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Sobre este blog

DeciDir es un canto a la libertad. Una oda al amor fraternal y al respeto. Un espacio donde podemos conversar sobre todas aquellas cosas que nunca diríamos a nadie. Porque creemos que causan demasiado estridor y quizás los demás piensen que estamos locos. Pero sobre todo porque nunca las hemos conversado con nosotros mismos. Es hora de hacerlo. Hablemos, pues.

Se cumplen 40 años del primer manifiesto en favor de la eutanasia

Cartel aniversario eutanasia.

Fernando Pedrós

En este mes de agosto se cumplen cuarenta años de la publicación del primer manifiesto en favor de la eutanasia. Lo publicaba la revista inglesa The Humanist en su número de julio-agosto de 1974 bajo el título ‘Manifiesto en favor de la eutanasia bienhechora’ (Plea for Beneficent Euthanasia) con la firma de 40 intelectuales entre los que se encontraban los Premios Nobel Linus Pauling, George Thomson y Jacques Monod.

La presentación y defensa de la eutanasia no era una novedad pues ya un siglo antes en 1873 el ensayista Samuel D. Williams había publicado en la revista Popular Science Monthly el trabajo ‘Euthanasia’ donde se dice que “en todos los casos de enfermedad sin cura y dolorosa se debería reconocer como tarea del médico, si así lo hubiera manifestado el paciente, la administración de cloroformo u otro anestésico que sobrepase al cloroformo, con el fin de destruir la conciencia de una vez y llevar al enfermo a un muerte rápida y sin dolor”. El interés del manifiesto de 1974 es que resulta ser un apoyo de un amplio grupo de intelectuales a los movimientos que trabajaban en Inglaterra a favor de la muerte digna y de la eutanasia. Ya en 1935 se había creado en Gran Bretaña la ‘Asociación de la eutanasia voluntaria’ (The Voluntary Euthanasia Society, VES) que estuvo refrendada por celebridades de las ciencias y las letras como J. Huxley, G. B. Shaw y H. G. Wells que defendían la eutanasia voluntaria. Valga la pena recordar que Miguel Ángel Lerma, fundador de la asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD) en 1984, fue miembro de esta primera asociación.

De entrada llama la atención que ya en el título se hable de ‘eutanasia bienhechora’. Algún médico de mentalidad hipocrática considerará con cierto simplismo que la eutanasia está marcada por la maleficencia. Pues, sin embargo, para estos intelectuales y para quienes nos consideramos sus seguidores la eutanasia libremente decidida es ‘bienhechora’ para el paciente y consecuentemente para la sociedad. Aporto por razones de espacio puntos relevantes del documento:

• “La reflexión de la conciencia ética ha llegado a un punto que hace posible que las sociedades elaboren una política humana en relación con la muerte y el morir. Apelamos a la opinión pública ilustrada para que supere los tabúes tradicionales y para que se mueva en la dirección de una visión compasiva hacia el sufrimiento innecesario en el proceso de morir”.

• “Es cruel y bárbaro exigir que una persona sea mantenida en vida en contra de su voluntad, rehusándole la liberación que desea, cuando su vida ha perdido toda dignidad, belleza, significado y perspectiva de porvenir. El sufrimiento inútil es un mal que debería evitarse en las sociedades civilizadas”.

• “Desde el punto de vista ético, la muerte debería ser considerada como parte integrante de la vida. Puesto que todo individuo tiene el derecho a vivir con dignidad... tiene también el derecho a morir con dignidad”.

• “Creemos que la sociedad no tiene ni interés, ni necesidad verdaderas en hacer sobrevivir a un enfermo condenado en contra de su voluntad, y que el derecho a la eutanasia bienhechora, mediante adecuados procedimientos de salvaguarda, puede ser protegido de los abusos”.

Como se ve las líneas maestras del pensamiento legitimador de las conductas eutanásicas estaba ya plenamente elaborado y parece haber sido redactado en nuestros días. Por ello tiene toda la fuerza actual para luchar y urgir un debate público sobre dichas conductas en nuestro país.

Y hablando de aniversarios, hace treinta años Lerma fundó Derecho a Morir Dignamente (DMD) en España. Todo empezó con una carta escrita a un diario en que decía: “hace tiempo que persigo la creación de una asociación parecida en España, y desearía dar a conocer mis intenciones. Soy miembro de The Voluntary Euthanasia Society, de Londres, desde mayo del presente año (1983)”. Por ello, yo también me considero hijo de la mentalidad de estos filósofos e intelectuales librepensadores y firmante del “Manifiesto a favor de la eutanasia bienhechora”.

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