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La Justicia impone una pena mínima al librero neonazi de Barcelona y evita cerrar su editorial

Juicio al histórico neonazi Pedro Varela, el primero de la imagen

Oriol Solé Altimira

Barcelona —

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Pena mínima para el librero neonazi de Barcelona. La Audiencia de Barcelona ha impuesto tan solo 18 meses de cárcel y una multa de 3.150 euros por un delito de odio a Pedro Varela, uno de los jefes históricos de la extrema derecha en España, pero lo ha absuelto del resto de delitos de los que venía acusado por la Fiscalía, entre ellos el de asociación ilícita.

Más que las penas de cárcel, en el juicio estaba en juego la clausura definitiva de la librería Europa y de la editorial Ojeda, propiedad de Varela y que editaba varias obras neonazis. La absolución del delito de asociación ilícita comporta que los jueces descarten la disolución definitiva de la tienda y la empresa así como la prohibición de vender de nuevo libros neonazis.

Nacido en Barcelona en 1957, en su juventud Varela fue uno de los discípulos de León Degrelle, oficial belga de las SS al que Franco dio asilo en España. Varela accedió en 1978 a la presidencia de CEDADE, la mayor organización de producción de propaganda nazi y cantera de buena parte de la extrema derecha española hasta su disolución en 1993. Acumula hasta tres condenas por difundir ideología neonazi.

La sentencia supone un varapalo a la tesis de la Fiscalía contra los delitos de odio de Barcelona, que ha tenido a Varela en el foco durante años y ahora le pedía hasta 12 años de cárcel. Era el cuarto juicio contra el librero neonazi impulsado por la Fiscalía barcelonesa, que junto a los Mossos d'Esquadra dedicó varios meses de investigación a las actividades neonazis del librero y llegó a lograr el cierre cautelar de la librería Europa y de la editorial a través de la que Varela editaba varios libros neonazis.

La acusación de la Fiscalía se basaba no solo en la venta de libros como 'Mein Kampf', de Adolf Hitler, sino también en las más de 260 conferencias de historiadores o políticos negacionistas del Holocausto que organizó Varela en la librería Europa de Barcelona como dueño de la editorial Ojeda. Por allí destacados condenados por apología del genocidio como el exlíder del Ku Klux Kane David Duke o el revisionista británico David Irving.

El aval de la tesis de la Fiscalía podría haber supuesto el cierre definitivo de la librería Europa y la editorial de Varela, pero al condenar solo por delito de odio los jueces optan por ordenar la incautación y destrucción del material informático y libros neonazis ya incautados en la operación de 2016 que comportó el cierre cautelar del local, y no la prohibición de volverlos a editar y vender.

Los jueces declaran como hecho probado que la librería Europa “se ha distinguido por ser un centro de propagación del pensamiento nacional socialista con difusión de contenidos que ponen en peligro las condiciones de vida, existencia y seguridad de todas aquellas personas y colectivos que no responden a su visión racista, supremacista y xenófoba”.

La condena por delito de odio se explica precisamente por la edición, venta y distribución de libros nazis de Varela, de quien el tribunal llega a destacar que “rescató obras abierta y groseramente discriminatorias para los los judíos”. Los libros y las charlas y actividades de la librería Europa iban dirigidas a “la defensa y ensalzamiento a ultranza de varios de sus autores, como Adolf Hiter y de Rudolf Hess”, añade la sentencia.

Sin embargo, los jueces responsabilizan tan solo a Varela de las actividades de la librería y la asociación y editorial Ojeda, exculpando a las empleadas de la tienda y a los colaboradores que también estaban acusados.

La asociación Ojeda, según los jueces, “operaba como una persona jurídica meramente instrumental y sometida a la voluntad y designios” de Varela. El resto de acusados, pese a que conocían y tenían tratos con el librero neonazi, no tenían “verdadero dominio” sobre la edición de libros y organización de charlas “en circunstancias que permitan declararles culpables”, a criterio del tribunal.

Pese a que descartan cerrar la librería, los jueces sí imponen a Varela una inhabilitación especial para distribuir y vender libros física o virtualmente durante los 18 meses que dura su condena.

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