Este blog pretende servir de punto de encuentro entre el periodismo y los viajes. Diario de Viajes intenta enriquecer la visión del mundo a través de los periodistas que lo recorren y que trazan un relato vivo de gentes y territorios, alejado de los convencionalismos. El viaje como oportunidad, sensación y experiencia enlaza con la curiosidad y la voluntad de comprender y narrar la realidad innatas al periodismo.
Amsterdam: bicicletas a punto
Si en alguna ciudad de Europa hay respeto por la bicicleta es Amsterdam: los carriles bici tienen prioridad sobre los vehículos a motor y la convivencia entre medios de transporte es armoniosa, a diferencia de las ciudades mediterráneas. Lo mejor que se puede hacer una vez se ha puesto el pie en “La Venecia del Norte” es alquilar una bicicleta. Alquilar una durante todo un día cuesta entre 12 y 15 euros –normalmente se debe dejar un depósito de unos 50 euros que se devuelven cuanto termina el alquiler.
La mejor manera de descubrir la ciudad y hacerse una idea es pedaleando. El recorrido es libre, pero es recomendable comenzar por recorrer las calles que rodean los cuatro canales del centro de la ciudad: Prinsengracht, Herengracht, Keizersgracht y Singel. Si se quiere huir del centro y descubrir otros canales de la ciudad, hay de especialmente agradables en el barrio de Jordan: Brouwersgracht, el Bloemgracht y Leliegracht.
Antes, se puede pasar por el Vondelpark, uno de los parques más auténticos de la ciudad. A la mínima que llega el buen tiempo, el parque se llena de amsterdameses armados con barbacoas y cervezas. En invierno es divertido jugar en sus estanques congelados.
Pero si la bici no gusta, otro medio de transporte para visitar Amsterdam es el barco, con el que se pueden descubrir los canales desde el agua pero sin mojarse. Las diferentes rutas de navegación muestran la Westertoren (Torre del Oeste), los canales, la casa de Ana Frank, el Magere Brug (Puente Delgado), el teatro Carré, el antiguo puerto, el Oosterdok (Muelle del este) y otros lugares conocidos y menos conocidos de la ciudad. Se pueden ver los clásicos edificios de Amsterdam, con sus fachadas escalonadas –el número de escalones reflejaba la categoría del propietario.
1513/5000
Y para cuando se decida poner los pies en tierra firme, Amsterdam ofrece un amplio abanico de museos y cervecerías. De los primeros, destacan por motivos diferentes, el Van Gogh y la casa museo de Anna Frank. Allí vivieron escondidos Ana Frank y su familia en la invasión nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Si te apasiona la historia, visitar la casa de Ana Frank es totalmente imprescindible. La guía (en folleto) está en castellano y se explican detalladamente los acontecimientos sucedidos en cada una de las habitaciones de la casa y algunos párrafos extraídos de su famoso diario.
Cuando se haya terminado la ruta por los museos, es recomendable ir a tomar una cerveza a una algunas de las numerosas cervecerías de la ciudad. En este sentido, en el Westerpark varios emprendedores han recuperado una antigua fábrica abandona Westergasfabrik, donde hay diferentes cervecerías, restaurantes y discotecas. En la otra punta de la ciudad, se puede encontrar una cervecería en un molino, la emblemática Brouwerij't IJ –que abre sólo de 14 a 20. Y en las casas okupas se puede encontrar buen ambiente combinado con lucha social.
Y si se visita Amsterdam el tercer fin de semana de enero, la plaza Dam, centro neurálgico de la ciudad, se convierte en un campo gigante con macetas de tulipán y de bulbos aún en crecimiento. La plaza entre en pleno bullicio, pero por suerte el carácter amable de los amsterdamesos hace que un turista pase por un holandés más. ¡Eso si, hay que aparcar la bici fuera de la plaza!
Vueling tiene tres vuelos diarios de Barcelona a Amsterdam
Sobre este blog
Este blog pretende servir de punto de encuentro entre el periodismo y los viajes. Diario de Viajes intenta enriquecer la visión del mundo a través de los periodistas que lo recorren y que trazan un relato vivo de gentes y territorios, alejado de los convencionalismos. El viaje como oportunidad, sensación y experiencia enlaza con la curiosidad y la voluntad de comprender y narrar la realidad innatas al periodismo.