Este blog es un espacio de colaboración entre elDiario.es de Castilla-La Mancha (elDiarioclm.es) y el Colegio de Ciencias Políticas y Sociología de Castilla-La Mancha para abordar diversas cuestiones sociales desde la reflexión, el entendimiento y el análisis.
Mujeres rurales e invisibles, ciudadanas de segunda
Todos los años, y como cada 15 de octubre, se conmemora el Día Internacional de las Mujeres Rurales. Es una fecha señalada en el calendario que para nuestra tierra es esencial tenerla en cuenta. Tanta importancia adquirió, que hace dos años nació el Estatuto de las Mujeres Rurales de Castilla-La Mancha. Es pronto para augurar mejoras en la vida de las mismas, pero en la práctica se sabe que el papel todo lo puede y la implementación de las distintas políticas que de la ley se desprenden, son mucho más complicadas cuando se tienen que llevar a cabo, más si cabe si añadimos la ruralidad como variable.
Hace unos años, en una de las clases de la Universidad, una de nuestras profesoras nos preguntó qué nos influye a las personas para desarrollarnos en igualdad frente a otras. Cuando le respondimos, sabíamos que nuestra clase social, raza o nacionalidad podría repercutir, pero ninguna de las presentes nos imaginábamos que la ruralidad era importante y suponía una barrera para el desarrollo de la vida y menos que se tuviera que tener en cuenta para el estudio y configuración de una nueva política pública. Hablábamos de las violencias machistas. Y es que residir en un entorno rural no es igual que hacerlo en un entorno urbano, es evidente. No obstante, no es tan fácil planteárselo si no se ha vivido nunca en él.
¿Os imagináis cómo se enfrentan las mujeres a la violencia de género en un pueblo? En el aula, las presentes no supimos responder. Nacer y crecer en una ciudad moldea, de alguna manera, la forma de pensar. Y la profesora nos mostró realidades muy distintas a la nuestra, ayudándonos a entender que en estos casos la situación se agrava más.
¿Y qué es ser mujer rural?
La ley define el concepto de “mujer rural” como “las mujeres que viven en zonas rurales y/o aquellas que pretenden ser titulares de una explotación agraria en Castilla-La Mancha”. Vivir en un pueblo, y aquellas que además se dedican a sectores históricamente masculinizados como la agricultura o la ganadería, es una carrera de obstáculos que pone en tensión la vida de las mismas. Sin contar los casos que se den de violencias, donde se mezclan los tabúes y silencios por la cercanía de sus habitantes. Si además se le añaden otras variables, como la diversidad funcional, la maternidad o la edad, entre otras, el problema va aumentando cada vez más. Y es que la vida de las mujeres rurales permanece oculta, no solo por el desconocimiento que se tiene del medio rural, sino también por la invisibilidad que tienen en sí las mujeres en la sociedad.
Por ello, cuando se proyecta una determinada acción de gobierno, se hace necesario conocer cómo y dónde se va a desarrollar y, además, a quiénes va a ir dirigida. Es decir, hacerlo desde una mirada más amplia: la perspectiva de género. Porque gracias al feminismo, como movimiento social y político, cuestiones que antes no se planteaban en las distintas agendas gubernamentales, hoy están más presentes y son fundamentales para entender las dificultades que tienen que sortear las mujeres en su día a día.
Servicios públicos en el medio rural
Sabemos, y es un mantra en cada campaña electoral, el lema de la “España vaciada”. El problema de la despoblación, en nuestro territorio, produce un efecto sobre las políticas públicas, ya que estas surgen para resolver las demandas de la ciudadanía. Es así que si no hay población, la inversión pública se reduce. Y si la inversión se reduce, los servicios públicos desaparecen, si es que existieron alguna vez.
Entonces, ¿cuáles son esos obstáculos a los que me refería en un principio? Tales como centros educativos, de salud o transporte público regular, en la mayoría de nuestros pueblos brillan por su ausencia; y esa falta de servicios complica el día a día, haciendo que las personas residentes busquen alternativas en otros lugares donde sí los hay. Desde la perspectiva de género es un problema de calado porque, aunque tanto mujeres como hombres hacemos uso de ellos, no lo hacemos de la misma forma, y es determinante para las mujeres el despliegue de los mismos.
Por poner un ejemplo: si se tienen hijos pequeños, no es lo mismo contar con una escuela infantil que tener que optar por familiares y/o amistades para poder trabajar o realizar cualquier actividad. Si hablamos de personas mayores y/o dependientes, sucede algo parecido. Si se ponen enfermos, no es lo mismo tener un centro de salud abierto, que sólo tenerlo unas horas o directamente contar con un profesional que visite el pueblo, una vez a la semana . La falta de esos servicios es una barrera que no facilita la vida de las gentes en el medio rural, y produce un desequilibrio comparativo entre la ciudadanía rural y urbana: crea una ciudadanía de segunda.
En el caso del transporte público y carreteras, elementos esenciales de comunicación y de libertad de movimiento, también inciden considerablemente. Si hay que desplazarse fuera del pueblo para trabajar y/o comprar, es casi imprescindible disponer de vehículo particular. Esto se traduce en una carrera de obstáculos que, como apuntaba, se hace cuesta arriba para la ciudadanía rural, pero si atendemos al papel social y cultural que ejercen las mujeres como cuidadoras y pieza fundamental en el bienestar de las familias, el peso de la inexistencia de esos servicios recae en mayor medida sobre las espaldas de ellas e influye en la toma de decisiones a lo largo de sus vidas, mermando su autonomía e independencia. Y es que sin un compromiso real de los gobiernos, es decir, inversión pública de servicios e incentivos para residir y emprender negocios en zonas rurales (y, en el caso de conceder las ayudas, las posibles solicitudes no se conviertan en una maraña burocrática), las políticas de igualdad de oportunidades para las mujeres rurales seguirán siendo mera propaganda.
Sobre este blog
Este blog es un espacio de colaboración entre elDiario.es de Castilla-La Mancha (elDiarioclm.es) y el Colegio de Ciencias Políticas y Sociología de Castilla-La Mancha para abordar diversas cuestiones sociales desde la reflexión, el entendimiento y el análisis.
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