Exportaciones de armas a zonas en conflicto o con graves violaciones de los Derechos Humanos
Como se ha ido viendo durante el actual gobierno del PP, los períodos de vacaciones son el momento ideal para tomar decisiones y publicar informaciones relevantes y sensibles, que serían muy criticadas por la población en general. La última de estas informaciones, se publicó durante las fiestas de Navidad: el informe sobre las exportaciones de armas españolas correspondiente al primer semestre de 2013. Como era de esperar, pasó casi desapercibido para la gran mayoría de los ciudadanos.
Según dichas estadísticas, durante el primer semestre de 2013, España exportó armas por un valor de 1.821,4 millones de euros, un 194% más que el año anterior durante el mismo, y poco menos que durante todo el 2012. Este hecho refleja claramente el impulso dado por el gobierno a la industria armamentística para favorecer sus exportaciones y, por tanto, beneficiarse de alguna manera sus cuentas -dada la deuda que el Estado tiene comprometido con empresas del sector. Con esta premisa, y como en años anteriores, el gobierno español obviando el carácter preventivo de la ley sobre comercio de armas continuó permitiendo la exportación de armamento a países en conflicto armado o con graves violaciones de los derechos humanos y / o del Derecho Internacional Humanitario , como son los casos de Israel, Colombia, Egipto, Bahréin, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, India o Pakistán; así como otras exportaciones que podrían poner en peligro la estabilidad regional o agravar la situación interna de algunos los países de destino, como es el caso de las exportaciones a países de Oriente Medio, Ghana o Venezuela, entre otros.
En este primer semestre han recibido armas españolas a los gobiernos de Arabia Saudita (377 millones € en aviones y munición), Bahréin (7 millones € en armas y munición de artillería y se le concedieron licencias de exportación por más de 43,9 millones de euros de la misma categoría), Egipto (2 millones € en vehículos militares y armas), Emiratos Árabes Unidos (427 millones € en aviones), Jordania (134.000 € en piezas de aeronaves), Omán (4 millones de € en armamento, munición y bombas) e Israel (1,5 millones de € en vehículos, armas y bombas). Además, por primera vez, se han autorizado dos licencias de exportación de material militar en Afganistán por un valor de 1,3 millones € (en equipos de formación de imagen o contramedida), de las cuales se han realizado algo más de la mitad, con destino a sus Fuerzas Armadas.
Como señalamos desde el Centro Delàs, junto con otras organizaciones de la Red Europea Contra el Comercio de Armas (ENAAT), esta tendencia en favor de las exportaciones de armas ha afectado especialmente a la región de Oriente Medio. Las estadísticas sobre las exportaciones españolas de material de defensa y doble uso de 2012 ya reflejaban la tendencia creciente de las exportaciones de armas, y en concreto a países de esta región, aunque el documento oficial no hacía mención explícita de la política de fomento de las exportaciones de armas llevada a cabo por el Gobierno español. Esta tendencia, sin embargo, no es cosa del gobierno español únicamente, es una tendencia que se replica en el resto de la Unión Europea. La publicación del 15 º Informe anual sobre el control de las exportaciones de tecnología y equipamiento militar de la Unión Europea ha puesto de manifiesto que durante el 2012 se aprobaron licencias de exportación por un total de 9.700 millones de euros con destino a la Oriente Medio. Estas cifras representan un incremento del 22% respecto del 2011, y ello a pesar de los acontecimientos que se estaban dando en muchos países de la región, el riesgo de levantamientos militares, el riesgo de desvío de armas y la falta de garantías sobre el uso final de esas exportaciones.
Algunas organizaciones no gubernamentales, como el Centro Delàs de Justícia i Pau, y otras como Greenpeace, Oxfam, Amnistía Internacional y la Fundipau con la campaña Armas bajo control, venimos denunciando este tipo de exportaciones de armas desde hace años. Pedimos una mayor transparencia en todo el ciclo de las exportaciones de armas, desde el momento en que el gobierno recibe una solicitud de exportación hasta la información relativa al usuario final de las armas exportadas y el proceso de toma de decisiones. Pero por encima de todo, pedimos que se aplique de manera estricta la legislación vigente sobre comercio de armas, que se prioricen los criterios establecidos por la Posición Común de la Unión Europea en su carácter preventivo, por encima de otros criterios marcados por los intereses político-estratégicos de los estados y sus alianzas, y por encima de los intereses económicos de las industrias militares.