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Sobre este blog

Adiós a las armas nace con el objetivo de contribuir a la construcción de un mundo más seguro, a través de la cultura de paz y el desarme, desde la investigación y difusión de los efectos perversos del militarismo y el armamentismo, prestando especial atención al comercio de armas, la financiación de las armas, el gasto y presupuestos militares, las fuerzas armadas, la industria militar, la Investigación y Desarrollo (I+D) de armamento, las operaciones militares en el exterior, con especial atención en el Estado español; también hacemos análisis de conflictos armados, el militarismo y armamentismo mundial y de las doctrinas de seguridad y defensa de España, la UE y la OTAN.

Adiós a las armas es un blog coral en el que escribimos investigadoras y colaboradoras del Centro Delàs de Estudios por la Paz, pero dónde también se pueden encontrar artículos firmados por autoras que hacen una lectura de los conflictos y las relaciones internacionales incorporando un análisis crítico desde la cultura de paz y la no-violencia.

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Contribución de las empresas españolas a la financiación del armamento nuclear

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Xavier Bohigas / Teresa Fortuny

Centre Delàs d’Estudis per la Pau —

Las empresas que fabrican armas nucleares necesitan de las entidades financieras para realizar sus actividades, como cualquier otra industria. Así, los bancos pueden ayudar a estas empresas concediéndoles créditos, gestionando la colocación de bonos o acciones emitidos por las empresas, o incluso formando parte de su accionariado.

El número de entidades financieras que colaboran con empresas que producen o gestionan armas nucleares es importante. El informe Don't bank on the Bomb, publicado recientemente por la ong neerlandesa PAX, afirma que han detectado 382 bancos, compañías de seguros, fondos de pensiones y gestores de activos de 27 países que han realizado, desde 2012, inversiones significativas en la industria de armas nucleares. De estas entidades financieras, 238 tienen su sede en América del Norte, 76 la tienen en Europa, 59 en Asia y el Pacífico y 9 en Oriente Medio. No se ha encontrado ninguna entidad con sede en África que esté involucrada en la financiación de armamento nuclear. El informe recoge únicamente las entidades financieras que han dado créditos a las empresas nucleares y aquellas instituciones privadas que tienen un mínimo del 0,5% de las acciones o bonos de alguna de las empresas nucleares.

El informe identifica 26 empresas relacionadas con la fabricación, mantenimiento o modernización del armamento nuclear. Estas empresas tienen su sede en alguno de los estados siguientes: Francia, India, Italia, Países Bajos, Gran Bretaña y los Estados Unidos de América. Puede sorprender que no haya ninguna empresa rusa o china. La razón es simple: la actividad industrial vinculada a las armas nucleares de Rusia, China, Pakistán y Corea del Norte se realiza a cargo de empresas estatales, de titularidad pública, y el informe sólo recoge información sobre empresas privadas. Por el contrario, en los EE.UU., Gran Bretaña, Francia e India, estas actividades se llevan a cabo con una estrecha colaboración entre agencias estatales y la empresa privada.

¿Cuáles son estas empresas? Las hay bien conocidas como Boeing, que fabrica misiles además de los aviones comerciales. Otras son gigantes de la producción de armas como Airbus, General Dynamics, Finmeccanica, Lockheed Martin, Raytheon, Safran, Thales. Y otras son más desconocidas.

Los nueve estados nuclearmente armados (EEUU, Rusia, China, Gran Bretaña, Francia, Israel, Pakistán, India y Corea del Norte) tienen en marcha programas de modernización de su armamento nuclear con unos presupuestos multimillonarios que, se estima, superan, entre todos, los 100.000 millones de dólares anuales. La mayor parte de la financiación de la industria nuclear militar proviene de los presupuestos anuales de cada uno de los estados. Los datos que presenta el informe Don't bank on the Bomb hacen referencia únicamente a la financiación privada y no a las inversiones públicas.La mayoría de la gente piensa que las armas nucleares son inaceptables y que deberían eliminarse. Este estado de opinión hace que algunas entidades financieras hayan hecho desinversiones en empresas nucleares o que no acepten realizar operaciones financieras con estas empresas. Así, el fondo de inversión holandés ABP liquidó sus relaciones financieras con la empresa india de producción de armas nucleares Larsen & Toubro; el banco sueco Nordea ha excluido a la empresa Boeing debido a su relación en el programa de modernización de los misiles nucleares Trident. Otras entidades especifican, en su código de conducta, que no harán negocios con empresas relacionadas con la producción de armamento nuclear. El informe señala 53 instituciones financieras que prohíben o limitan las inversiones en productores de armas nucleares.

Y ¿cuáles son las instituciones que financian las empresas que fabrican armas nucleares, o tienen acciones de estas empresas? La gran mayoría de los grandes bancos, muchas compañías de seguros, fondos de inversión, etc. La lista es larga. Y el Estado español está representado por cuatro entidades. Son: Acciona, Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, Banco Santander y Banco de Sabadell, y han puesto a disposición de las empresas que fabrican armas nucleares, desde el año 2012, un total de más de 5.200 millones de dólares, cada una de ellas con un grado de implicación diferente.

