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Quim Torra prometerá diálogo y más 'procés' en su discurso de investidura

Quim Torra con Elsa Artadi en los pasillos del Parlament

Oriol Solé Altimira

Al cuarto candidato parece que sí irá la vencida. Quim Torra tiene todos los números para ser investido el lunes president de la Generalitat. Este sábado no logrará la mayoría absoluta del Parlament, pero expondrá sin límite de tiempo su programa de legislatura. El discurso de Torra versará sobre una ecuación a primera vista difícil de combinar: la promesa de diálogo con el Estado y el impulso del mandato del 1-O en forma de “proceso constituyente”.

El candidato ha avanzado en una entrevista en TV3 las líneas maestras de su proyecto de gobierno. Tal y como le encargó Puigdemont al ungirle como candidato, Torra se ha mostrado comprometido con el resultado del referéndum y la declaración de independencia del pasado mes de octubre. Todo lo contrario que el discurso de investidura de Jordi Turull, que no pronunció ni una vez la palabra “república” un día antes de que el juez Llarena le mandara de vuelta a prisión.

Torra ha expresado que el mandato del 1-O “obliga a iniciar un proceso constituyente” y a recuperar “el contendido” de las leyes suspendidas por el Constitucional la pasada legislatura. De esta forma, intenta satisfacer las aspiraciones de los votantes de Junts per Catalunya (JxCat) y de parte del electorado independentista, que acudió a las urnas el 21 de diciembre con la promesa de que Puigdemont volvería a Catalunya si ganaba las elecciones. El retorno del president cesado no sólo no se ha producido sino que su vuelta sería más obligada que voluntaria si la justicia alemana decide extraditarle a España.

Con todo, Torra no ha situado a las instituciones catalanas en un escenario de desobediencia abierta como la legislatura anterior. Los encargados de continuar con el 'procés' no serían, en primera instancia, ni la Generalitat ni el Parlament. Torra ha incluido a su Govern en el “plan república”, si bien ha avanzado que también tendrán protagonismo los dirigentes que permanecen en el exterior (Puigdemont y el denominado 'Consell de la República'), así como la “ciudadanía empoderada” encargada de pilotar el “proceso constituyente”.

En el terreno institucional, Torra ha enfocado su programa de gobierno para una legislatura “excepcional” y “provisional”, tal y como la definió Puigdemont el jueves. Ha asegurado que en cuanto sea president pedirá sendas reuniones con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker. Los dos han rechazado hasta ahora cualquier encuentro bilateral con la Generalitat si es para abordar la autodeterminación de Catalunya. La Unión Europea viene insistiendo en que el 'procés' es un asunto interno español.

Con esta mano tendida al diálogo, Torra busca no contrariar a sus futuros consellers de ERC y a la dirección del PDeCAT, que tras el fiasco de la DUI abogan por parar la confrontación con el Estado y ampliar la base soberanista. Tras reunirse con Puigdemont en Berlín, la coordinadora general del PDeCAT, Marta Pascal, ha ensalzado este viernes la “vocación de dialogo absoluto” que tendrá el Govern Torra.

Aspectos simbólicos

Si Torra pedirá las reuniones con Juncker y Rajoy desde el despacho de Puigdemont es a día de hoy una incógnita. El candidato ha dicho “desconocer” si ocupará el despacho del president cesado. Desde JxCat se insiste que Puigdemont no ha puesto condiciones a Torra sobre el uso de las dependencias del Palau de la Generalitat y que será el nuevo president quien decida si trabaja en el despacho de su antecesor.

El despacho no será el único aspecto simbólico de la presidencia de Torra. El candidato ha avanzado que colgará un lazo amarillo de la fachada del Palau de la Generalitat para reflejar la situación de “crisis humanitaria con gente en la cárcel y el exilio” que, a su juicio, vive Catalunya. También se ha comprometido a crear un comisionado que evalúe los efectos del 155 y a impulsar un amplio programa de políticas sociales para revertir los seis meses de intervención del Gobierno central.

El domingo, la CUP

Para que la investidura de Torra se consume será necesario que la CUP mantenga el lunes las cuatro abstenciones que dará este sábado en la primera votación. Tres asambleas territoriales de la CUP –Barcelonès, Baix Llobregat y Tarragonès– han forzado un consejo político extraordinario el domingo para intentar que los anticapitalistas voten 'no' el lunes y precipitar así unas nuevas elecciones en julio.

Fuentes de la CUP no preveían este viernes un viraje de la abstención al 'no' y enmarcaban el debate del domingo en el enfado entre la militancia cupaire por la vuelta a un escenario “autonomista” por el que creen que apuestan JxCat y ERC. Aunque con la CUP nada se puede dar por seguro.

La oposición rechaza a Torra

La sesión de este sábado promete réplicas contundentes de la oposición al discurso de Torra. La más dura este viernes ha sido la jefa de la oposición, Inés Arrimadas (Ciudadanos), que ha acusado a Torra de “radical” y de defender un “nacionalismo xenófobo” por los tuits que escribió contra los españoles. Torra se ha disculpado a su manera, pidiendo perdón a quien pudiera haberse “sentido ofendido”.

El líder del PSC, Miquel Iceta, ha pedido a Torra que distinga entre su etapa de “activista” y de president, mientras que Xavier Domènech, de los 'comuns', ha considerado que Torra “es un buen candidato para Puigdemont pero igual no lo es tan bueno para el país”.

Desde Madrid, el Gobierno ha pedido “responsabilidad y madurez” a Torra, aunque ha advertido de que no le temblará el pulso si el Govern vuelve a la vía unilateral. “El Gobierno ha actuado con firmeza y no dudaría en actuar con más firmeza. Más claro agua”, ha avisado el ministro portavoz Íñigo Méndez de Vigo.

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