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Linda Porn: hay más racismo en el porno que en la prostitución

Linda Porn

Pau Rodríguez

Puta, artista y migrante. Así se define Linda Porn (Ciudad de México, 1980), que con 25 años consiguió llegar a España para ser actriz a través de la industria del sexo. Era 'table dancer' –bailarina de barra americana– en la capital mexicana para pagarse los estudios, y fue en el club en el que trabajaba donde le pasaron el contacto para viajar a Madrid, donde ya vivían su hermana y su madre.

“Para entrar a Europa todos tenemos estrategias, por supuesto ilegales. Está la patera y está como vine yo”, resume. Ella llegó para hacer de prostituta. Lo hizo perfectamente consciente, recalca: “Como otras compañeras latinoamericanas, no vinimos víctimas de tráfico”. “Quienes están contra la prostitución no pueden entender que una mujer tenga el trabajo sexual en su proyecto migratorio”, añade.

Linda Porn, que es impulsora del sindicato OTRAS de trabajadoras sexuales (cuyos estatutos fueron recientemente anulados por la Audiencia Nacional), niega que la mayoría de sus compañeras sean víctimas de trata, pero acepta que lo son de explotación, que se resume en jornadas de más de 12 horas para saldar la deuda de miles de euros con el contacto que las trajo a España. “Y si nos tienen cogidas no es porque amenacen a nuestra familia, sino porque no tenemos documentación, somos migrantes”, expresa, y argumenta que si en vez de acabar con la prostitución se cambiara la ley de extranjería, este problema desaparecería.

De hecho, ni siquiera es partidaria de regular la prostitución, puesto que esto seguiría dejando a las trabajadoras migrantes al margen del sistema.

Afincada ahora en Castelldefels después de años en Madrid y Barcelona, esta mujer sigue alternando el trabajo sexual con el de artista y performer, a menudo mezclándolos. Recientemente ha estrenado una pieza audiovisual en el museo MUSAC de León en el que cuenta su proceso migratorio mientras se introduce un dildo por la vagina.

Más que en la prostitución, donde se asume que la mayoría de trabajadoras son extranjeras –latinoamericanas, asiáticas, africanas de la Europa del este, etc.–, Linda Porn asegura que es en su experiencia como actriz cuando más episodios de racismo ha sufrido. “Las latinoamericanas tenemos muy pocas opciones en el teatro o el cine, siempre vinculadas a estereotipos”, lamenta. Lo mismo le ha ocurrido en la industria pornográfica, afirma. “El cine porno español no acepta a las latinas, ni siquiera nos verás en el porno más feminista”, concluye.

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