‘The Young Pope’: “Soy una contradicción como el propio Dios, que es uno y trino”

El napolitano Paolo Sorrentino se ha convertido en estos últimos tiempos en uno de los directores a seguir; aunque, la carrera del italiano empezó en 2001 con ‘L’uomo in piú’, y tras ganar la Palma de Oro con ‘Il Divo’ en 2008, su salto definitivo al panorama internacional lo dió con ‘La Gran Belleza’ en 2013 que le supuso ganar ese mismo año el Oscar a Mejor Película de Habla no Inglesa. En 2015 estrena su último film, ‘La Juventud’, cinta que nuevo le está colmando de nominaciones y galardones. Una forma muy característica y peculiar de contar historias que ya no solo cautiva a la gran pantalla sino también a la pequeña con ‘The Young Pope’, un estreno televisivo que no está pasando desapercibido en el universo seriéfilo.

Este proyecto es una coproducción que une a cuatro gigantes del medio televisivo: HBO, Sky, Mediapro y Canal+. Paolo Sorrentino, admirador del gran Federico Fellini, escribe y dirige en su totalidad los diez episodios de los que consta esta primera temporada y, que ya prepara la segunda tras su renovación -lograda antes de su estreno-. El actor británico Jude Law, con necesidad de un gran éxito que le vuelva a colocar en primera plana, es el protagonista de ‘The Young Pope’, al que le acompaña un reparto internacional con nombres como Diane Keaton, Javier Cámara o Silvio Orlando, entre otros.

La historia se sitúa en el Vaticano, en el epicentro católico, cuando Lenny Balardo (Jude Law) es elegido como Papa ante todo pronóstico; además, no solo se convierte en uno de los Sumo Pontífices más jóvenes de la historia, sino también, en el primero en ser de origen norteamericano. Su nombre papal es Pío XIII, clave continuista del legado del díscolo y polémico Pío XII. La idea de renovar y modernizar la iglesia, tras su elección, se trunca cuando Balardo se descubre ante todos como alguien contradictorio, intransigente y vengativo.

El primer episodio es demoledor -el discurso inicial y final- y un segundo en el que deseas imperiosamente seguir descubriendo más sobre esta historia de poder, corrupción y conspiración en la sala de máquinas de la Iglesia católica; además, la serie contiene una crítica ácida y mordaz sobre sus estamentos, dogma y contradicciones. Sorrentino con ‘The Young Pope’ no deja indiferente a nadie y, sobre todo, da donde más duele a todos los católicos.

Sorrentino consigue una obra tan evocadora y magnética como lo es ‘La Gran Belleza’. De hecho, al ser una serie de televisión -un productor menor en una época muy lejana- no ha coaccionado ni lo más mínimo al italiano para mostrar ambición en cada plano, en cada escena y en cada secuencia de ‘The Young Pope’. Paolo vuelve a recurrir a Luca Bigazzi como director de fotografía para lograr que cada minuto del metraje se convierta en un pequeño cuadro pictórico. Un estilismo formal que pocas veces se ve en un producto televisivo.

Si algo tenía claro el maestro del suspense Alfred Hitchcock en toda su carrera cinematográfica es que es mejor mostrar en imágenes -si se puede- que explicar en palabras. En ‘The Young Pope’ lo extraordinario de su narración reside en la lírica poderosa de sus imágenes y en la fuerza de sus silencio. El napolitano logra expresar a través de la metáfora y el simbolismo conceptos e ideas que calan instantáneamente en la mente de un espectador activo, sin recurrir a la simpleza de la palabra. En esa poética la ficción viaja a través de nociones contrapuestas: amor y odio, virtud y vicio, terrenal y divino, santa y pecadora, puro e impuro, etc.

Las ideas narrativas y visuales refuerzan ese carácter iconoclasta, irreverente, exuberante y provocador de ‘The Young Pope’. Ese espíritu impregna el texto y convierte cada gesto, desde el más puro hasta el más cotidiano, en un irremediable pecado. Una retórica que contiene toques surrealistas mezclados con un humor hiriente y sarcástico que completan una radiografía muy completa de las contracciones, miserias y dificultades del clero.

Habría que preguntar a Jude Law si se ha sentido agusto interpretando a Lenny Balardo, Pío XIII, aunque creo que viendo el fantástico resultado en pantalla, no haría ninguna falta, porque está soberbio. El actor está brillante en un papel que parece estar hecho a medida para él: carismático, magnético, contradictorio, irreverente, vengativo, sarcástico e inteligente. Un personaje complejo construido y cuidado hasta el más mínimo detalle que seguramente le valga más de una nominación en próximos premios.

Sin embargo, ‘The Young Pope’, no sería lo mismo sin esos otros personajes extraordinarios que pueblan la historia: Cardenal Voiello, interpretado brillantemente por Silvio Orlando, experto en los tejemanejes internos del Vaticano y enemigo íntimo de Lenny que viene a representar los valores más rancios e inmovilistas de la Iglesia católica; Sor María, interpretada por Diane Keaton, lo más parecido a una madre que tuvo de Balardo de joven; Cardenal Spencer, le da vida James Cromwell, pierde su oportunidad de ser Papa en favor de su pupilo; y, por ejemplo, Cardenal Gutiérrez, interpretado por el español Javier Cámara, afable y temeroso que irá ganando poco a poco la confianza del Pío XIII. En definitiva, una paleta de personajes que llenan de complejidades y matices el relato.

La serie creada por Paolo Sorrentino dará mucho que hablar y, sin duda, estará en mi lista de mejores ficciones del año. Un producto de extremada calidad que se verá en España gracias al más que inminente aterrizaje de HBO en nuestro país. Recomedada queda.