La CUP intenta separar la acción parlamentaria del movimiento
La CUP, una de las grandes sorpresas electorales de las pasadas elecciones, ha celebrado este fin de semana una Asamblea Nacional extraordinaria, para adaptar la organización a la nueva realidad. En muy poco tiempo, la Candidatura de Unitat Popular ha multiplicado por cinco su presencia en los ayuntamientos y, además, ha conseguido entrar en el Parlament con tres diputados.
Este aumento de representación es todo un éxito pero también conlleva riesgos. Y, al menos hay uno, que la CUP considera demasiado peligroso: que el trabajo que supone estar en el Parlamento hipoteque toda la organización. La CUP es un partido de alma municipalista y mucho más cercano a la calle y los movimientos sociales que a las instituciones. Pero después de muchos debates, cuando el president Artur Mas sorprendió a todos anunciando que avanzaba las elecciones, la CUP decidió que no renunciaría a intentar entrar en el Parlament. Como ya había pasado en las municipales, los votantes respondieron y el ascenso de la CUP fue espectacular. Tres diputados. Pero ahora el riesgo es que la dinámica del Parlament y la fuerza de la actualidad arrastre a todo el movimiento y lo convierta en lo que más critica: un partido político tradicional.
Para evitarlo, una de las decisiones que ha tomado en esta Asamblea Nacional es la creación del Grupo de Acción Parlamentaria (GAP), que hará de puente entre las diferentes sectoriales de la CUP y los tres diputados. De este modo, la organización separa los dos ámbitos y mantiene su estructura de base, ya que cualquier militante puede formar parte de las distintas sectoriales y, por tanto, puede tener contacto directo con el GAP. Cuando el movimiento consiguió entrar en el Parlament ya creó un grupo similar, pero era provisional. Con la Asamblea Nacional de este domingo el grupo se ha consolidado y se ha decidido qué personas lo han de formar y qué tareas tendrán. “Todo ello es una experimentación constante”, resumía un miembro de la CUP, que trabaja en el Parlament.
Una parte de la militancia quería que este nuevo órgano tuviera más autonomía, de modo que el resto de organizaciones que están en la órbita de la CUP (lo que se conoce como Alternativa de Izquierdas) podrían tener más voz. Finalmente sin embargo, el GAP dependerá de la Comisión Política.
La Asamblea Nacional, que se ha celebrado en Olot (Girona) y ha contado con 700 participantes, también ha servido para renovar el secretariado, que es el encargado de llevar a la práctica las decisiones que toma el Consejo Político, que se reúne una vez al mes. El nuevo secretariado, que en un partido tradicional sería la Ejecutiva, lo forman 13 personas, seis mujeres y siete hombres. A diferencia del GAP, donde las comisiones sectoriales tendrán mucha influencia, ese otro órgano está mucho más vinculado a las comisiones territoriales.
Sin TV3 por culpa del trabajo
Todos los partidos políticos celebran sus reuniones ejecutivas los lunes por la mañana. Esto facilita la tarea de los periodistas y permite a las formaciones, que siempre convocan rueda de prensa, difundir públicamente lo que han decidido en la reunión. El Telenotícies de TV3, por ejemplo, habla cada lunes de todas las ejecutivas. Lo hace por orden de representación parlamentaria, pero después del turno de Ciutadans, se acaba la noticia. Y es que la CUP no se reúne nunca el lunes por la mañana y no hace rueda de prensa. “Es cierto que perdemos visibilidad, pero no nos podemos reunir el lunes por la mañana porque nosotros trabajamos y el lunes estamos en el trabajo”, explicaba uno de los miembros del nuevo secretariado. Las reuniones se celebran por la noche, que es cuando todos los integrantes ya han salido del trabajo.
Este funcionamiento es muy loable, ya que queda claro que los miembros del secretariado no usan la política para enriquecerse, pero este militante reconoce que plantea grandes retos porque hay mucho trabajo por hacer por el momento político y económico que vive Catalunya y porque la entrada al Parlament supone un esfuerzo adicional.
En el próximo Consejo Político, la CUP escogerá las personas liberadas, es decir, las que cobrarán por dedicarse a la organización. Contando los tres diputados, sólo habrá diez liberados, una cifra mínima si se compara con el resto de formaciones parlamentarias.
Un militante de la CUP reconocía que el trabajo es mucho y que los riesgos son elevados pero aseguraba que la solución es muy fácil: “Mientras continuemos fomentando la participación, todo irá bien”.