Acciona, empresa de ingeniería civil dedicada a la promoción y gestión de infraestructuras y energías renovables, tiene una participación de 354 millones de dólares de la empresa francesa Thales. Según el SIPRI, Thales es una de los diez primeros productores de armas del mundo, y está especializada en sistemas electrónicos. Thales, juntamente con Airbus (antes EADS), Safran, SNPE i DCNS, obtuvo un contrato en diciembre de 2004 para construir el nuevo misil nuclear M51 que se instalará en los nuevos submarinos franceses. Es un poco chocante que una empresa que presume de ser líder en energías renovables y que, según su plan director de sostenibilidad, está comprometida con el desarrollo sostenible, tenga acciones de una empresa que, entre otras cosas, fabrica misiles nucleares.

Es habitual que los bancos formen consorcios para conceder créditos si las cuantías solicitadas son enormes. El BBVA, el banco de Santander y el banco de Sabadell han participado en alguno de estos consorcios que han concedido créditos a algunas empresas fabicantes de armas nucleares.

Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) ha otorgado préstamos por un total estimado de 2.776 millones de dólares a las empresas de armas nucleares. Son préstamos concedidos por un consorcio de bancos, en el que BBVA tiene una participación. Las empresas beneficiarias de los préstamos en los que el BBVA ha participado son: AECOM (la parte concedida por el BBVA asciende a 325 millones de dólares); Airbus (297 millones de dólares), Babcock & Wilcox (68 millones de dólares), Boeing (1.062 millones de dólares), Finmeccanica (275 millones de dólares), General Dynamics (205 millones de dólares), Honeywell International (264 millones de dólares ), Jacobs Engineering (192 millones de dólares) y Thales (88 millones de dólares).

Además el BBVA ha suscrito emisiones de bonos por un total estimado de 394 millones de dólares de las compañías AECOM, Airbus, Boeing, Finmeccanica y Honeywell International.

¿A qué se dedican estas empresas financiadas por el BBVA? Por ejemplo, AECOM, junto con Babcock & Wilcox, CH2M Hill y Northrop Grumman han constituido una empresa conjunta que gestiona el Nevada Test Side, el lugar donde se hicieron algunos ensayos con armas nucleares norteamericanas y donde ahora se realizan los ensayos subcríticos. AECOM también está implicada en el laboratorio nuclear de Los Álamos (EEUU). Boeing desarrolla el misil intercontinental nuclear estadounidense Minuteman. Los submarinos nucleares estadounidenses equipados con estos misiles con carga nuclear, están en máxima alerta de forma permanente y pueden disparar un misil con muy poco tiempo.

En la memoria del año 2014, el presidente del BBVA, en su carta de presentación, dijo que en el 2014 han continuado “trabajando por un futuro mejor para las personas”. No compartimos este punto de vista, entre otras cosas porque financiar armas nucleares no significa trabajar por un mundo mejor, sino todo lo contrario.

El Banco Santander ha participado, conjuntamente con otros bancos, en la concesión de préstamos. La parte que corresponde al B. Santander sube hasta un total estimado de 1.441 millones de dólares. Las empresas y las partes concedidas en préstamo por el B. Santander son las siguientes: Airbus (297 millones de dólares), Boeing (142 millones de dólares), Finmeccanica (390 millones de dólares), Flúor (90 millones de dólares), General Dynamics (35 millones de dólares), Honeywell International (135 millones de dólares), Safran (121 millones de dólares) y Thales (230 millones de dólares). El Banco Santander suscribió emisiones de bonos de las empresas nucleares Airbus, Boeing, Finmeccanica y Fluor por un total de 234 millones de dólares.

En el documento Responsabilidad Social Corporativa del Grupo Santander se dice: “... compromisos que  el Grupo adquiere para que sus actividades resulten beneficiosas a largo plazo en los entornos económicos, sociales y ambientales en los que está presente.” Así, parece que el Grupo Santander considere la fabricación de armas nucleares como una actividad beneficiosa.

Y, para terminar esta relación, el Banco de Sabadell ha otorgado préstamos a la empresa Orbital ATK por un valor estimado de 29 millones de dólares. Orbital ATK, conjuntamente con Lockheed Martin, produce los sistemas de propulsión de misil nuclear Trident II (D5). En el informe anual de 2013, sobre Responsabilidad Social Corporativa del B. de Sabadell se dice que una de las líneas de actuación del banco será “potenciar la orientación ética en todas nuestras actividades”. Está claro que la ética del Banco de Sabadell no coincide con la nuestra.

Así España ha participado en más 5.200 millones de dólares en el negocio de empresas productoras o gestoras del armamento nuclear desde el año 2012. Hay que decir que no podemos asegurar que este dinero se hayan utilizado en la fabricación de armas nucleares directamente ya que las empresas y los bancos no especifican en que utilizan las inversiones realizadas en estas empresas.

La campaña Banca Armada ha denunciado en las juntas de accionistas de los bancos, en varias ocasiones, las inversiones en armas convencionales y nucleares.

Las armas nucleares son las únicas armas de destrucción masiva que todavía no están explícitamente prohibidas por el derecho internacional. Desde hace tiempo la ciudadanía lucha para conseguirlo. La financiación a las empresas que fabrican o gestionan el armamento nuclear es un obstáculo importante para lograr un mundo libre de armas nucleares.

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