El pasado 8 y 9 de diciembre, en Viena, se celebró la “Vienna Conference on the Humanitarian Impact of Nuclear Weapons”, donde estuvieron representados más de 150 países y, por primera vez, asistieron representantes de las delegaciones de cuatro de los nueve Estados poseedores de armas nucleares: EEUU, Reino Unido, India y Pakistán.
“Las consecuencias de cualquier uso de armas nucleares serían devastadoras, de larga duración, e inaceptables. Los gobiernos simplemente no pueden escuchar esta evidencia y estas historias humanas sin actuar”, dijo Akira Kawasaki, de la ONG japonesa Peaceboat. “La única solución es prohibir y eliminar las armas nucleares y tenemos que empezar ahora”, añadió Kawasaki.
El objetivo del encuentro ha sido sentar las bases para iniciar un proceso diplomático con el fin de acordar un nuevo tratado teniendo en cuenta, también, las aportaciones de la sociedad civil. Asimismo, el Centro Delàs de Estudios por la Paz asistió como participante del foro de la sociedad civil, organizado por la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN), con los que conjuntamente pidieron a los gobiernos que empiecen con urgencia las negociaciones para redactar un tratado de prohibición de las armas nucleares.
Asimismo, 44 Estados se comprometieron a trabajar en pro de un tratado para el desarme nuclear, donde Austria expresó la necesidad de esfuerzo de toda la comunidad internacional para llenar el vacío legal y lograr su prohibición y eliminación.
Juan Ignacio Morro Villacián, Subdirector General de No Proliferación y Desarme del Ministerio de asuntos Exteriores y de Cooperación, y representante de España en la Conferencia de Viena, expresó el compromiso de conseguir un mundo sin armas nucleares a través del marco del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, poniendo énfasis en la importancia de los tres pilares (la no-proliferación, el desarme y el uso pacífico de la energía nuclear) y la necesidad de una aplicación equilibrada y progresiva de dicho tratado. Además, abogó por el esfuerzo de todos los Estados para que sea un proyecto realista que tiene que ser llevado a cabo principalmente por los países dotados de armas nucleares, para que asuman el compromiso de desarme de conformidad con el artículo VI del Tratado, juntamente con el acuerdo de medidas de transparencia. Por otra parte, el representante español también manifestó que es preciso ser cuidadoso con los enfoques maximalistas, que pueden parecer atractivos pero que podrían llegar a resultar contraproducentes si no cuentan con la participación de todos los actores relevantes en este ámbito.
España consideró que el proceso negociador creado en la Conferencia era una oportunidad única que no había que desaprovechar, remarcando que hay que realizar un esfuerzo especial para alcanzar un acuerdo lo antes posible, llevando a todos los Estados a adoptar a nivel interno medidas eficaces para reforzar la seguridad física de sus instalaciones y materiales nucleares.
A todo esto, establecer un marco normativo común para todos los Estados e incrementar las negociaciones multilaterales es de máxima necesidad para progresar en la esfera del desarme nuclear y evitar las desastrosas consecuencias humanitarias que comportan. Es por eso que de España necesitamos un compromiso firme hacia la adhesión a la iniciativa humanitaria y una actitud activa para fomentar un debate internacional enfocado hacia la concienciación y negociación para conseguir un Tratado vinculante y una prohibición real de las armas nucleares. Necesitamos que sea un actor que impulse el debate hacia la reforma política y legal para hacer frente a las armas nucleares, desarrollar los instrumentos jurídicos es un requisito inminente para influir en los Estados poseedores de dicho arsenal.
25 años después de la Guerra Fría, se estima que hay 16.300 cabezas nucleares en 14 países. El trágico legado de las armas nucleares sigue vivo y amenazando a nuestro presente y futuro. Afortunadamente, en los últimos años se ha reactivado el trabajo por el desarme nuclear. El impacto humanitario de las armas nucleares se ha convertido en una cuestión dominante en el debate internacional, sumado a la necesidad creciente de los Estados para considerar la tesis de que se produzca un cambio real y sostenible en la esfera del desarme nuclear. Des del Centro Delàs trabajamos por el desarme, el nuclear evidentemente también. Las armas nucleares deben ser abolidas. Para ello, sería de gran ayuda que las armas nucleares estén prohibidas por un tratado jurídico internacional. Los debates en Viena ilustraron que una buena parte de la comunidad internacional está decidida a abordar esta cuestión. Aunque todavía falta un apoyo decidido y explícito de muchos más estados, entre ellos el español, a quien animamos a sumarse al carro de los países que lideran el proceso por la prohibición de las armas nucleares.