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En 2001, la Asamblea General de Naciones Unidas designó el 20 de junio como el Día Mundial del Refugiado para recordar a millones de personas desarraigadas en todo el mundo. Ese mismo año se celebró el primer “Día Mundial del Refugiado” a escala internacional.
Desde entonces, todos los 20 de junio la Agencia de la ONU para los Refugiados, ONGs e instituciones públicas y privadas tienen presente la realidad de los más de sesenta millones de personas refugiadas y desplazadas que viven en el mundo, y que se han visto obligadas a abandonar sus hogares.
Cada minuto, ocho personas lo dejan todo para huir y año tras año, miles de personas tienen que abandonar sus hogares por graves violaciones de Derechos Humanos. Muchas son las causas que obligan a los seres humanos a huir y solicitar el reconocimiento de su condición de persona refugiada: la persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, opinión política, género u orientación sexual y la pertenencia a un determinado grupo social.
En estos momentos de crisis mundial, es esencial que los gobiernos y las sociedades de todo el mundo renueven su compromiso de brindar refugio y seguridad a aquellas personas que lo han perdido todo como consecuencia de un conflicto o de la persecución.
Ahora que el 86% de las personas refugiadas viven en el mundo en desarrollo, y que el sistema de respuesta humanitaria está cada vez más al límite, la solidaridad internacional y la distribución de la carga son cruciales para satisfacer las necesidades de las comunidades desplazadas, así como las de las comunidades de acogida.
Desde el Gobierno de Castilla-La Manchal somos conscientes de la dificultad del reto al que nos enfrentamos, pero tenemos la convicción de que es necesario actuar con un enfoque del problema que intente abordar las múltiples dimensiones del mismo. Debemos intentar atajar tanto la raíz de los problemas como las consecuencias derivadas de los mismos. Es necesario trabajar para solventar los problemas humanitarios urgentes y combinarlos con medidas a medio y largo plazo en las que intervengan instituciones internacionales, europeas, nacionales y locales.
Asimismo, tenemos la convicción de que para encontrar soluciones duraderas para las personas refugiadas es preciso una mayor solidaridad y un mayor reparto de la carga entre la comunidad internacional.
Es por ello que asumiendo la responsabilidad que corresponde a este Gobierno, en agosto del año 2015 se creó la Oficina Regional de Atención a las Personas Refugiadas como instrumento que permita articular las respuestas de la ciudadanía y de entidades tanto públicas como privadas, para abordar de forma coordinada, eficaz y eficiente la atención de las personas refugiadas.
Se pretende respaldar todas las acciones que sea necesario emprender para la acogida e integración, y activar medidas que contribuyan a incrementar la participación de los actores sociales en una movilización conjunta de solidaridad y respuesta.
Por otro lado, el 23 de septiembre de 2015 se constituye la Mesa de Coordinación para la Atención de las Personas Refugiadas como un espacio de encuentro abierto y como mecanismo de coordinación de las diferentes entidades, públicas y privadas, que se vean implicadas en la atención a personas refugiadas en la región, así como en los países de origen de las mismas, a fin optimizar todas las actuaciones que se requieran a tal fin.
Me gustaría terminar con las palabras que Ban Ki-moon dijo en 2015. «Los refugiados son personas como las demás, como tú y como yo. Antes de ser desplazados, llevaban una vida normal y su mayor sueño es recuperarla. En este Día Mundial de los Refugiados, recordemos la humanidad que nos es común, celebremos la tolerancia y la diversidad y abramos nuestro corazón a los refugiados y refugiadas en todo el mundo.»
En este Día Mundial de las Personas Refugiadas, desde Castilla-La Mancha queremos unirnos al llamamiento a la comunidad internacional para que intensifique los esfuerzos para prevenir y resolver los conflictos, y contribuya a lograr la paz y la seguridad, de manera que las familias puedan volver a estar unidas y las personas refugiadas puedan regresar a sus hogares.