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El “techo de cristal” que impide a las científicas llegar a lo más alto

Semana de la Ciencia en el Campus de Toledo / UCLM

Alicia Avilés Pozo

Hace tan solo dos años la ONU proclamó el 11 de febrero como Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Desde entonces, un grupo de investigadoras y comunicadoras científicas coordinan la ‘Iniciativa 11 de Febrero’ para canalizar el esfuerzo de todas las personas que quieran participar. El propósito es lograr el acceso, la plena participación y el empoderamiento de las mujeres y las niñas en la ciencia y visibilizar el trabajo de las científicas, así como fomentar la vocación investigadora a través de la creación de roles femeninos. Para lograrlo, numerosos colectivos e instituciones han organizado más de 240 actividades en 39 provincias. Desde la Facultad de Ciencias Ambientales y Bioquímica de Toledo se suman a esta conmemoración incluida en la Semana de la Ciencia, con actividades en el Campus de Toledo.

Con motivo de esta celebración, la investigadora y profesora de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) María José Ruiz, que fue decana de esta Facultad, repasa el papel de la mujer en la Ciencia, en particular, y DE la vocación científica en general. Desde su punto de vista, por un lado, ya no existen impedimentos para que las mujeres puedan licenciarse o doctorarse en este tipo de disciplinas. “Hoy en día, en cuanto a oportunidades de acceso en Grado, Máster y Doctorado, es igual de fácil para hombres que para mujeres”, alega, pero por otro lado, señala que sí hay complicaciones a la hora de llegar a “los estamentos más altos en ciencia”, es decir, a cátedras y órganos de decisión, aunque también “se va a avanzando poco a poco”.

Sucede lo mismo en cuanto al acceso al mercado de trabajo: “veníamos de muy abajo, con lo cual mejorar no es difícil, pero no está totalmente superado”. De hecho, explica que dentro de las iniciativas que buscan favorecer el acceso a estudios científicos, se está potenciando que sean las mujeres las que accedan. Pero no es suficiente. La profesora considera que “hay muy pocas vocaciones científicas” y que dentro de la gente que estudia ciencias, las mujeres siguen representando mucho menor porcentaje. Detalla que no se da en todas las carreras, pero sí con carácter generalizado en Física, en las ingenierías y en Informática.

¿Dónde está el problema? En la práctica. “De la Ciencia uno se enamora cuando la practica. Si las clases son demasiado teóricas, sin hacer experimentos sencillos, sin ver lo bonito que es hacer una hipótesis y poder comprobarla, la Ciencia aburre porque no se ve la parte chula, la experimentación”, opina la investigadora. Por eso no duda de que si se aplicaran unas metodologías más activas en los colegios, “donde los niños hiciesen experimentos desde muy pequeños”, se favorecerían muchísimo vocaciones científicas. “A todos nos gusta hacer experimentos y eso podemos trasladarlo a la Física, a la Química y a la Informática”, subraya.

“Solo invirtiendo en que la formación sea más práctica y que se acceda a la parte experimental antes que a la teoría, que es más complicada, aumentaría la motivación de los chicos y las chicas para estudiar Ciencia”, afirma. Y pone como ejemplo la encuesta que realiza todos los años a sus alumnos de 1º de Bioquímica donde pregunta cuántos de ellos han pasado por un laboratorio mientras hacían el Bachillerato de Ciencias. Este año, el resultado ha sido que solo el 48% había hecho alguna práctica de este tipo. “Eso es una pena y hay que cambiarlo”.

Además, María José Ruiz es una apasionada de la divulgación científica y parte de su actividad consiste en acudir a los colegios a realizar actividades prácticas, donde realiza experimentos “con cuatro cosas”, todo materiales caseros, y de las que los niños “salen emocionados”. “Para cultivar el espíritu científico de los niños y las niñas no hacen falta grandes medios, sino despertarles la curiosidad y eso solo se puede hacer si son ellos los que hacen los experimentos. Si tú primero te enamoras de la disciplina, estudiarás lo que haga falta”.

Ella ha podido comprobarlo durante sus clases y también desde que se organiza la Semana de la Ciencia en la Universidad, una actividad que incluso realizan con voluntarios si no hay presupuesto para ello. Llevan a alumnos de institutos a los talleres y demuestran la sencillez de algunos experimentos. Con ello además demuestran a los profesores de Secundaria lo que puede hacerse sin apenas dinero. El éxito que obtienen también ha hecho que les inviten de varios institutos para asistir a sus semanas culturales con estos talleres de Ciencia.

Este año, con motivo de las celebraciones, el próximo martes, día 13, han programado varias actividades en el Campus de Toledo: una proyección de un vídeo elaborado por alumnas sobre la vulneración de los derechos de autor en mujeres científicas, una charla sobre mujeres en Matemáticas, y un taller, que imparte la propia María José Ruiz, también sobre la cuestión de derechos de autor en las mujeres, con el que realiza una retrospectiva y con el que se puede extraer la conclusión que “la igualdad avanza pero queda mucho por hacer”..

Finalmente, la profesora concluye insistiendo en la necesidad de despertar las vocaciones desde la infancia con la ciencia aplicada a cada disciplina. “Si estamos hablando de flores, hay que tocar las flores, hay que quitarles los pétalos y ver los pistilos; que no sea en el libro, porque en el libro no motiva nada. Y en el caso de las chicas, en este momento, tanto en Primaria como en Secundaria, si fomentamos las vocaciones de esta manera, lo harás con plena igualdad entre los dos géneros y ese efecto se propagará de forma simétrica. Después, en el desarrollo de la carrera científica, lo más urgente es romper ese techo de cristal y permitir que las mujeres tengan acceso a la parte alta del escalafón científico”, concluye.

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