María José Lecha (CUP-Capgirem BCN): “Barcelona se ha privatizado durante 30 años, Trias solo lo ha acelerado”
María José Lecha (Barcelona, 1957) es una de las caras nuevas en la carrera electoral hacia el Ayuntamiento de Barcelona. Tras la irrupción de la CUP en el Parlament, el asalto a la capital catalana es uno de los principales retos de la izquierda independentista y anticapitalista. Igual que el diputado David Fernández, Lecha no es militante de la CUP. Esta activista barcelonesa, de raíces aragonesas, pone cara y ojos a la candidatura de Capgirem Barcelona como independiente, “pero no indiferente”, advierte. Su trayectoria pasa por el sindicalismo en el sector sanitario, donde es administrativa en el Hospital de Sant Pau.
¿Qué puede aportar Capgirem Barcelona en la ciudad?
El compromiso de dejarnos la piel en la garantía los derechos sociales básicos. Nosotros creemos que no necesitamos un plan de emergencia en clave de caridad, como hacen otras formaciones. Todos los hombres y mujeres deben tener estas necesidades cubiertas para poder tener una vida digna. Este es el reto de Capgirem Barcelona y, para ello, tenemos muchas propuestas.
Usted dirá.
La diversificación del sistema productivo, en primer lugar. Tenemos la ciudad abocada al turismo, como antes había hecho con la especulación inmobiliaria. Hace falta una reindustrialización con herramientas alternativas al capitalismo, como las cooperativas. Pero eso no lo podemos poner en marcha mientras la apuesta desenfrenada por el turismo ahogue todo el resto de iniciativas.
El día después de las elecciones seguirán llegando turistas. ¿Ustedes qué harían si llegan a ganar las elecciones?
El problema no es el modelo turístico, únicamente. Es más preocupante el uso de la ciudad para hacer unas políticas absolutamente neoliberales. No se ha creado un modelo de ciudad, sino una marca, un escaparate donde se nos vende al exterior en un plan de competitividad con otras ciudades europeas. Lo hemos visto con la Smart City, que implica la T-Movilidad. Es una marca Barcelona creada a espaldas y en contra de la población de Barcelona, especialmente de sus clases populares.
El Ejecutivo de Trias sostiene que el turismo es una de las mejores fortalezas de la ciudad.
Aunque crecí en el barrio de Hostafrancs, y ahora vivo en Fort Pienc, pasé muchos años en la Avenida Gaudí. Y tuve que marchar de mi casa por la masificación turística, extendida alrededor de la Sagrada Familia, como retrata muy bien el documental Bye bye Barcelona. El Ayuntamiento no habla ni de la precarización de los trabajadores del sector de la hostelería, ni de los efectos gentrificadores en los barrios.
En los últimos días vemos agentes cívicos que tratan de conciliar el turismo y la vida en el barrio... ¿Le parece una buena medida?
Me parece una medida electoralista, como todas las que ha hecho Trias últimamente. Los agentes cívicos que ha puesto ahora en los centros turísticos son una tomadura de pelo, como las 40 medidas para compaginar la vida del ciudadano con el turismo. ¿Todo esto llega ahora? ¿Precisamente ahora? ¿Después de todos estos años? Hago un llamamiento a los vecinos de la ciudad para el 24 de mayo no hagan caso al comercial Trias. Nos está vendiendo un producto para que lo compramos y después callamos durante 4 años.
Trias en la sopa (#TriasAlaSopa), que dicen ustedes, en alusión al uso electoral que hace el candidato Trias de su condición de alcalde. La Junta Electoral les ha dado la razón, pero no multará al alcalde. ¿Satisfechos?
No se puede gastar dinero público para hacer campaña. No nos preocupaba tanto el hecho de que le pusieran una multa, sino más bien que algún organismo le parara los pies. Esto no hubiera pasado si no hubiéramos alzado la voz. Denunciamos 14 ejemplos, y uno de los que destacábamos era el del Mercado del Ninot, porque además había anunciado que pretendía inaugurarlo en plena campaña. En pocos días hemos visto imágenes patéticas, inaugurado La Modelo cuando todavía hay internos dentor, o las Glorias a toda prisa...
