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Los padres acusados de encerrar a su hija para casarla en India alegan que la joven sufre problemas mentales

Manifestación feminista en India

Oriol Solé Altimira

Un cortauñas impactó en un coche de los Mossos d'Esquadra que patrullaba por el barrio barcelonés del Poble Sec el 7 de mayo de 2017. Cuando los dos agentes bajaron del vehículo, vieron a una joven gritar desde un balcón. La Fiscalía acusa a los padres y al hermano de la chica de retenerla contra su voluntad en el domicilio familiar con el objetivo de llevarla a la India a consumar el matrimonio concertado al que ella se oponía. Pide siete años de cárcel para los tres acusados.

La versión de los padres y el hermano en el juicio celebrado este lunes en la sección 3a de la Audiencia de Barcelona es muy distinta. Los tres lo han negado todo: han asegurado que su hija estaba de acuerdo y “feliz” con el matrimonio concertado en la India a principios del año pasado, y han alegado unos supuestos problemas mentales de la joven para explicar por qué la agarraron en el balcón mientras ella gritaba a la patrulla policial tras lanzar el cortauñas.“Mi hija hace cosas raras”, ha dicho el padre. También han negado retenerla en casa durante 24 horas contra su voluntad.

La joven, en su declaración como testigo, ha explicado que nada sabía del matrimonio concertado hasta que llegó a la India, y que expresó a sus padres su oposición al enlace al volver a Barcelona. De hecho, unos meses después se fue a vivir con una amiga por el conflicto abierto en su familia. El 7 de mayo, ha explicado, la llamó su madre para que fuera a casa. “Me prometió que no me iba a hacer nada ni a obligarme a casarme”, ha asegurado, mientras a su madre le daba un bajón de azúcar en el banquillo de los acusados, lo que ha obligado a suspender la sesión unos minutos.

Una vez en el domicilio, ha relatado, su madre le dio una bofetada y la agarró de los brazos cuando intentaba escaparse. La encerraron y no le dieron de comer hasta el día siguiente. De la habitación podía salir, pero no del piso, donde había tres cerraduras, que intentó romper con un cuchillo que le quitó su hermano. Después, ha añadido, su padre le colocó de forma violenta una almohada en la cara. Su madre y su hermano evitaron que la agresión fuera a mayores.

Al día siguiente, la joven se hizo con un cortauñas y esperó a que pasara un coche patrulla para lanzarlo desde un balcón. “Grité ayuda, ayuda!”, ha explicado. La Fiscalía da veracidad total al relato de la joven, que ha sido avalado por la amiga con la que se fue a vivir tras discutir con sus padres y los agentes de los Mossos que acudieron al domicilio familiar.

La fiscal también ha recordado que los informes médicos que se practicaron a la chica rechazaron cualquier tipo de trastorno mental. De ahí que haya mantenido la pena de siete años de cárcel para los padres y el hermano de la joven por un delito de retención ilegal en concurso con otro de coacciones, un delito leve de lesiones y otro de malos tratos. Eso sí, la chica ha pedido que, tras la sentencia, se retire la orden de alejamiento que sigue en vigor, petición a la que ha accedido la Fiscalía.

Por contra, las defensas de los tres acusados han solicitado la absolución ante la “dudosa veracidad y credibilidad” de la chica. Se basa la defensa en que un tío de la joven ha negado estar en el piso en el momento de los hechos, en contra de lo mantenido por ella cuando interpuso la denuncia en comisaría. También en que ante los Mossos aseguró llevar 700 euros en el bolso y en el juicio ha declarado que tenía 500 euros.

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