Pueblos de España y Portugal se unen contra la despoblación y denuncian falsas promesas
El pasado fin de semana se celebró en la localidad zamorana de Bermillo de Sayago un encuentro entre responsables políticos y empresariales de esa comarca y sus homólogos portugueses para poner en común los problemas económicos y de despoblación que asfixian a los pueblos de los lados de la frontera. El objetivo de la reunión era involucrar en su solución a los Gobiernos de los dos países, así como a las instituciones regionales y locales a ambos lados del Duero Internacional.
Organizado por la Asociación de Empresarios de Sayago (AES), la asociación homóloga portuguesa y la Cámara Municipal de Miranda do Douro, en el encuentro se puso de manifiesto que las reivindicaciones son ahora las mismas que hace 20 años, destacando que “ya basta de promesas” y que ha llegado el momento de la acción y las soluciones.
La primera reivindicación es la extensión de la banda ancha hasta cada pequeño municipio, como condición indispensable para cualquier iniciativa empresarial, “un servicio que todo el mundo coincide en señalar como decisivo, pero al que nadie le pone solución, a pesar de los compromisos adquiridos”.
En opinión de los reunidos, “la rentabilidad de las operadoras sigue primando sobre el tan cacareado desarrollo rural y el problema de la despoblación, pese a ser considerado ahora un asunto de Estado”.
Captación de gente urbana con nuevas profesiones
Pero además del acceso a Internet, también estuvieron de acuerdo no solo conservar la población actual y las actividades de la gente que vive en esos pueblos, fomentando cooperativas para que la plusvalía de lo producido se quede en los pueblos, sino atraer a población foránea con profesiones modernas que se puedan desarrollar mediante las nuevas tecnologías y posibilitando el teletrabajo y una nueva mentalidad que proceda del mundo urbano para generar un cambio real y rápido.
Según los ponentes, para atraer población y empresas, son imprescindibles los incentivos fiscales, poniendo como ejemplo experiencias en otras comunidades autónomas como Canarias, que pese a la distancia con la Península está más cerca en avión de Madrid que muchas comarcas zamoranas.
Según se puso de manifiesto en algunas intervenciones, los esfuerzos para luchar contra la despoblación implican dinero, pero éste suele acabar en empresas y profesionales fuera del territorio objetivo, con la construcción de edificios en Madrid o Valladolid a cargo de los fondos para el desarrollo transfronterizo.
También reclamaron un cambio urgente de la percepción y la imagen de la vida rural, para lo que emplazaron a los gobiernos a invertir en campañas de concienciación con ese fin, como se ha hecho para mejorar la seguridad vial, el reciclaje o la conciencia de género.
Asimismo, resaltaron que los pueblos se pueden convertir en el modelo de ciudades del futuro, sostenibles, verdes y autosuficientes, de las que hablan algunos gurús, subrayando: “las ciudades del futuro son nuestros pueblos, con acceso a Internet y energías renovables”.
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