Los sanitarios de Castilla y León, “agotados”, con contratos precarios y “molestos” por el decreto: “No sé ni cómo seguimos en pie”
“Cansados, exhaustos, hastiados” por la pandemia y “molestos” por el decreto de Sanidad que modifica sus derechos laborales. Los sanitarios de Castilla y León están “agotados” después de nueve meses de pandemia, de turnos interminables, de horas detrás de un buzo de protección, de idas y venidas y sobre todo de fallecidos. Los profesionales del sector continúan trabajando, pero reivindican un reconocimiento público que no termina de llegar. “El problema se arrastra de antes y ahora nos damos de bruces”, resume la secretaria de Acción Sindical del sector Sanitario, Dalia Madruga.
“No sé ni cómo seguimos en pie”, asegura la presidenta del Colegio de Enfermería vallisoletano, Silvia Sáez. Bueno, en realidad estos sanitarios sí que tienen pistas: por responsabilidad y porque trabajan con personas y su salud “y no con máquinas”. A pesar de que lejos quedaron los aplausos y han vuelto los gritos a muchos centros de salud y hospitales ante las cancelaciones de citas o el estrés de los pacientes. A pesar de que no tengan el personal suficiente para poder atender habitualmente, con una situación todavía más agravada por la pandemia de la COVID-19. A pesar de la “cadena de despropósitos” que enumeran los profesionales sanitarios una y otra vez.
El envejecimiento de la plantilla, mermada desde hace años, el exceso de trabajo y la no fidelización de las plantillas son solo algunos de los déficits que las organizaciones profesionales y sindicatos llevan años proclamando. Y ahora, hay que sumar la COVID-19. No solo las constantes bajas por COVID-19 o por contacto estrecho, si no también por las secuelas psicológicas que afectan a los sanitarios. Y unas sustituciones que, denuncian las organizaciones profesionales y sindicales, no se han producido. “Ahora tenemos todos estos problemas juntos pero agravados. El futuro es negro no, lo siguiente”, lamenta el presidente del Colegio de Médicos de Soria, José Ramón Huerta.
Entre junio y octubre, 480 enfermeras se han marchado de Castilla y León, aseguran desde el colegio profesional. “Las Administraciones están dando tumbos y nosotras estamos cansadas física, emocional y psicológicamente”, resume la presidenta del Colegio de Enfermería de Valladolid, Silvia Sáez. Sindicatos y organizaciones profesionales, además de la Consejería, han creado un número de teléfono para la asistencia psicológica de sus profesionales sanitarios, que reciben continuas llamadas. Sáez lamenta haber recibido llamadas de jóvenes recién graduadas “que querían dejar la profesión”. “Recién salidas de la universidad, casi sin contacto previo con los pacientes porque cortaron las prácticas, les han dado un EPI y les han mandado a una UVI”, asegura la presidenta del Colegio de Enfermería vallisoletano.
Muchos han adelantado sus jubilaciones y otros necesitan pedir una baja por depresión o estrés continuado después de tantos meses tensionados por la pandemia. ¿Y las sustituciones? Desde Comisiones Obreras rechazan que se ofrezcan contratos por días, algo que no consideran legal, puesto que las bajas son, por lo menos, semanales. “Se sale del paso, pero llega un momento en el que el sustituto dice que se marcha. Estamos recogiendo lo que hemos sembrado”, afea Dalia Madruga.
Un tipo de contrato que se ofrece “cada vez más”, incluso a profesionales ya con varios años de experiencia, es un contrato de área. Este tipo de contrato no te ata a un mismo centro de salud, por lo que al final el sanitario tiene cada día un horario y un destino diferente. “Te dicen que vas a trabajar en Tudela pero al final vas a Rondilla y te mueven”, explica la secretaria de Acción Sindical del sector Sanitario de CCOO.
Sí reconocen que algo importante ha cambiado respecto a la primera ola: los equipos de protección. Ahora sí que hay buzos, mascarillas, gafas... todo homologado, lo que reduce el riesgo de contagio, aunque no lo elimina del todo. Actualmente hay 1.432 profesionales sanitarios en seguimiento tras haber dado positivo en una PCR. Ya ha habido otros 3.274 profesionales que han recibido el alta y cinco sanitarios fallecieron a causa de la COVID-19, un virus del que se infectaron trabajando.
Sobre el decreto de Mañueco: “Han errado del todo”
Desde hace dos semanas, los profesionales sanitarios suman otra a sus preocupaciones: el 'decretazo' de la Junta, publicado un sábado en el Boletín de Castilla y León (Bocyl) sin aviso previo a los sindicatos, con quien se estaba negociando. Este decreto firmado por Alfonso Fernández Mañueco pone en stand by algunos derechos laborales del sector, “impone servicios extraordinarios por su duración o por su naturaleza, y que resulten imprescindibles”, según el propio Bocyl. Este 'decretazo' ha tensionado la relación entre sindicatos y la Consejería de Sanidad, que se niega a retirar un decreto que permitirá modificar las vacaciones, los descansos, las guardias y otros aspectos laborales. “Sobraba. Han errado del todo. Se intentan justificar porque fue un error y no quieren retroceder retirándolo”, censura Sáez.
“Por primera vez estamos todos los sindicatos juntos”, valora Miguel Holguín, representante de UGT. La semana pasada unos tres mil sanitarios salieron de sus consultas a las puertas de los centros de salud y hospitales para protestar por este decreto que no había sido negociado ni advertido a las organizaciones sindicales. “Bajó la gente que pudo, teniendo en cuenta lo que estamos viviendo, y los mayores sorprendidos fuimos los sindicatos... Esta ha sido la gota que ha colmado el vaso”, recuerda Holguín.
“Cualquier atisbo de prepotencia o falta de diálogo” pone a los sanitarios “enfrente” de la Administración, explica Francisco José del Riego, presidente del Colegio de Médicos de Palencia. “Muchos dicen: 'Me he jugado el pellejo, he expuesto a mi familia, no he tenido vacaciones... ¿y ahora esto?'. Es normal que hayan estallado”, asegura la secretaria general autonómica del sindicato Satse, Mercedes Gago, enfermera zamorana.
Los sindicatos y miles de trabajadores sanitarios han mostrado su rechazo en varias ocasiones a este decreto, que el gobierno autonómico ha defendido, aunque el vicepresidente, Francisco Igea, ha aceptado pedir “perdón” si se ha entendido “mal” este decreto. Los sindicatos mantienen su férrea posición y mantienen la convocatoria de concentraciones silenciosas en todos los centros sanitarios. No negociarán hasta que la Junta no retire el decreto.
El presidente del Colegio de Médicos de Soria lamenta que los sanitarios sientan “la falta de apoyo” por parte de la Administración, sobre todo después de un decreto “incomprensible, inaudito y surrealista” que permite a los gerentes modificar las vacaciones y guardias -entre otros- “en vez de cuidar” a los sanitarios. José Ramón Huerta asegura que el sistema sanitario terminará “pagando” el coste de estas decisiones.
1