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Badalona, que la democracia no se pare aquí

Jose Téllez

Tercer teniente de alcaldía de Badalona —

Ayer en Badalona vivimos un día muy intenso. No estamos acostumbrados en esta ciudad metropolitana, tan escondida mediáticamente por la sombra de la gran capital, a esta atención mediática. Al gobierno municipal de Badalona se nos acusa de haber hecho espectáculo de nuestra voluntad de poder abrir el ayuntamiento el 12 de octubre y de desobedecer la orden judicial que quería impedir que ni tan solo los cargos electos del consistorio pudiéramos entrar a las dependencias municipales el día de la “Fiesta Nacional”. Y se nos acusa doblemente por haber contribuido, con esta decisión, de hacer más alta, si se puede, la figura del exalcalde Xavier García Albiol y de desplazar el eje del debate político local al identitario y no al de izquierda–derecha.

Ante todo, me gustaría, como concejal responsable de los recursos humanos del Ayuntamiento de Badalona, aclarar cómo hemos llegado hasta aquí. La decisión de que el personal municipal pudiera intercambiar el 12-O para el 9 de diciembre (y así poder beneficiarse del puente de la Concepción) fue una decisión tomada hace un año, a finales de 2015, con la totalidad de la representación sindica , que es con quién se tienen que acordar los calendarios. Hace un año –y era un acuerdo público– todo el personal y mandos lo conocían, y muchos ya se programaron sus vacaciones y días de descanso atendiendo a este acuerdo.

No escondemos la motivación política del gobierno municipal para impulsar este acuerdo. Venimos de movimientos donde siempre hemos dicho que el 12-O no tenemos “nada que celebrar”, por todo lo que supone y significa. Y no estoy hablando de sentirse más o menos españoles. Seguro que quién quiera proclamar a los cuatro vientos su españolidad encontraría mejores fechas en el calendario para hacerlo. Algunos “constitucionalistas” reclaman que sea el 6 de diciembre, efeméride del referéndum de la Constitución, pero yo, si quisiera ser español (nunca me han preguntado si quiero serlo) preferiría el 14 de abril, proclamación popular (y municipalista ) de la II República, o el 18 de agosto, asesinato de Federico García Lorca, un andaluz universal muerto a manos del fascismo. Pero la motivación de muchos trabajadores, que voluntariamente querían trabajar o no el 12–O en el ayuntamiento de Badalona, era muy diversa y plural, atendiendo a motivos ideológicos o de organización familiar y su descanso personal.

Nosotros vivíamos este acuerdo dentro de la más absoluta normalidad, teniendo en cuenta que, en una cuarentena de municipios catalanes ya se producía. Y eso sin contar todos los establecimientos comerciales que abren este día sin ninguna histeria. Es a raíz de una portada en el diario El Mundo el pasado domingo que el operativo político-jurídico-mediático se pone en marcha: lunes por la mañana, reacción histérica de la caverna mediática; lunes por la tarde, denuncia de la delegada del Gobierno, Llanos de Luna; y martes al mediodía, auto judicial con medidas cautelarísimas contra la decisión legítima del ayuntamiento de ofrecer un día laborable voluntario a sus trabajadores públicos que, a juicio del juez, es un “perjuicio irreparable al interés general”.

El auto del juez llegó jugando políticamente con los tempos para que, como ayuntamiento, no tuviéramos capacidad de reacción, negándonos así el derecho a la defensa de un acuerdo legítimo y legal. Llegando al final de la jornada laboral del martes, nos dejaba con pocos minutos de margen para encontrar una salida que diera seguridad jurídica al medio centenar de trabajadores que querían, legítima y voluntariamente, venir a trabajar al día siguiente. También, llegados a este punto y con las dimensiones que había cogido la polémica, muchos trabajadores habían recibido amenazas personales a través del teléfono central y del correo, y algunos personalmente nos habían pedido protección y poder trabajar de manera discreta.

Es en este momento que comunicamos al personal, por correo y en rueda de prensa, que al día siguiente no podrán venir a trabajar de la manera más segura posible tal y como teníamos previsto. Y que seremos los concejales, con responsabilidad de gobierno municipal, quien atenderemos a la ciudadanía, en un primer momento, fuera de las dependencias municipales. Pero estudiando bien el auto encontramos totalmente desproporcionado que un juez, movido por el PP y la Delegación del Gobierno, coarte nuestro derecho como cargos electos a ejercer la representación política. De hecho, muchos fines de semana y días festivos hemos ido a trabajar. Nuestro derecho y nuestro deber es atender y servir a la ciudadanía. Y nadie debería poder impedirlo.

Y es con esta voluntad que ayer pudimos atender a más de 200 ciudadanos de nuestra ciudad dentro de las dependencias municipales. Con plena normalidad y ejerciendo con determinación nuestro derecho a la representación política.

Una vez explicados los hechos... creo que es muy injusto decir que ha sido voluntad de este gobierno municipal hacer espectáculo. El mayor espectáculo que ayer se produjo en Badalona es de la justicia española y su trama con la Delegación de Gobierno y el Partido Popular. Sólo así se puede explicar la diligencia de un juez después de una portada de El Mundo y una denuncia de la delegada del Gobierno, llegada a última hora, a fin de dejar un gobierno municipal acorralado y sin capacidad jurídica de poder defender sus trabajadores.

¿Cuántos episodios de falta de independencia judicial y connivencia con los intereses del Partido Popular tenemos que ver en este país para reaccionar? ¿No son, a todas luces, un ataque a cualquier cosa que se quiera decir “estado de derecho” los episodios reiterados de falta del poder judicial? ¿No hemos tenido suficiente con LRSAL y la Ley Montoro para perder autonomía financiera local, que ahora tenemos que aceptar perder también autonomía en materia de recursos humanos?

Lo que pasó ayer en Badalona se sitúa en el contexto, obvio, de proceso constituyente catalán. Pero se equivoca quien quiera reducirlo a “processisme”. Que todo un aparato de estado se vuelque y trabaje coordinadamente contra un ayuntamiento como el de Badalona debería encender todas las alarmas de cualquiera que defienda la democracia y crea en el municipalismo. Hoy nos pasa a nosotros, pero mañana le puede pasar a muchos ayuntamientos que han abierto ventanas de oportunidad para el cambio en todo el estado español.

No sé cómo habrían actuado aquellos que nos critican por haber hecho “espectáculo”. ¿Acatar la orden judicial sin más? Algún día alguien en algún lugar debería decir “basta” a todo aquello que todo el mundo sabe que hace tiempo que pasa en este país del “todo atado y bien atado”. Y esto ha empezado a pasar en Badalona. Que no se pare aquí.

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