La Fiscalía pide 56 años de cárcel para el profesor del Conservatorio de Cuenca acusado de abusos sexuales

La Fiscalía de Cuenca ha solicitado un total de 56 años de cárcel para el profesor del conservatorio de música de la capital por un delito contra la libertad sexual contra un menor de edad, cuatro delitos de abuso sexual a menores, dos delitos de agresión sexual a menor de edad, un delito continuado de exhibición de material pornográfico y cinco delitos contra la integridad moral. Así lo señala en un comunicado, según lo acordado en el procedimiento sumario ordinario del que se ha presentado un escrito de Calificación Provisional contra el procesado, cuyas siglas son J.M.M.T.

El procedimiento se inició en agosto de 2015, cuando las víctimas interpusieron denuncia en la comisaría de la Policía Nacional en Cuenca. Entonces, se acordó de manera cautelar la prohibición de aproximarse a menos de 300 metros, así como comunicarse con las víctimas y acudir al Conservatorio de Cuenca , medidas que continúan vigentes. Según el relato de los hechos, los presuntos abusos y agresiones se habrían realizado entre los años 1995 y 2015, cuando el acusado ejerció como profesor impartiendo clases de piano.

La actuación del acusado se habría llevado a cabo durante el desarrollo de su actividad docente, en la cual trataba con niños desde los 8 años en adelante, comportando. Según informa la Fiscalía la “pauta habitual de actuación en sus clases” era “someter a los alumnos de continuos actos de menosprecio con actitudes marcadamente intimidantes , tales como empleo de tono de voz elevado en las correcciones, así como insultos y golpes a mobiliario , minando con ello la autoestima y voluntad de los mismos, manifestándoles que él era el mejor profesor y sin él no llegarían a ser nada”.

Esto “originó importantes distorsiones en el desarrollo emocional y afectivo de un número plural de alumnos durante el tiempo que desarrolló su actividad profesional”. En cuanto a las alumnas, el comunicado señala que, mientras eran menores de edad, “el acusado habitualmente les hacía objeto de actos y expresiones atentatorios contra la libertad sexual”. De este modo, el acusado tenía “control psicológico sobre los alumnos”, así como un “importante grado de dependencia emocional de estos”, debido a su “escaso desarrollo y grado de madurez” y también debido al entorno en el que tuvieron lugar los abusos denunciados.

Por otra parte, la Fiscalía destaca que “en el desarrollo ordinario de la docencia, procedió de forma encadenada, sin solución de continuidad, durante los cursos académicos que impartió clase, con la finalidad de satisfacer sus deseos sexuales a someter a las alumnas de sexo femenino a plurales actos atentatorios contra su indemnidad y libertad sexual de diferente intensidad”. Mientras tanto, se hacía objeto de “humillaciones y acciones vejatorias permanentes y notoriamente perniciosas para su desarrollo psicofísico” a otros alumnos.

Además de las penas de cárcel, se solicita inhabilitación especial para el ejercicio de la docencia así como penas de multa y prohibición de aproximación y comunicación con las víctimas y libertad vigilada.