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La universidad privada gana terreno a la pública al copar más de la mitad de los nuevos grados creados desde la crisis

Alumnos en la Universidad Complutense de Madrid

Pau Rodríguez

La universidad privada ha ganado terreno a la pública en los últimos años, coincidiendo con la crisis económica y la puesta en marcha del Plan Bolonia. En número de centros, en estudiantes de máster… Y en oferta educativa. Un estudio sobre la evolución del número de grados universitarios en España, elaborado por el Observatorio del Sistema Universitario (OSU), constata que las privadas han copado la creación de nuevos itinerarios formativos.

Desde 2011 hasta 2017, el abanico de grados universitarios que ofertan las privadas ha aumentado un 51%, mientras que en la pública, un 11%. Es decir, cuatro veces más. En números globales, los grados en conjunto de universidades han pasado de 2.403 a 2.854. Los 50 centros públicos han pasado de tener 1.922 grados a 2.131; las privadas, de 481 a 724. De las 451 nuevas carreras en las distintas facultades, 243, más de la mitad, corresponden a los campus privados. 

En este tiempo, la universidad pública ha pasado de llevarse el 79,9% de la tarta de la oferta de estudios de grado al 74,6%, según el recuento elaborado por el informe, que lleva por nombre Grados universitarios: ¿cuántos y cuáles?.

“Una parte de este aumento más pronunciado de estudios en la privada se debe a la propia creación de centros”, sostiene Antoni Corominas, catedrático de Ingeniería de Organización de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y uno de los autores del informe. La creación de tres nuevas privadas en Madrid eleva su número a 37 en toda España, mientras que la última de las 50 públicas que hay, la Politécnica de Cartagena, se creó en la década de los 90. 

A este factor, según los expertos del OSU, se le suma además la crisis económica, que ha provocado que la Administración se lo piense dos veces antes de autorizar un nuevo grado en una universidad pública, más aún teniendo en cuenta que mientras estas han perdido alumnado durante el período de austeridad, las privadas han ganado. “En las públicas el crecimiento de la oferta ha sido contenido y en algunos casos ha habido reducciones”, expone Corominas. 

Además de las diferencias en el crecimiento de la oferta, también las hay en la tipología de estudios. El abanico de la privada está mucho menos equilibrado que el de la pública. En las universidades privadas, el 46,3% de los estudios, casi la mitad, son de Ciencias Jurídicas y Sociales -la rama del conocimiento más económica para los centros-, mientras que en la pública estos suponen el 31,3%. A la inversa, la privada tiene un 2,6% de estudios de Ciencias y el 20,6% de Ingeniería y Arquitectura, por un 10,4% y un 29,6% en la pública. 

Sobre la nueva oferta, los autores precisan que la mayoría no corresponden a carreras ya existentes que se abren en otras universidades, sino a nuevos estudios a menudo más especializados o que responden a nuevos sectores. En este sentido, apuntan por ejemplo a títulos relacionados con el diseño de videojuegos o con la biología aplicada a la ingeniería o la medicina. “Cabe preguntarse si Podología o Asistencia de Dirección encajan en la definición por ley de un grado o si son más bien especializaciones”, reflexiona Corominas.

Las públicas de Catalunya y Madrid aumentan

El estudio del OSU, elaborado a partir de datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional y del Registro de Universidades, Centros y Títulos (RUCT), analiza por un lado el crecimiento de la oferta desde 2011 porque entienden que ese año el mapa de los grados, creados a partir del Plan Bolonia, estaba ya asentado. Pero otro foco de su análisis es el balance de la oferta anterior y posterior a la reforma universitaria, con toda la complejidad que albergó el paso de licenciaturas a los grados reconocidos por el Espacio Europeo de Estudios Superiores. 

En esa comparativa, la privada sale ganando más todavía. Puesto que la diferencia es que la pública ha ganado sólo 41 itinerarios, mientras que la privada, 285. Una de las hipótesis de los investigadores, sobre todo si se tiene en cuenta que sólo entre 2011 y 2017 la pública ha abierto 209 grados, es que durante el proceso de adaptación a Bolonia algunas instituciones optaron por racionalizar sus estudios, reduciendo la oferta o fusionándola. También hubo estudios como el de Magisterio, muy ofertado además por todas las universidades, que pasaron de distintos títulos (Musical, Física, Especial, Lengua Extranjera) a dos (Primaria e Infantil). 

Lo que más destaca en esta revisión es sin embargo la diferencia que hay entre comunidades autónomas en cuanto a la oferta de las universidades públicas. Sólo en Madrid, Catalunya y el País Vasco el saldo sale positivo. En las dos primeras comunidades autónomas, el número de grados que presentan sus universidades en comparación con antes de la reforma es un 31% superior, mientras que en el País Vasco, un 3%. En el resto de autonomías, la cifra es negativa. 

El aumento de la Rey Juan Carlos

El caso de Madrid se explica en parte por un universidad, la Rey Juan Carlos, que desde entonces ha disparado su oferta de estudios en un 223%. Una de las razones es porque ha sido de las últimas en crearse, en 1996. Las otras que más suben en cuanto a estudios ofrecidos en esta comunidad son las privadas Universidad de Nebrija y Camilo José Cela, con un 147 y un 82%, respectivamente. 

En Catalunya, tanto las públicas como las privadas incrementan su catálogo. La Pompeu Fabra dobla la oferta (un 115%), seguidas de las privadas UOC (67%), UVic (57%) y Abat Oliva (50%), que no quedan muy lejos de las públicas Politècnica de Catalunya (46%) y Autónoma de Barcelona (37%). En la Comunidad Valenciana, por contra, sólo hay una pública que amplía oferta, la Jaume I un 15%. El resto son todas las privadas. En Castilla y León, aumentan las privadas y reducen las públicas.

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