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El presidente de Castilla y León solicita comparecer en las Cortes y se arrepiente dos días después tras el fracaso de las restricciones en Burgos

Foto de archivo de Alfonso Fernández Mañueco.

Laura Cornejo

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El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, se ha echado atrás y no explicará en las Cortes las restricciones que ha impuesto como autoridad delegada tras decretar el Gobierno nacional el estado de alarma. El pasado día 11, el consejero de la Presidencia, Ángel Ibáñez, registró en el Parlamento autonómico una solicitud de comparecencia “a petición propia” del presidente “para informar sobre el acuerdo por el que prorroga la limitación de entrada y salida de personas del territorio de la Comunidad de Castilla y León, así como otras para hacer frente a la pandemia”. La intención no ha durado más de 48 horas, porque según explicó el PP en la reunión previa para establecer el orden del día del próximo pleno, “las circunstancias han cambiado”.

Se niega al cierre perimetral de Burgos

Aunque no se concretó por qué, el cambio que se ha producido desde que Fernández Mañueco solicitó comparecer, es la preocupante situación de Burgos, con una incidencia creciente que no logran frenar las restricciones impuestas hasta este viernes. Pero aún hay otra razón, y es que Fernández Mañueco, autoridad delegada desde el decreto de alarma, se niega a abordar medidas más duras. Tal y como ha podido saber elDiario.es, en el Consejo de Gobierno del pasado jueves, se había decidido no sólo limitar aforo en misas -a 15 personas como máximo- y en reuniones en ámbitos públicos y privados -a tres personas no convivientes como mucho- también se iba a confinar perimetralmente la ciudad. La rueda de prensa, prevista a las 12,30 horas, se retrasó más de media hora y fue porque la medida se rechazó en el último momento, si bien era un acuerdo cerrado que llegó a comunicarse a la oposición y al propio alcalde de Burgos, Daniel De la rosa.

La estrategia política de Fernández Mañueco pasa por desgaste al Gobierno central, al que exige que modifique el decreto “por si fuera necesario un confinamiento domiciliario”, pero que se niega a asumir medidas que están en su mano pero que tendrían coste político. Además, ni el presidente, ni la consejera de Sanidad, Verónica Casado, han hecho autocrítica. Si el Gobierno de Castilla y León se ha adelantado siempre imponiendo imponiendo restricciones, algunas revocadas por la Justicia como el toque de queda 24 horas antes de que hubiese decreto de alarma, o el cierre de las residencias de ancianos, ¿qué es lo que no funciona para que la Comunidad sea la quinta en incidencia? Casado asegura no saberlo.

El secretario regional del PSOE y portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Luis Tudanca, ha expresado su “sorpresa” tras constatar la retirada de la petición de comparecencia del presidente. “No ha querido comparecer”, ha afirmado Tudanca en la rueda de prensa posterior a la Mesa de las Cortes y a la Junta de Portavoces que ha fijado el orden del día del próximo pleno. A pesar de ello, el portavoz del Grupo Socialista interpelará al presidente sobre la situación de la pandemia en la Comunidad y sobre la eficacia de las medidas que está adoptado la Junta, al igual que el leonesista Luis Mariano Santos, que es el encargado de realizar la pregunta de control por el Grupo Mixto, informa Europa Press.

Según consta en la agenda parlamentaria facilitada por las Cortes, la consejera de Sanidad, Verónica Casado, comparecerá el martes día 17 en la Comisión de Sanidad para informar sobre la situación sanitaria y epidemiológica en relación con la COVID-19.

Respecto a las nuevas restricciones aprobadas para la ciudad de Burgos, el político burgalés se ha mostrado “hondamente preocupado” por la situación “no sólo en Burgos, pero sobre todo en Burgos”, desde el reconocimiento de que el virus “está desbocado” y hace necesario tomar medidas adicionales para proteger la salud, que debe ser, ha recordado, “la principal y única batalla” de todas las instituciones.

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