Las tres nuevas formaciones con aspiraciones al Ayuntamiento de Barcelona están encabezadas por mujeres. Ada Colau (Barcelona en Comú); Carina Mejias (Ciudadanos) y usted. ¿La nueva política, entre otras cosas, también es esto?
Depende. El hecho de que estas fuerzas estén lideradas por mujeres no implica, necesariamente, que sus programas sean de raíz antipatriarcal y feminista. Para nosotros no es tan importante tener definidas unas propuestas determinadas que pongan a las mujeres en el centro del debate, que las tenemos, sino que todo el programa se escriba en clave antipatriarcal y feminista.
Sectores del feminismo piden la abolición de la prostitución, en todas sus excepciones. Capgirem Barcelona incorpora mujeres de Prostitutas indignadas en su lista.
En estos momentos hay un colectivo de prostitutas que consciente y voluntariamente trabajan con el sexo. Esto es un hecho. Por lo tanto, este colectivo, como cualquier otro grupo de trabajadores, debe tener cubiertos sus derechos. Su situación se ha visto agravada porque el Ayuntamiento las tiene absolutamente criminalizadas, entre otras cosas porque se han significado políticamente. Nosotros no vamos a dejar de defender los derechos de este colectivo, ni mucho menos caeremos en criminalizaciones, como ha hecho CiU. Otra cosa, enlazando con los sectores feministas que citabas, sería si todos pudiéramos escoger en libertad e igualdad de oportunidades nuestro futuro.
Si viviéramos en esta sociedad idílica y dependiera de usted, ¿Qué haría?
Yo no puedo abolir nada que el pueblo no quiera abolir. Esta es nuestra dinámica: La voz, en nuestro programa, siempre la tiene el pueblo. En todo caso esta hipótesis no nos la podemos plantear en tres o cuatro años vista, el presente es lo que tenemos. Y estas mujeres necesitan derechos ahora. Además, en una sociedad socialmente ideal quizás ellas escogerían lo mismo.
Ustedes defienden la autogestión. Sectores del movimiento vecinal, en cambio, entienden que es imprescindible la cogestión de algunos proyectos y equipamientos con el consistorio. ¿Su modelo de ciudad entiende también estas sensibilidades?
El modelo que nosotros proponemos no pasa por las subvenciones del Ayuntamiento, han de ser los concejales quienes doten de la información necesaria a las clases populares. De este modo, los vecinos se pueden informar tranquilamente y tomar las decisiones de forma conjunta. Será entonces, con todos los elementos, cuando podrán deliberar e instar al Ayuntamiento a que gestione estas necesidades identificadas. Ese es nuestro esquema. La realidad hoy es que el movimiento vecinal no tiene las herramientas suficientes, sobre todo debido a la opacidad del actual gobierno, para que puedan ser verdaderas herramientas de contrapoder. Cuando tú eres una herramienta de contrapoder, el Ayuntamiento no tiene poder. Y, como solemos decir nosotros, la democracia es lenta.
Se lo preguntaré de otra forma. ¿Cree que el movimiento vecinal ha perdido independencia?
Evidentemente. Cuando PSC e ICV llegan al poder y van ocupando cargos de responsabilidad, comienza una estrategia organizada de desactivar el movimiento vecinal. Entraron en las instituciones y desmantelaron muchas organizaciones de base.
Lo dice como si lo hubieran hecho de forma premeditada. Usted ahora también deja la calle para ir a las instituciones. ¿No es así?
