¿Pueden 1.000 millones de dólares proteger el 30% del planeta?

Hansjörg Wyss es un empresario y filántropo suizo, fundador y luego presidente de la multinacional estadounidense Synthes USA hasta su venta en 2012. Durante toda su vida ha apoyado la protección ambiental, la justicia y la ciencia. Con este objetivo creó hace diez años la Fundación Wyss, que tiene como objetivo conservar los entornos naturales en Estados Unidos, África y Latinoamérica. Para ello ha destinado buena parte de su fortuna, un incalculable patrimonio neto en el que publicaciones como 'Time' o 'Forbes' no consiguen ponerse de acuerdo.

Lo cierto es que estos días, a sus 83 años, ha vuelto a ser noticia por su intención de donar 1.000 millones dólares durante los próximos 10 años con el objetivo de que en el 2030 se haya podido salvar el 30% del planeta.

Así lo ha anunciado a través de un artículo de opinión que él mismo ha escrito para 'The New York Times', en el que alerta sobre la situación del clima en la Tierra. “Se estima que las especies de plantas y animales del planeta están desapareciendo a una velocidad 1.000 veces más rápida que antes de que los humanos llegaran. El cambio climático está alterando los sistemas naturales”, explica Wyss en el texto. Sin embargo, también plantea una idea “alentadora” entre unos datos “tan deprimentes”. Se trata, según explica, de que cada persona “preserve una parte sustancial del planeta en su estado natural”.

Y es que este magnate parte de una premisa fundamental. No solo el dinero puede combatir los efectos del cambio climático. Es cierto que son absolutamente necesarias las políticas públicas y privadas para poner en marcha la economía hipocarbónica y la sensibilización social, algo que requiere financiación, pero hay un ingrediente que no puede comprarse: la conciencia de la ciudadanía.

Los científicos del Panel Intergubernamental contra el Cambio Climático (IPCC), los expertos investigadores y numerosos ensayos y textos publicados durante décadas en todo el mundo han apelado a ello en varias ocasiones. Pero en lo que sí contribuye el gesto de este multimillonario es en su simbología, en su forma de dar ejemplo. Las preguntas ahora son: ¿a quién irá dirigido ese dinero? ¿cómo se gestionará?

Wyss da algunas pistas. Señala que algunos científicos han llegado a la conclusión de que al menos la mitad del planeta debe protegerse para salvar de la extinción a una gran mayoría de especies de plantas y especies silvestres. Destaca que la comida, el agua limpia y el aire que el hombre necesita para sobrevivir y prosperar dependen de la capacidad para proteger la diversidad biológica del planeta. Es decir, es muy posible que buena parte de la donación se destine a estas causas, promovidas desde instituciones públicas, ONG y fundaciones.

Antes de que la “huella humana consuma los lugares salvajes”

Pero el empresario también recuerda que todos los “ciudadanos, filántropos, empresas y líderes gubernamentales”, deben preocuparse por la “enorme brecha” que existe entre el mundo natural protegido y el que, de verdad, debería estar protegido. A su juicio, esta “brecha” debe “reducirse con urgencia”, antes de que “la huella humana consuma los lugares salvajes” que aún quedan en la Tierra.

Por eso explica que este dinero “apoyará los esfuerzos de conservación liderados localmente” y busca “presionar” para lograr mayores objetivos globales en la protección de la tierra y el océano. Wyss quiere “concienciar al público sobre la importancia de este esfuerzo y financiar estudios científicos para identificar las mejores estrategias” que permitan alcanzar el objetivo final.

Hansjörg Wyss ha sido elegido recientemente miembro de la Academia Americana de Artes y Ciencias (AAAS) en reconocimiento a sus logros sobresalientes en el campo de Liderazgo Empresarial, Corporativo y Filantrópico.