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Por qué nos atraen unas personas y no otras

Darío Pescador

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El enamoramiento se explica en términos místicos y casi épicos. El flechazo, caer fulminadas, estar bajo el hechizo de alguien. Pero en realidad todo se reduce a un tráfico alterado de neurotransmisores en nuestro cerebro. Cuando la gente habla de que sienten “química” con alguien, están poniendo el dedo en la llaga.

La atracción sexual está mediada por las hormonas sexuales, testosterona y los estrógenos. La sensación inicial de euforia está controlada por la noradrenalina, que estimula la producción de adrenalina y provoca que el corazón se acelere y las palmas de las manos suden, y la dopamina, la sustancia química que nos motiva y nos produce sensación de recompensa. Por último, la atracción más duradera obedece a la oxitocina, que nos produce sensaciones de confianza, seguridad y cercanía a otras personas.

Pero nada de esto explica por qué hay personas que nos provocan otras sensaciones mientras que otras nos dejan fríos. ¿Qué hace que alguien nos haga perder la cabeza? ¿Nos sentimos atraídos por un tipo de terminado de persona? Sorpresa: más química. Estos son los factores que nos enamoran:

El olor

El olor de cada persona es único, y aunque parezca de menor importancia, determina en gran medida la atracción que sentimos. Al igual que las hormonas, las feromonas son sustancias químicas que nuestro cuerpo desprende a través nuestro sudor y otros fluidos corporales. Si eres un insecto, una musaraña o un lagarto, las feromonas son irresistibles y mandan sobre el organismo. Sin embargo en los humanos no está tan claro, ya que, aunque el olor influye, también hay otros muchos factores.

¿Cuánto influye el olor? En un estudio, se pidió a las participantes que calificaran el olor de varias camisetas que unos hombres voluntarios llevaban puestas día y noche. En general, las mujeres preferían los olores de los hombres que tenían perfiles de genes resistentes a las enfermedades, y que complementaban los suyos. Esto se denomina histocompatibilidad, y es un mecanismo para producir bebés fuertes y sanos, resistentes enfermedades. Además, se supone que las feromonas son un mecanismo que evita la consanguinidad y que están detrás de una menor atracción por miembros de nuestra familia.

Los parecidos se atraen

Aunque nuestra nariz nos lleve a buscar ciertos perfiles genéticos, eso no impide que nos sintamos atraídos por las personas que se nos parecen, tanto física como psicológicamente. Aunque había teorías anteriores que sugerían que buscamos a personas que nos complementen (polos opuestos se atraen), prácticamente no hay estudios que lo justifiquen. Al contrario, los datos de un estudio con más de 45.000 personas en todo el mundo indican que nuestras parejas y nuestros amigos tienden a ser similares en edad, nivel educativo, raza, religión, actitudes e inteligencia general. El estudio comprobó que las personalidades de las parejas felices coincidían en un 86% de las ocasiones.

Sin embargo, esta no es toda la historia. y las personas demasiado iguales pueden no durar mucho juntas. El motivo es nuestro impulso hacia el crecimiento personal, o dicho de otra forma, evitar el aburrimiento, lo que hace que instintivamente busquemos a alguien que nos desafíe lo justo para crecer y evolucionar junto con esa persona.  

La belleza

Es innegable que nos sentimos atraídos por la belleza, pero ¿cómo se define la belleza? Parece que la evolución también tiene mucho que ver aquí. Por ejemplo, tener una cara simétrica se considera generalmente un rasgo atractivo. Aunque belleza de un rostro cambia mucho en diferentes culturas, los estudios han descubierto que la simetría está relacionada con la percepción de una ausencia de mutaciones genéticas y otras enfermedades. 

La belleza percibida del cuerpo es otro factor determinante. De nuevo, las preferencias están incluidas fuertemente por la cultura, pero los científicos han encontrado que, en general, los hombres encuentran más atractivas a las personas que tienen una relación entre las medidas de caderas y la cintura cercana a 0,7, es decir, la forma de reloj de arena. En el caso de los hombres, las mujeres buscan también esta relación entre la anchura de los hombros y la cintura. Sin embargo, nuevos estudios indican que el índice de masa corporal, la relación entre la altura y el peso, predice mejor la atracción. En el caso de las mujeres el estudio determinó que el IMC más atractivo estaba alrededor de 20, un tipo corporal delgado, pero significativamente mayor que los cuerpos de las modelos que se ven en los medios y redes sociales.  

La experiencia vital

Nuestras experiencias, aprendizajes y, sobre todo, traumas, también determinan qué personas nos resultan atractivas. Esto ocurre a un nivel muy primario: se ha comprobado que nos sentimos atraídos por las caras que nos resultan familiares. Esto a veces incluye nuestro propio rostro, por lo que en otros casos nos podemos sentir atraídos hacia personas que se nos parecen. 

Además nos sentimos más atraídos por personas con intereses, habilidades y personalidades que nos resultan familiares. ¿Y qué ocurre si no conocemos a la persona? No hay problema, nuestro cerebro tiende a atribuir una personalidad determinada a alguien solo por su aspecto y lenguaje corporal.

La combinación de los factores anteriores, y otros muchos, es la receta de la atracción. Esto explica por qué una persona puede resultar atractiva en redes sociales y tener miles de seguidores. Sin embargo, es fácil que terminemos discutiendo sin fin con nuestras amistades sin son más o menos atractivos. En fin, sobre gustos no hay nada escrito. 

* Darío Pescador es editor y director de la revista Quo y autor del libro Tu mejor yo publicado por Oberon.

Foto: Pedro Ribeiro Simões