lengua no coincide con lo que piensan generalmente los hablantes”. Estas profesoras destacan que la lingüística moderna, desde Noam Chomsky, ha demostrado que el lenguaje es una facultad universal exclusiva de los seres humanos y, por tanto, “no se puede hablar mal porque no producimos oraciones que infrinjan los principios de la gramática universal”.

El método científico las ha puesto en este camino. “Para dar respuestas a estas preguntas nos servimos de la teoría gramatical, igual que lo hace un físico cuando intenta explicar determinado fenómeno. Esta afirmación puede sorprender, pero el estudio científico del lenguaje funciona con las mismas pautas con las que se aborda el estudio en disciplinas como la física, la química o la biología”.

Actualmente, hay muchos estudios sobre variación lingüística y disciplinas que la abordan. Tradicionalmente se ha estudiado más la variación fonética, morfológica o léxica, pero en los últimos años hay un interés creciente por profundizar en la variación sintáctica. Recuerdan que en la Facultad de Filosofía y Letras de la UAH se celebrarán en octubre de 2022 dos congresos sobre variación en gramática: el VI Encuentro de sintaxis de los dialectos del español (SpadiSyn) y el congreso 'Estrategias evidenciales en las lenguas romances' (EviStRom).

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