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Un banquero, juzgado por quedarse un millón de euros de clientes durante 20 años: “Era dinero negro”

Sucursal bancaria

Oriol Solé Altimira

“Yo era un fuera de serie en el banco”. Así se presenta ante el tribunal Juan J.Z., hoy banquero jubilado tras quince años como subdirector de la banca privada BNP Paribas en Catalunya. La Fiscalía lo acusa de quedarse con 1,2 millones de euros a lo largo de veinte años de varios miembros de una misma familia, a los que habría estafado con inversiones falsas en deuda del Estado. El acusado lo niega todo y tiene claro aquello de que la mejor defensa es un buen ataque. No ha tenido reparos en contar que recibió dinero negro de la familia que escapaba del control del fisco, y que les devolvía intereses.

Todo funcionaba con sobres y, en menor medida, cheques o transferencias, han coincidido en explicar el acusado y los presuntos estafados durante las dos sesiones de juicio que se celebra en la Audiencia de Barcelona. El funcionamiento de la presunta estafa, admitido por el exbanquero y sus exclientes, era el que sigue: la familia daba dinero en efectivo a Juan J.Z, que era su gestor financiero de confianza y les había recomendado invertirlo en deuda del Estado.

Pasados unos meses, periódicamente Juan J.Z. les devolvía el sobre con los intereses. Sin embargo, las inversiones iniciales se han esfumado, según la Fiscalía y la familia. El ministerio público eleva al capital no devuelto más los intereses que no se abonaron a 1,2 millones de euros.

Durante los años en que los distintos miembros de la familia hicieron sucesivas aportaciones a la supuesta inversión –la Fiscalía calcula que empezaron en 1993 y terminaron en 2013–, el dinero no tributó a Hacienda. Según los denunciantes, fue Juan J.Z. quien, ante sus preguntas sobre la tributación de la inversión, respondió que los intereses generados no se tenían que declarar cada año, sino que solo había que informar a Hacienda una vez se liquidaba el capital inicial de la inversión.

“Él nos dijo que todos los bancos trabajan con dinero en negro y que se declaraba cuando se liquidaba todo”, ha explicado la abuela de la familia. El exbanquero ha opinado lo contrario: “Ellos me daban un dinero y yo no lo declaraba, era dinero negro derivado de sus ocupaciones, que no podían aflorar, y yo les pagaba intereses, si lo declaraban era cosa suya, yo no sé qué hacían”.

La presunta estafa siguió incluso después de que el exbanquero se jubilara en 2003. Y es que Juan F.Z. fue nombrado entonces asesor especial del vicepresidente del BNP en España, con tarjeta de visita incluida que forma parte del sumario del caso. Alardeaba ante ellos, ha explicado la abuela de la familia, de que tenía contactos muy importantes y que despachaba asuntos en un velero, e incluso les invitaba a comer por Navidad y les regalaba relojes y fulares con etiqueta de BNP. Todo don de gentes.

Una relación de confianza

¿Por qué la familia confió en el banquero? En primer lugar, porque lo conocían desde hacía muchos años, cuando trabajaba en otras entidades. Es decir, era su gestor financiero de confianza y les conminaba a invertir por recomendación de BNP. Tal era la confianza, ha relatado la abuela, que cuando el acusado iba a su casa rompía las cartas del banco porque “los temas decía que nos los llevaba él”.

En segundo lugar, porque cada vez que le daban un sobre, el exbanquero les entregaba un recibí con el sello del banco. Cuando les pagaba, sobre mediante, los intereses, también recibían un documento de “orden de pago”. Creían por tanto que era el BNP quien invertía en deuda del Estado, cuando en realidad el dinero se lo llevaba Juan F.Z a casa. Y por último, pero no menos importante: los rendimientos que daba la 'inversión' eran altos. Incluso a un hijo de la familia le devolvió 5.000 euros invertidos en Lehman Brothers después de la quiebra del banco en 2008, alegando que la BNP había decidido “compensar” a los clientes. Con otras inversiones fallidas también recuperaron parte del dinero.

La cosa se torció cuando el exbanquero dejó de pagar. “Nos dijo que por Santa Rita lo tendríamos todo, pero pasó Santa Rita y no pagó nada. Decía que tenía muchos clientes”, ha aseverado la abuela de la familia. Terminaron por descubrir la presunta estafa cuando en 2014 fueron a ingresar un cheque al banco para volverlo a invertir en deuda del Estado, como creían estar haciendo desde hacía dos décadas, pero la BNP les informó de que no tenían contratada esta inversión. Todo lo hacía Juan J.Z..

El exbanquero, de hecho, ha exonerado por completo al banco. Ha llegado a pedir perdón al abogado que defiende a BNP en el inicio del interrogatorio. La Fiscalía no lo tiene tan claro, y pide que la entidad devuelva el dinero a los siete miembros de la familia presuntamente estafados en caso de que Juan J.Z sea condenado y no pueda hacerlo. Para el exbanquero, el ministerio público solicita ocho años de cárcel por un delito de apropiación indebida y otro de falsedad documental. De forma alternativa, reclama que se le condene por estafa.

Una vida en metálico

“Aquí ganaban ellos, yo perdía porque me vi 'pillado'”, ha alegado el acusado, mostrando que no ha perdido su labia de los tiempos en los que, ha explicado, se dedicaba todo el día a buscar clientes para los bancos en los que ha trabajado desde los 14 años. El exbanquero reclama su absolución porque considera que sí devolvió las inversiones, y además, según su versión, no se ha lucrado ya que la familia “sabía de qué iba todo”. 

En este sentido, al presidente del tribunal de la sección 9 de la Audiencia de Barcelona le ha llamado la atención y ha preguntado a la abuela, que trabajó toda la vida en la sastrería de su madre, por qué decidió dar al acusado de una tacada 72.000 euros en metálico. “Porque siempre lo habíamos hecho así”, ha respondido con sinceridad la testigo.

En tiempos de pago instantáneo por contactless el juicio ha retrotraído al tribunal a épocas donde los ahorros familiares no se movían del hogar. Acusado y denunciantes se han definido como “antitarjetas de crédito” y han hecho una defensa encarecida de ahorrar dinero en metálico en casa en vez de en la cuenta corriente. El acusado también ha demostrado ser de otra época al tratar de “señorita” a la fiscal durante todo el interrogatorio, lo que le ha valido varias reprimendas del tribunal a las que ha hecho caso omiso. El juicio quedará visto para sentencia el viernes.

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