Es diferente. Hay dos formas de entrar las instituciones: Para mandar sobre el pueblo o para obedecerle. Y yo diría que los grupos que te he citado no siempre lo han obedecido. La reconversión de lo que eran las izquierdas en lo que ahora es la socialdemocracia es un hecho. La prueba es que muchos equipamientos que se alcanzaron durante los años 70 o 80 ahora son de gestión privada. Todos los trabajadores y trabajadoras de las en entidades de titularidad pública, pero que de gestión privada, tienen unas condiciones laborales ínfimas. Sobre todo en comparación con los trabajadores municipales. No hablo sólo de centros cívicos; sino de servicios sociales, de educación y sanidad. La Sadeta, de gestión privada, es un ejemplo bastante paradigmático. A mí me hace gracia cuando algún compañero de la FAVB dice que lucharon y consiguieron no sé cuántas conquistas. Se consiguieron y se dejaron perder.
¿Qué valoración hace de la función FAVB como agente social en la ciudad?
La FAVB tiene asociaciones de vecinos muy activas y otros que son prácticamente de cómplices del Ayuntamiento. Pienso que está perdiendo el papel que debería tener. Pero también tengo que decir que yo no he participado directamente. Sí que he tenido contactos a través del colectivo Juntes Podem, nos cedían algún espacio y tratamos de hacer confluir luchas, pero poco más. Y si no te puedo decir demasiado más y sólo he trabajado en este nivel, pienso que te respondo la pregunta.
Dicen ustedes que en Barcelona hay 80.000 pisos vacíos. El Ayuntamiento, en una inspección reciente, lo cifró menos de 400. ¿Qué datos se deben creer los ciudadanos?
Habría que saber a qué le llaman pisos vacíos... Pisos abandonados, tal vez? Nosotros consideramos que un piso vacío es un piso no habitado, que tiene un propietario que no lo está usando. A ese piso pedimos que se le haga usufructo a una persona que necesite una vivienda. Los datos del Ayuntamiento no siempre son los más aproximadas a la realidad. Sólo hay que recordar los que tenía sobre los pisos turísticos de la Barceloneta, unos datos ridículos.
¿Cómo se resuelve la vivienda en Barcelona?
Con el usufructo y poniendo pisos en alquiler social. Hay muchísimas fórmulas. En el Fòrum, por ejemplo, la situación es alarmante. No hay pisos vacíos sólo hay edificios enteros. Tenemos pisos pudriéndose esperando que especulen con ellos.
¿Como mujer y activista, hasta qué punto se siente próxima a Ada Colau?
Ada Colau ha sido una compañera de lucha a la que aprecio, y su trabajo en la PAH es innegable, como la de muchos otros compañeros. También debo decir que ahora me la encuentro menos en las luchas a pie de calle. En estos momentos está en otra candidatura, muy lícita, pero muy alejada de la nuestra, cada vez más, diría.
¿Cada vez más?
Sí, es evidente que están moderando el lenguaje. La misma Ada ya no habla de anticapitalismo, o de radicalidad democrática. Los he oído hablar, simplemente, de participación. Hay que ser mucho más radical, la situación nos lo exige. Una cosa es participar, y otra es crear unos consejos comunales, con herramientas para deliberar, con deberes para los concejales para facilitarlo, y con capacidad de decisión hacia el Ayuntamiento.
El diagnóstico de Barcelona en Comú y Capgirem Barcelona coincide en la situación de emergencia social que vive la ciudad. ¿Cómo se le explica al votante de izquierdas que no se hayan puesto de acuerdo para echar a la derecha del gobierno?
Tampoco hay ningún problema en que seamos dos candidaturas diferenciadas. Hay que vivirlo con más naturalidad. Quizás después, en el Ayuntamiento, podemos sumar esfuerzos en determinados ejes puntuales. Pero empezar un camino juntos era otra cosa, y nosotros no queríamos renunciar a nuestro programa, ni nuestra radicalidad democrática.
¿Qué es aquello que les ha separado más?
La indefinición de Barcelona en Comú en la cuestión de la independencia fue uno de los problemas principales. La nuestra es una candidatura nítidamente independentista. Consideramos que Cataluña está en una situación más avanzada que otros ámbitos de los Països Catalans y, en eso, no teníamos la misma percepción.
Pero más allá de la cuestión nacional, han discrepado públicamente del modelo de confección de la lista, del pasado de ICV...
