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‘Universo cromático’, una explosión del talento de Pilar Salmerón

'Universo cromático' de Pilar Salmerón

Raquel Gamo

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Escribe Michel Pastoureau en ‘Los colores de nuestros recuerdos’ (Periférica) que “el blanco y el negro son colores en toda regla” y que sólo existen seis colores básicos: el negro, el blanco, el rojo, el azul, el amarillo y el verde. Luego –sostiene- “vienen los cinco colores de segunda fila, a los que se llama erróneamente ‘semicolores’: gris, marrón, rosa, violenta y naranja. Todas las demás tonalidades, a juicio de Pastoreau, ”son sólo matices o matices de matices“.

‘Universo cromático’ es la última muestra firmada por la artista de origen alcarreño Pilar Salmerón. La exposición, que se exhibe en el Museo Francisco Sobrino de Guadalajara, constituye un repertorio de cuadros compuestos sobre materiales ecológicos donde el color en su máxima expresión es la nota protagonista. Una exhibición de cromatismo con múltiples simbiosis de gamas de colores ‘calientes’ y ‘fríos’ que sumergen al visitante en un océano de sensaciones.

La muestra es el resultado de un proceso laborioso de creación de tres años durante los que la artista natural de la localidad de Mondéjar (Guadalajara) trabajó en su taller sobre cartones ecológicos de nido de abeja que previamente había reciclado y que cortaba en tiras de unos 10 centímetros, moldeaba y pintaba de forma creativa con pintura acrílica para alcanzar ese universo de color. “Esta muestra es un homenaje al color y a la naturaleza con la que transmito alegría y trato de recuperar la naturaleza mediante el reciclaje y la idea de la economía circular”, explica Salmerón a eldiarioclm.es.

La serie cromática de 23 cuadros se inspira, entre otros motivos, en la diversidad y viveza de los paisajes de Guadalajara. Una provincia que, según la artista, “cambia con cada estación y te ofrece un rico contraste entre los ocres de La Alcarria en verano con los cauces verdes de los ríos, el verde de la primavera y los ocres de La Sierra en invierno”. Encuadrada dentro del arte cinético, la simbiosis entre el color y la luz de las composiciones hace que, según la posición desde la que se observe la muestra, la cadencia del color varíe en la retina ocular. “La variedad que se experimenta con las gamas de color es algo que ha encantado al público que ha visitado la exposición, especialmente los niños que disfrutan mucho con los colores”, explica Salmerón, que lleva dedicada a su pasión pictórica desde hace cuatro décadas.

Esta obra supone un punto de inflexión en su dilatada trayectoria profesional. Del blanco con vetas negras, pasando por grises profundos y negros intensos a lo largo de la década de los noventa al blanco total en su obra hasta alcanzar esta ‘explosión de color’ cultivada por la autora desde hace tres años. En ‘Universo cromático, su primer trabajo de esta nueva fase estética, cada obra lleva por título un color hasta que se agotan. “Entonces recurro a los minerales que son una auténtica fuente de color”, puntualiza. El color –volviendo a Pastoreau- “se dirige sólo a los sentidos; no persigue el objetivo de informar, sino solamente seducir”.

El modo de producción es, según explica Tomás García Asensio en el catálogo de la muestra, lo siguiente: “Lo corta en tiras de unos 10 centímetros, y luego corta la estructura interior separando las dos caras, que luego pega a un tablero por la parte plana y pinta por la rugosa del corte. Dicho todo esto grosso modo porque en realidad el proceso es complicadísimo. Digamos que la producción de estas obras se basa en ”una economía circular“, de reutilización, o de recuperación, más bien de noble utilización de un material concebido para fines más prosaicos, en óptima alianza de estética y de ética”

Su línea estética confluye en un “cromatismo arrollador”, tal como subraya García Asensio. “Pronto se fue emancipando de un realismo reconocible –añade- y, entre el 83 y el 86, más o menos, del pasado siglo, produjo primero lo que me parece una suerte de realismo mágico donde el realismo apenas si se reconoce, como si estuviera al otro lado de un cristal esmerilado. Y el colorido ¡nada que ver con el actual! porque es una sobria gama de tierras. Y al final de este periodo, hasta el 89, incorporó a sus cuadros áreas negras que le aportaban mayor firmeza”.

“A partir del 90 cambia de estética radicalmente. Sus cuadros nada tienen que ver con los anteriores. Son blancos con vetas negras, que parecen emerger del interior insinuándose en grises claros, pasando por grises profundos y emergiendo en negros intensos, y continúa con esta estética hasta que se agotan el siglo y el milenio. Y a continuación otro cambio radical: cuadros totalmente blancos. Con diversos matices de blanco, pero solo blanco. ¡Blanco sobre blanco! como el maestro Malévich. Una larga marcha de 15 años por un desierto helado”.

Salmerón es licenciada en Filosofía y Letras, realizó estudios de arte en el estudio Gutiérrez Navas de Madrid, en la Escuela Oficial de Cerámica, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y en varios talleres de grabado. Ahora, el colorido “exultante”, por usar también el calificativo de García Asensio, es la nota predominante en su obra artística. La exposición ‘Universo cromático’ puede disfrutarse en el recoleto Museo Francisco Sobrino de la capital alcarreña hasta el próximo 17 de febrero.

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