La Fiscalía y TV3 piden sin pruebas directas siete años de prisión a un empleado por filtrar datos
Ni las huelgas de las últimas semanas de los trabajadores de TV3 han impedido que el ente que controla los medios públicos catalanes, la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), se haya sumado a la Fiscalía y haya mantenido su petición de siete años de prisión para un empleado de la televisión. Le acusan de dos delitos, uno de descubrimiento y otro de revelación de secretos, por, supuestamente, haber entrado en 2012 en el correo del entonces presidente del consejo de la CCMA, Brauli Duart, y reenviar un correo electrónico con datos confidenciales a varias direcciones corporativas de TV3 y Catalunya Ràdio. Con todo, ambas acusaciones han dicho este jueves en el juicio que no tienen “pruebas directas” contra el empleado, pero que sí tienen “indicios más que suficientes” para pedir prisión. ¿Bastará para que la jueza le condene? En su declaración, el acusado ha negado ser el autor de los delitos.
En el correo electrónico filtrado, que no se ha mostrado durante el juicio, se adjuntaba un archivo con el coste para la empresa de despedir a cada uno de los trabajadores de TV3 en un futuro ERE -que se terminó ejecutando meses después de la filtración y está en vigor hasta finales de este año. Además, se incluía una información que hasta el momento de la filtración ningún trabajador de la casa conocía, pese a las reiteradas peticiones del comité de empresa: el coste en sueldos de los miembros de la plantilla y de los directivos.
El fiscal ha mantenido este jueves la petición de pena de 7 años de prisión contra el trabajador de TV3 No obstante, ha reconocido que no tiene ninguna “prueba directa” ni “datos unívocos” contra el trabajador, aunque sí hay “indicios más que de sobra” para relacionar al empleado con la filtración. “La única persona cuyos horarios son compatibles con los accesos internos y externos a los correos es el acusado”, ha zanjado.
El abogado de la CCMA se ha sumado a la misma tesis de la coincidencia de horarios y de cruce de los datos de entrada en el correo de Duart para acusar al trabajador. No obstante, también ha reconocido que “no se dispone de una prueba directa” contra el acusado. “Sí se dispone de indicios suficientes para enervar la presunción de inocencia”, ha matizado.
Precisamente la defensa del acusado ha argumentado la falta de pruebas que presentan las acusaciones para pedir su absolución. “Esta defensa no ha podido examinar ni el famoso correo de Brauli Duart, ni los famosos excels. No están en el sumario y sin prueba de cargo no se puede condenar”, ha aseverado el letrado del acusado. Asimismo, ha recordado que los peritos han acreditado que los programas informáticos con los que supuestamente el empleado de TV3 accedió al correo corporativo de Duart se instalaron en el ordenador del acusado un año después de los hechos enjuiciados.
“Aquí no hay delito. Es como acusar a alguien de asesinato por comprarse una navaja después de un crimen”, ha afrimado, antes de acusar a la Fiscalía de “distinguir el espío de correo si lo hacen los jefes o los obreros”. Como vienen haciendo durante todo el proceso judicial, varios trabajadores de TV3 han apoyado a su compañero tanto dentro de la sala como fuera de la Ciudad de la Justicia.
El trabajador acusado se encuentra actualmente de baja por las consecuencias psicológicas que le ha producido el caso y, en especial, el trato que le prestaron los Mossos d'Esquadra. Así, durante su declaración, a preguntas de su abogado, ha denunciado el trato policial que recibió. Según el acusado, la policía no le leyó sus derechos hasta después de haber registrado su caso y le amenazo a él y a sus padres con que no trabajaría más en Catalunya “si no confesaba o decía quién eran mis cómplices”.
Los peritos de la defensa, por su lado, han cuestionado la investigación de los Mossos del caso. “Jamás afirmaría que ha sido el acusado. Hay muchas otras posibilidades”, ha afirmado un perito. Si bien los policías que han declarado en el juicio han asegurado que “los rastros hallados van a parar al acusado”, uno de los agentes que practicó el análisis informático ha reconocido que “no se sabe quién realizó” el reenvío del correo electrónico al director del ente de los medios públicos catalanes investigado.
Fallos en la seguridad de TV3
La declaración de los testigos ha puesto en evidencia la poca seguridad informática que tenían los medios públicos catalanes en el momento de los hechos. Así, un compañero del acusado ha explicado que en el departamento de postpoducción cualquiera podía entrar y usar un ordenador sin necesidad de verificar su identidad con una contraseña. El uso que hiciera del ordenador, en consecuencia, se atribuiría al usuario que hubiera iniciado sesión en primer lugar. “Existen muchas posibilidades de que hayan suplantado la identidad del acusado ”, ha añadido en este sentido.
Por otro lado, el inspector jefe de la unidad central de delitos informáticos de los Mossos d'Esquadra ha declarado que la investigación partió de los accesos no autorizados a los correos electrónicos de directivos de la CCMA y de los indicios sobre su origen.
En este sentido, ha concretado que de los cinco terminales sospechosos, cuatro correspondían al departamento donde trabajaba el acusado, el de posproducción. El otro estaba vinculado al departamento de comunicación y marketing, que estaba “en la habitación de al lado” pero que no fue investigado.