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Espacio de divulgación científica y tecnológica patrocinado por la Universidad de Alcalá (UAH), con el objetivo de acercar el conocimiento y la investigación a la ciudadanía y generar cultura de ciencia

Proyecto Covinirs, la alternativa “barata y fiable” a los test PCR para la detección precoz del coronavirus

Proyecto COVINIRS: muestreando en el Hospital Gregorio Marañón

Carmen Bachiller

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Se llama COVINIRS y es un proyecto de investigación que busca la detección precoz de la COVID-19 a través de un sistema de infrarrojos. Utilizando la técnica de espectroscopía del infrarrojo cercano (Vis-NIRs) es posible detectar el virus en una muestra tomada con un bastoncillo a través de la nariz o la garganta.

Luis de Luque Ripoll es investigador de la Universidad de Alcalá y asesor externo en este proyecto. Cree que es una alternativa a los test PCR y a los test rápidos. “Los primeros resultados han sido sorprendentes. Estamos por encima del 70% en fiabilidad y seguimos mejorando, llegaremos más allá, al menos al 80%”.

COVINIRS se plantea como una técnica de análisis masivos que pueda servir para el control y detección precoz en lugares como los aeropuertos o en los propios centros de salud. “El resultado está en menos de un minuto”, explica.

Este sistema tiene algunas ventajas y la primera es no tener que depender de un mercado internacional que se colapsa, como ha podido comprobarse, durante el pico de una pandemia como la de la COVID-19.

Y es que, explica el investigador, “este sistema no necesita reactivos ni preparar la muestra porque está basado en la luz que ni destruye ni altera. Es muy rápido y relativamente barato porque una vez que compras el aparato, todas las muestras que hagas son gratis y cualquiera puede hacer de operador, no se necesita personal especializado. Puede ser un apoyo para las pruebas más específicas”.

El sistema no detecta el virus en sí, sino cambios en las mucosidades, en la saliva, en los exudados de la faringe y que están producidos por la infección. “Hace una foto de conjunto, pero no afina tanto como la PCR que se hace a nivel de ARN (ácido ribonucleico)”.

Lo que ofrece, asegura, “son datos fiables sobre la posibilidad de que el sujeto tenga una enfermedad viral respiratoria. ¿Distinguir una gripe de la COVID-19? No digo que no pueda ser, pero es más difícil. En ello estamos después de trabajar durante dos meses con muchas muestras”.

¿Cómo funciona?

El sistema utiliza las muestras de los sujetos a estudio y las analiza mediante la técnica de espectroscopía del infrarrojo cercano. Es decir, se trabaja con luz, con el siguiente rango al que es capaz de apreciar el ojo humano.

“El funcionamiento consiste proyectar luz sobre un determinado material que rebota y nos devuelve otro tipo de luz dependiendo de la estructura y la composición química de ese material. Lo interpretamos como una curva, un espectro. Aplicando modelos matemáticos se puede saber si hay o no infección”. En realidad, es mucho más sencillo de lo que parece: se trata de tomar una muestra, introducirla en un aparato con infrarrojos que dirá en menos de un minuto si hay positivo o no.

“No hemos tenido todavía la suerte de que nos lo financien”

La investigación está liderada por la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y la empresa española Boscalia Technologies en un grupo de cinco personas.

Luis de Luque explica que durante cuatro años trabajó en esta empresa aplicando la misma técnica a la madera. “Descubrimos que nos permitía saber cuál era la especie y su región de procedencia. Y es que la señal espectral de un pino en Galicia es diferente a la de la misma especie en Burgos por ejemplo”. Se usó para trabajar en la trazabilidad de la madera y en la lucha contra su tráfico ilegal, un proyecto que desarrollaba su hermano, Manuel de Luque.

La iniciativa COVINIRS cuenta ya con la colaboración de los hospitales Clínic de Valencia (a través del INCLIVA), Fundación Alcorcón, Gregorio Marañón y Rey Juan Carlos, las universidades de Alcalá y Complutense de Madrid, la Generalitat Valenciana y distribuidores de equipos como JASCO Analítica Spain y BONSAI Advanced Technologies.

Ahora esperan nuevos mecenas para seguir adelante. “No hemos tenido todavía la suerte de que nos lo financien. Es un proyecto barato, pero necesitamos al menos a un par de personas”. Se encuentran en la última fase de desarrollo del proyecto “para determinar cuál es la metodología óptima y estaría listo en muy pocos meses”.

Una derivada del proyecto, explica el investigador, “tiene que ver con que, una vez desarrollada la metodología, podamos saber cuáles son los rangos, dentro del infrarrojo cercano, verdaderamente interesantes y cómo usar los bastoncillos para medir”

Para eso se plantean construir “un espectrómetro ad hoc, que sea preciso y con coste reducido, de forma que sea muy sencillo presentar la muestra y quitarla, incluso sin tener que desinfectar. Para eso también pedimos financiación”.

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