Nos preguntamos a menudo hasta qué punto controlamos la tecnología o hasta qué punto nos controla ella a nosotros. (Yo lo tengo muy claro: soy un caso perdido para la ingeniería informàtica...) Marc Angelet se hace la misma pregunta y se responde con una pequeña historia divertida, ágil, brillante. Es cierto que aborda un tema demasiado recurrente en los tiempos que corren, pero lo hace con un sello inconfundible, muy cercano, realista (a pesar de llevar los temas a los extremos) y divertidísimo que lo acredita a explicarla con total originalidad.
La sala FlyHard se convierte en lo que es, un garaje en el barrio de Sants donde unos frikis (con todo el cariño y admiración...) dan forma a sus obsesiones. El local de la compañía es, en este caso, el que desde hace ocho años comparten Sergy y Gus, dos pirados de la informática que se dedican a construir aplicaciones diversas para móviles y a comerse los mocos hasta que, de repente, tocarán la tecla justa y crearán una app que revolucionará el mundo. Para empezar, los acercará a Lara, musa del Sergy y, por último, les meterá en el local a un intruso, Dani, el “señor agente policía”.
La trama es un disparate. Tenemos un suicidio cutre (uno que se tira debajo de un Dacia naranj ... “¡hay que tener poca clase...!”); tenemos a un friki total que bien podría ser el molde de todos los frikis “pajilleros”; tenemos a un poli anticuado, “ quiero decir, tonto” (a pesar de ser perico -ejem-!); tenemos a una camarera psicóloga y ninfómana; tenemos, por supuesto, móviles (smartphones, iphones o superiphones, se entiende); tenemos ataques de celos y de cuernos; tenemos abrazos y besos a traición (“sin lengua... pero con vaivén labial”), tenemos pornografía impresa; tenemos declaraciones de amor y de odio, es decir, de sinceridad... por móvil, claro; tenemos una investigación criminal; tenemos humor cercano, actual e inteligente. Y, para ligarlo todo, tenemos un surtido de técnicas narrativas y dramatúrgicas muy bien aplicadas.
La obra comienza por el final y, a partir de ahí, viene y va en una sucesión de flashbacks perfectamente encadenados que ayudan a no perder el hilo en ningún momento. El despliegue de recursos narrativos es total: asistimos a escenas simultáneas en klas que cada pareja de personajes se responden a sí mismos y, a la vez , a la otra pareja; imágenes congeladas; ruidos clavados en el momento preciso; recuerdos que irrumpen en el escena... Todo un rompecabezas verbal que encaja a la perfección para dar forma a una historia que retrata a perdedores, a fracasados, a cobardes. A gente que no se atreve a ser sincera y que recurre a una ayuda a golpe de app. Y lo pagará muy caro.
Un trabajo que capta todo el gusto por el teatro de texto sincero , realista y actual de la factoría FlyHard.