Nosotros entendíamos que la confluencia servía para configurar un programa rupturista, con ejes de lucha claros. Ellos, en cambio, ya tenían las primeras personas de la lista muy claras. Se asimilaban más al modelo Iniciativa y no buscaban tanto ser una candidatura de ruptura y anticapitalista. Pienso que ellos tienen un proyecto continuista, y el nuestro es rupturista.
La CUP, en la web marca Barcelona, pone al mismo nivel Antonio Samaranch y Ricard Gomà como responsables de los males que hoy tiene Barcelona. Cree que, en algunos casos, han sido excesivamente beligerantes con ICV?marca Barcelona
La Barcelona que tenemos hoy, con sus bienes comunes privatizados y caros, y con unas energías privatizadas, es responsabilidad de los gobiernos anteriores. Barcelona se ha privatizado durante 30 años, Trias sólo lo ha acelerado. Pienso sinceramente que la coherencia en la vida personal es difícil, pero en un cargo público debe ser plenamente coherente. Y si no, hay que asumir las responsabilidades. Y no hay ningún problema. Al igual que lo hacemos todos los trabajadores cuando nos equivocamos. En este sentido, el actual modelo de ciudad también tiene diferentes niveles de responsabilidad. Pero diré algo sobre Ricard Gomà, sin tener ninguna animadversión hacia él: Ciutat Morta. No tiene la misma responsabilidad el jefe de una carpintería, por ejemplo, que una persona que era concejal. La responsabilidad debe asumirse, de lo contrario se está incrementando la opacidad.
Se han oído voces autocríticas dentro de ICV... Gomà en una entrevista con este medio asumía algunas carencias, al margen de que ha terminado marchando. ¿Qué más necesitaban?
Una cosa es lo que haya dicho Ricard como persona, que yo respeto, y la otra cosa es la formación en su conjunto. Quizás estoy equivocada, pero ICV no ha dicho nada sobre Ciutat Morta. Es más, defiende su actuación municipal. Esto es gravísimo.
En el Parlamento se han podido poner de acuerdo con CiU, en la época en que más ha recortado, en cuestiones nada menores como el rumbo nacional de Cataluña.
Y es que, insisto, con Barcelona en Comú, y en algunos municipios con Iniciativa, podemos estar de acuerdo en cosas puntuales. En el Parlamento, sin embargo, la CUP no ha renunciado a su programa. La CUP no ha aprobado los recortes de CiU. Tenemos muy claro quién es el enemigo: El capitalismo. Sólo en el 9-N nos pusimos de acuerdo. Y fue una jornada donde todo el país desobedeció. Y la desobediencia es una de nuestras herramientas. Del mismo modo que es importante recordar que Mas se vio obligado a sacar las urnas a la calle. CiU no ha sido nunca independentista, hasta hace cuatro días no lo era. Se han visto forzados porque que durante tres años han salido a la calle tres millones de personas. Era eso, o su muerte política.
La consigna de país, pide priorizar los pactos entre ERC y CiU en las municipales. ¿Cómo lo ve?
Nosotros consideramos que las municipales deben ser un motor para iniciar un proceso constituyente que se vea reforzado en las autonómicas. En este sentido, CiU y ERC están hablando exclusivamente de una independencia acotada en los mercados, con un estado propio que no va más allá.
La candidatura que lidera usted no apoyará en ningún caso a CiU.
No. En ningún caso. Y quiero decir que la nuestra es una candidatura coral, yo no lidero nada, pobre de mí. Tengo muchísima menos formación que muchos compañeros de la candidatura.
¿Y con Barcelona en Comú pactarían si eso permitiera echar a Trias del Ayuntamiento?
Depende de contexto del pacto. Pero no es una decisión que dependa de mí, sino de toda la asamblea. En todo caso deben repensar toda la política que han llevado los últimos treinta años. Lo que se ha hecho en Barcelona desde el alcalde Porcioles es una política continuista, de convivencia público-privada. Una dinámica en la que no nos encontrarán.