Desde la recuperación de la democracia los catalanes tenemos por costumbre salir a la calle para conmemorar la Diada del 11 de Septiembre. Es una buena costumbre de vitalidad cívica. Este año los partidos políticos y las instituciones que nos representan más o menos a través de nuestro derecho a decidir en las urnas han cedido la iniciativa a una Asamblea Nacional Catalana, la cual ha convocado la cadena humana por la independencia. El trato recibido de forma continuada por los gobiernos de Madrid lo justifica ampliamente, pero la Asamblea Nacional Catalana no puede poner la movilización de todos al servicio del nacionalismo conservador que gobierna la Generalitat.
La cantidad de participantes en la cadena humana de este 11 de Septiembre no puede ser utilizada para avalar la política de un gobierno catalán que se ha distinguido por aplicarnos con el mismo celo que el PP los recortes sociales de todo tipo. Cataluña existe como nación porque históricamente supo particularizarse con políticas innovadoras gracias a la presión del movimiento popular, no a la clarividencia de las clases dirigentes catalanas, aliadas de facto con los resortes más reaccionarios del Estado español.
Hoy vivimos en una Cataluña recortada, parada laboralmente, empobrecida en derechos y servicios, engañada por la involución conservadora y no solamente por Madrid. Llegar a ser independientes de España sin serlo de las políticas conservadoras catalanas no resuelve absolutamente nada, más allá del color de la bandera de cada nacionalismo. Las banderas y las naciones no son solamente un sentimiento al margen de lo que recubren en la administración pública del día a día. Por poner un ejemplo, la Ley de Estabilidad Presupuestaria, aprobada soberanamente por el Parlament de Cataluña en mayo de 2012, decide satisfacer en primer lugar los compromisos del gobierno de la Generalitat con los bancos y, si queda dinero, con los ciudadanos y los servicios públicos ya bien recortados.
Por eso queremos ser independientes del incremento acelerado de desigualdades, queremos ser independientes de quienes han convertido la crisis de unos banqueros en la crisis de la sociedad por rescatar a los banqueros con dinero público, de quienes han extendido la precariedad por incrementar los beneficios de las grandes empresas y de quienes recortan y favorecen el abuso en aumento de las elites, sean de la bandera y la nacionalidad que sean, inclusive la nuestra. El 11 de Septiembre también es eso y es de todos, la independencia también es eso y es de todos.
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