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Exhumada la primera fosa de la Guerra Civil en Catalunya de la veintena que la Generalitat abrirá en 2017

Exhumación de los restos en el Pallars

Arturo Puente

Figuerola d'Orcau (Lleida) —

En la primavera de 1938 el ejercito franquista se lanza sobre el territorio aragonés en una dura ofensiva que romperá la precaria línea de defensa republicana. Los golpistas aislaban así Catalunya y enfilaban la recta final de la Guerra Civil. Se forman entonces dos frentes principales: el más conocido, en el Ebro, donde tendrá lugar una de las batallas más decisivas, y otra en la comarca leridana del Pallars, entre Tremp y Sort, y en la frontera con Huesca.

La Generalitat ha elegido una fosa de este segundo frente, en el municipio de Figuerola d'Orcau, para abrir la primera de la veintena de fosas en las que intervendrán hasta final del año de acuerdo con el plan de fosas 2017-2018. El conseller al frente del área de memoria, Raül Romeva, ha asistido este miércoles a la exhumación de los restos de 17 personas que se encontraban enterradas en el exterior del cementerio de la localidad.

Desde la posguerra había información que revelaba la existencia de la fosa, transmitida de forma oral y mediante algunos documentos. En los últimos meses un equipo arqueológico había confirmado, gracias a una prospección, la existencia de la fosa y de restos óseos humanos. “Durante el levantamiento de esta fosa hemos encontrado restos de 17 individuos. Por los objetos encontrados, son soldados”, explica el arqueólogo Jordi Ramos.

Los restos serán ahora objeto de un estudio forense para tratar de identificar la identidad de los enterrados y, posteriormente, serán estudiados en el marco del Programa de Identificación Genética que la Generalitat ha puesto en marcha esta legislatura. Gracias a este programa se podrán cruzar los datos de los restos encontrados con los de los familiares reclamantes, lo que posibilitaría un número de identificaciones inimaginable antes de la existencia del banco de ADN.

17 soldados, probablemente sublevados

Tal como explica el equipo arqueológico, los 17 individuos encontrados en Figuerola d'Orcau son, muy probablemente, soldados. Las botas, hebillas, botones o cartucheras encontrados así lo atestiguan. Más difícil es determinar si son del bando sublevado, del fiel a la república o, quizás, están mezclados de ambos. Esta última posibilidad es, sin embargo, la más remota. Tal y como explica la antropóloga Nuria Armentano, lo más probable por las características del enterramiento es que pertenecieran al bando sublevado.

“No es una fosa donde estén mezclados o enterrados a toda prisa, en forma de fosa común”, indica Armentano, “están colocados de forma ordenada y muy bien enterrados, han dejado espacio entre ellos y los han colocado en las mismas posturas”. La hipótesis del equipo es que fueran jóvenes combatientes, muertos en la batalla o bien en el campo médico instalado en el pueblo.

La localidad de Figuerola d'Orcau, cercana a Tremp, fue escenario de la conocida como la batalla del Segre, ocurrida en mayo de 1938. Allí se estableció uno de los frentes en la lucha por el control del territorio, de importancia estratégica porque daba la llave de la producción hidroeléctrica generada en los valles de las inmediaciones. Esta energía alimentaba, entre otras poblaciones, Barcelona.

Las bajas producidas en las inmediaciones de Tremp en mayo de 1938 se calculan, según los partes de guerra del bando franquista, en unos 6.000 efectivos del ejército republicano y otros 2.000 del golpista. La hipótesis de trabajo del departament de Asuntos Exteriores, que deberá ser corroborada a partir de ahora, es que los restos encontrados extramuros del cementerio de Figuerola d'Orcau puedan pertenecer a miembros del bando sublevado que según la ley franquista debían ser trasladados al Valle de los Caídos, donde incluso podrían constar sus nombres, pero que finalmente no los llevasen.

Un acto “de justicia y democracia”

Pese a que esta es la primera fosa abierta en el plan de Romeva para 2017 y 2018, en Catalunya la Generalitat ha abierto fosas con anterioridad, la primera en 2004, aunque la recogida de restos óseos en superficie se lleva a cabo desde 1999. Durante estas casi dos décadas se han llevado a cabo además actuaciones en 18 fosas. En total, el hallazgo de restos exhumados o recogidos correspondería con unos 220 individuos. De hecho el pasado 11 de enero, la actual administración ya realizó una exhumación, fuera del plan previsto y a petición de unos familiares, precisamente en la localidad de Tremp.

“Esto es un acto de democracia y de justicia, porque no puede haber ni justicia ni democracia mientras haya cuerpos olvidados y desaparecidos”, ha apuntado el conseller Raül Romeva ante un nutrido grupo de periodistas y vecinos del pueblo. Según ha explicado, gracias al plan de fosas de la Generalitat se han documentado 129 fosas nuevas en el último año, que sumadas a las que ya había constituyen un detallado mapa con 500 fosas, entre probables y confirmadas, en el territorio catalán.

El plan del departament, en lo que se refiere a actuaciones en fosas, seguirá durante el mes de julio. Se prevén prospecciones, y en su caso exhumaciones, en varios municipios de la provincia de Lleida y las Terres de l'Ebre, como Alguaire, Artesa de Segre, Bancal de Soses o can Ranxet. Así hasta completar las intervenciones en los 18 lugares previstos. Sin embargo, según indican fuentes del departamento, el número de fosas podría finalmente variar, pues en ocasiones al abrir pueden encontrar que no haya restos óseos o, por el contrario, que haya más de una fosa.

“La vocación que tenemos es no quedarnos aquí. Este proceso, comienza tarde, 80 años tarde, pero ahora la voluntad es iniciar un camino que llegue hasta el final y que no se pueda parar”, ha explicado Romeva. Las intervenciones en fosas junto al Programa de Identificación Genética, ambas impulsadas esta legislatura, son el paso más importante que Catalunya ha dado en la recuperación memorística de la Guerra Civil.

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