Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Puigdemont estira la cuerda pero no rompe con Sánchez
El impacto del cambio de régimen en Siria respaldado por EEUU, Israel y Turquía
OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Cuatro días pero menos sueldo, la opción de Desigual que inquieta a los sindicatos

Oficinas de Desigual en Barcelona, al lado del hotel W en la playa de la Barceloneta

Pau Rodríguez

21 de septiembre de 2021 22:01 h

9

La firma textil Desigual sorprendió a todo el mundo hace quince días al plantear la semana laboral de cuatro días para su personal de oficinas, 502 personas en Barcelona, lo que les convertiría en la primera gran empresa española que adopta esta novedosa e inexplorada jornada laboral. Su plan se votará en referéndum entre los empleados el 7 de octubre, pero trae aparejada una reducción salarial que ha hecho saltar algunas alarmas.

Sindicatos como UGT recuerdan que ninguno de los planes de reducción de jornada que se están negociando con la Administración contemplan como posibilidad que se toquen los sueldos. La firma argumenta que la rebaja salarial es inferior a la de tiempo de trabajo. “Es un esfuerzo compartido al 50% entre la empresa y el trabajador”, argumenta Coral Alcaraz, directora del área de People de Desigual, en conversación con elDiario.es.

El día que se hizo pública la propuesta de Desigual, cadena con más de 400 tiendas en varios países, su director general, Alberto Ojinaga, defendió que les convertía en una empresa más atractiva y que apuesta por el bienestar de sus trabajadores. “Refleja que somos una compañía diferente, disruptiva, joven y optimista, en transformación constante”, argumentó.

Su plan prevé reducir la jornada de 39,5 horas semanales a 34,5 en cuatro días laborales, de los que uno sería de teletrabajo. Esto supone una reducción del 13% del tiempo de trabajo, que conllevará, si se saca adelante, una rebaja salarial del 6,5% para el medio millar de empleados de sus oficinas. Los trabajadores de las tiendas no se podrán acoger a la medida.

El planteamiento de la firma barcelonesa, sin embargo, no encaja con ninguna de las propuestas que hay sobre la mesa de las administraciones para implementar o testear esta reducción de jornada, que se puede llamar “semana laboral de cuatro días” o “semana de 32 horas”. La que Más País trasladó al Gobierno, y cuyo plan piloto se ha dejado para 2022, no contempla rebajar los salarios. Tampoco la anunciada por la Generalitat valenciana. Ambas prevén fondos públicos para subvencionar los costes de la medida y complementar los salarios de los empleados, aunque estas aportaciones se irían retirando a medida que se alcancen o incluso se incrementen los niveles de productividad anteriores a la medida.

“La semana laboral de cuatro días o de 32 horas es un avance social sin reducción de sueldo y adoptado mediante la negociación colectiva. A cambio, la contraparte es una mejora en la productividad, una reducción del absentismo y de los accidentes y una mano de obra más capacitada y satisfecha”, resume Jon Bernat Zubiri, profesor de la Universidad del País Vasco (UPV) y uno de los economistas que ha analizado esta propuesta en España.

Alberto del Pozo, coordinador del Servicio de Estudios de UGT, no esconde su “inquietud” por la propuesta de Desigual. “Reducir el salario es negativo en la medida en que mucha gente puede depender de ese 6,5% del sueldo para alcanzar los pagos de fin de mes y llenar la cesta de la compra”, recuerda. Tampoco queda claro si los empleados van a perder la parte correspondiente a la cotización a la seguridad social. 

En este sentido se han manifestado algunos trabajadores de la empresa, en conversación con elDiario.es. “Un recorte de salario a cambio de trabajar menos puede ser un buen plan para alguien que cobra más de 40.000 euros, por ejemplo, pero no si cobras 20.000 en una ciudad con estos alquileres”, apunta uno de ellos, que prefiere no dar su nombre. 

Este trabajador recuerda que los empleados de Desigual ya asumieron recortes en “bonus” hace unos años, y atribuye la decisión de la empresa a los malos resultados en ventas y en facturación de los últimos tiempos, agravados sobre todo por la pandemia. “Lo que no es de recibo es que nos digan que la prioridad es nuestro bienestar y tiempo libre. Es mentira. Que sean claros y que digan que es para ahorrar costes”, argumenta este empleado. 

En este sentido, la empresa no niega su complicada situación. De rozar los 1.000 millones de facturación en 2014 cayó a 589 en 2019 y a 360 en el pandémico 2020. Las pérdidas del último ejercicio fueron de 83 millones de euros. “Es verdad que en cuanto a los números, el año pasado no lo cerramos bien, pero le hemos dado muchas vueltas a cuándo lanzarlo [la nueva jornada laboral] y no hemos estado cómodos hasta ver que estamos cerca de volver a números positivos”, argumenta Alcaraz. Preguntada directamente por si es una medida de ahorro, responde: “Rotundamente, no”. 

De la negociación colectiva al referéndum

Una de sus bazas, insiste esta directiva de Desigual, es que al final la propuesta la tendrán que avalar los trabajadores, y con un apoyo mínimo del 66%. Pero esto no convence a sindicatos como UGT, que defienden que estas modificaciones sustanciales de las condiciones laborales se deben abordar en el marco de la negociación colectiva entre representantes de ambas partes, y no a través de una votación. “No sabemos qué garantías va a tener ese referéndum, ni cómo se organizará. A todos aquellos que se manifiesten en contra les puede generar indefensión”, advierte Javier González, secretario sectorial de Comercio de FeSMC-UGT en Barcelona.

Este sindicato alega que, de acuerdo con el Estatuto del Trabajador, la propuesta debería haberse negociado primero. El problema es que en las oficinas de Desigual no hay comité de empresa, con lo que la norma deja abierta la puerta a la creación de una comisión de trabajadores elegidos entre los empleados y sin participación sindical. Esta es la vía que la empresa defiende haber escogido. 

A la espera de conocer el avance de la medida, que se vota el 7 de octubre, tanto Del Pozo como Zubiri apremian a las Administraciones a aprobar regulaciones en este sentido para evitar que las empresas acaben adoptando la jornada de cuatro días a su manera y sin unas mínimas garantías para los trabajadores. Propuestas como las de UGT o Más País también descartan que la reducción horaria global suponga un aumento del tiempo de trabajo diario. En Desigual, la reducción planteada ahora supondría una media hora de trabajo más al día, pero la empresa niega que esto vaya a ocurrir y aseguran que mantendrán el mismo horario organizándose mejor.

“España es un país de pequeñas y micro empresas y esto puede producir una extensión desordenada de esta medida, que genere incertidumbre, conflictos legales y problemas que pueden surgir dentro de unos años en aquellos trabajadores que lo hayan aceptado y luego se den cuenta que les perjudica”, advierte Del Pozo. “Por eso debemos anticiparnos, ponerlo en el centro del debate y crear un marco básico”, argumenta.

Etiquetas
stats