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PERFIL

Oriol Mitjà, el infectólogo que advirtió de la propagación del coronavirus y que investiga cómo cortar los contagios

Oriol Mitjà

Pau Rodríguez

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Acababa de salir el economista Xavier Sala-i-Martín del plató del FAQS, programa de máxima audiencia en TV3, tras burlarse de la histeria global con el coronavirus, cuando entró Oriol Mitjà. Ese 15 de febrero, días después de que el Mobile World Congress anunciase su cancelación para evitar contagios desde la China, pocos científicos y políticos avalaban la decisión de la organización del evento excepto este médico especializado en enfermedades infecciosas. Y no se quedaba ahí: pedía que se comenzase a restringir la circulación de viajeros. “Es mejor que nos recuerden por haber hecho demasiado que por haber hecho demasiado poco”, resumía entonces.

Un mes después, y a medida que la epidemia de coronavirus avanza cobrándose medio millar de fallecidos en España, este infectólogo, hasta ahora conocido por sus descubrimientos contra la enfermedad tropical del pian, se ha convertido en un azote de las autoridades sanitarias, a las que achaca “falta de anticipación”. En medios de comunicación y a través de Twitter, Mitjà ha presentado sus modelos matemáticos para advertir desde hace días de que la propagación del virus en este país sería mayor de la inicialmente prevista, sobre todo si no se adoptaban medidas más drásticas de aislamiento social que, a su juicio, llegan tarde y mal.

Con los primeros casos de transmisión comunitaria en Sevilla, Madrid o Euskadi, a finales de febrero, Mitjà pedía ya que se pusiese sobre la mesa la prohibición de aglomeraciones o el cierre de escuelas. De nuevo en el FAQS, pero el pasado 14 de marzo, este joven médico catalán auguraba que el estado de alarma anunciado por Pedro Sánchez se iba a quedar corto si no iba acompañado de mayores restricciones en transportes y trabajo. Argumentaba que España era el único país que se había mantenido durante demasiado tiempo en una tasa de reproducción del virus alrededor de 3 (la OMS estima que es en general de entre 1,4 y 2,5).

Por si fuera poco, la figura de Mitjà ha cobrado este lunes más notoriedad si cabe por dos motivos: se ha conocido que encabezaría un ensayo clínico desde su hospital, el Germans Trias i Pujol de Badalona, para recortar la velocidad de transmisión del COVID-19 y, a las pocas horas, ha pedido la dimisión del comité de emergencias español que lidera Fernando Simón. “La negligencia se ha manifestado con la reiterada falta de anticipación y la incapacidad de predecir una epidemia que era evitable”, concluía, subiendo el tono respecto a sus advertencias iniciales.

La dureza de la afirmación no ha gustado a una parte del sector sanitario y a algunos especialistas epidemiólogos, que consideran que las críticas en plena debacle solo debilitan el sistema, que la falta de conocimiento sobre la naturaleza de este virus ha dificultado la toma de decisiones y que en epidemiología no hay un número mágico a partir del cual recomendar una u otra medida. Lo resumía el especialista del Clínic de Barcelona y catedrático de la UB Antoni Trilla en una entrevista en Catalunya Ràdio. Paralizar la economía entera con solo 20 o 30 casos, venía a decir, también tiene consecuencias inciertas sobre la población que hay que equilibrar.

También lo relativizó al inicio

Algunos de sus detractores le han reprochado además que, cuando el virus estaba causando estragos principalmente en Wuhan, a principios de febrero, Mitjà lo consideraba como tantos otros una suerte de gripe estacional de baja letalidad. “La infección por el nuevo coronavirus es muy leve. La tasa de letalidad fuera de China es del 0,2%, muy parecida a la gripe epidémica que sufrimos todos los inviernos”, declaraba en una entrevista en Rac1, en la que afirmaba que veía “poco probable” que el virus llegase a España y pedía rebajar la “alarma social”.

También se ha equivocado en otras de sus predicciones más recientes, aunque en este caso para quedarse corto. Así le ocurrió cuando auguró un aumento en marzo de dos o tres positivos al día en Madrid o Barcelona (y 100 o 150 casos en abril en el peor de los escenarios, ya superado en la capital).

El médico que quiere erradicar el pian

No es esta la primera vez que Mitjà se pasea por platós y estudios de radio en España, donde se vale de su impecable dicción. Mucho antes de centrar su trabajo en la pandemia que azota medio mundo, este médico de profesión se dio a conocer por haber dado con un antibiótico que cura el pian, una enfermedad contagiosa tropical que afecta a miles de personas, sobre todo niños, y es endémica en 15 países. Por ello recibió premios como el Príncipe de Girona en 2013.

Mitjà se licenció en la UB en 2004 y coincidiendo con su residencia en Vall d'Hebron, especializada en enfermedades infecciosas, pudo cursar también estudios en la London School of Hygiene & Tropical Medicine. Pero su vida dio un vuelco cuando aceptó una oferta para trabajar como médico en Lihir, una isla de Papúa Nueva Guinea, donde explica que se encontró con que el 50% de la población infantil sufría esta enfermedad que produce úlceras muy contagiosas.

Si por entonces el pian se trataba con inyecciones de penicilina difíciles de administrar por falta de recursos y posibilidad de contagio con las agujas, Mitjà descubrió que la azitromicina, en una dosis oral de 30 mg/kg, propiciaba la curación. Hoy la OMS establece que con este tratamiento antibiótico se observa una curación completa en más del 95% de los casos, lo que les mantiene esperanzados de lograr la erradicación completa de la enfermedad en los próximos años.

Dos fármacos contra el coronavirus

Este infectólogo liderará ahora un ensayo clínico desde el Hospital Germans Trias i Pujol y con fondos del Departamento de Salud y otros privados para reducir la velocidad de transmisión del coronavirus. El estudio se realizará con 195 pacientes con COVID-19 de esta zona y de Igualada, y más de 3.000 de sus contactos. La intención es administrar a los primeros un fármaco, el darunavir/cobicistat (antiviral que se usa para el VIH), para reducir la carga viral y ver si estos pacientes infectan a menos gente de su entorno. Por otro lado, se dará hidroxicloroquina a sus contactos bajo la hipótesis de que actúe como profilaxis frente al virus.

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