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El autor del mural de Fermin Muguruza denunciado por la extrema derecha: “Es un ataque a la libertad de expresión”

Mural de Toni Espinar en el instituto Joan Fuster de Bellreguard.

Lucas Marco

València —

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Toni Espinar, pintor, restaurador y muralista, no sale de su asombro.

El pasado 23 de marzo se inauguró su mural dedicado al cantante y cineasta vasco Fermin Muguruza en el instituto Joan Fuster de Bellreguard. Aprovechando la visita de Muguruza a la localidad de la comarca de La Safor para presentar su película Black is Beltza 2, Espinar le dio una sorpresa al músico con un enorme mural en el centro docente. La asociación 'Educadores contra el Adoctrinamiento' presentó una querella por un presunto delito de enaltecimiento del terrorismo, con penas de uno a tres años de prisión, contra el equipo directivo del centro. El titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Gandia admitió a trámite la querella y citó a seis responsables del equipo directivo del instituto, en calidad de investigados, para el próximo 26 de marzo, según han confirmado fuentes judiciales.

El autor del mural sostiene que se trata de “un intento de censura, de ataque a la libertad de expresión y de educación”. Por su parte, José Luis Castellano, director jurídico de la entidad querellante, argumenta que se trata de un presunto delito de enaltecimiento del terrorismo. “Según tenemos investigado, hubo una charla posterior, se sacó a todos los críos al patio a recibir al individuo y se le acompañó con una charanga”, afirma el letrado.  

El autor del mural lo niega de plano: “No dio ninguna charla. Agradeció y habló sobre la necesidad y lo bonito que es tener una lengua propia que enriquece el panorama general”. Fuentes municipales consultadas por este diario coinciden con esta versión: “Dijo unas palabras de agradecimiento y habló de la importancia de hablar diferentes lenguas, ni más ni menos”.

El PSPV-PSOE y Compromís mantienen una coalición de gobierno en los últimos tres mandatos en la localidad. El área de Cultura del Ayuntamiento de Bellreguard organizó junto con el Centre de Desenvolupament Rural de La Safor la proyección de la película de Fermin Muguruza. Tras el ofrecimiento de Espinar para realizar un mural en homenaje al cantante, el instituto Joan Fuster cedió una pared de sus instalaciones. Todo ello tras la aprobación por parte del consejo escolar.

La querella, a la que ha tenido acceso elDiario.es, afirma que Muguruza “impartió una charla a todos los alumnos del centro (sin permiso ni conocimiento de sus familias) en la que se trató de ensalzar la 'lucha armada' de unos meros cobardes asesinos, así como de adoctrinar e identificar los viles asesinatos de ETA con una supuesta lucha por algún derecho y/o libertad individual”.

La entidad ultra, que se ha exhibido en sus redes sociales en actos de Vox, describe al artista vasco como un “distinguido activista batasuno” y alude a la canción Sarri Sarri de Kortatu, la mítica banda liderada por Fermin Muguruza entre 1984 y 1988. Se da la circunstancia de que la expresidenta del PP valenciano, Isabel Bonig, se declaró fan de Kortatu, entre otros grupos vascos como Eskorbuto.

La asociación 'Educadores contra el Adoctrinamiento' no comparte los gustos musicales de Bonig y tilda a Muguruza de “conocido filoetarra” que con sus creaciones intelectuales “viene de manera sostenida en el tiempo justificando y defendiendo intelectualmente los abyectos y cobardes crímenes cometidos por la banda terrorista ETA”.

Sin embargo, Muguruza fue uno de los referentes culturales de la izquierda abertzale (probablemente el más conocido) que pidió públicamente a ETA que renunciara a la violencia con ocasión del asesinato del concejal socialista de Mondragón Isaías Carrasco en 2008. Fruto de una larga conversación publicada en la revista Jotdown entre Fermin Muguruza y Eduardo Madina, exdiputado del PSOE víctima de un atentado de ETA en 2002, nació el cómic Los puentes de Moscú (Astiberri, 2018), obra de Alfonso Zapico, que retrata la amistad entre ambos y las complejidades de la memoria de la violencia, del proceso de paz y de la reconciliación en el País Vasco.

'Educadores contra el Adoctrinamiento' reseña los supuestos “cortos para el cine” de Muguruza, que “intentan justificar y blanquear la actividad asesina de la banda terrorista, ofreciéndola una supuesta justificación intelectual”. En realidad, las últimas creaciones de Muguruza son las dos entregas de Black is Beltza, largometrajes de animación de 86 y 87 minutos de duración, respectivamente.

El letrado José Luis Castellano explica que la entidad nació por la preocupación ante “situaciones en los colegios hoy en día de cómo se está dejando de lado el consentimiento paterno y se están haciendo cosas que los padres o no están informados o no han prestado consentimiento”. En ocasiones, los activistas contactan con el centro educativo o el ayuntamiento en cuestión y plantean requerimientos para que “se detengan” actos didácticos “si es que no ha habido ese consentimiento”.

En el caso de Bellreguard, una familia alertó a la entidad, aunque cuando la asociación les planteó posibles acciones contra el mural, “les dio miedo”. A los responsables de 'Educadores contra el Adoctrinamiento' la situación les pareció “muy grave”, según afirma su responsable jurídico, y optaron por querellarse. “Es de las pocas querellas que hemos puesto nosotros”, afirma.

La citación para declarar como investigados a seis responsables del centro docente ha causado temor en el ámbito educativo, según indican fuentes municipales. El autor del mural rechaza el supuesto enaltecimiento del terrorismo. “A mí acusarme de eso me parece totalmente fuera de lugar y sin ningún fundamento, puedo estar relacionado con el cómic o con la reivindicación medioambiental, pero que me relacionen con ETA me parece una gilipollez”, dice Toni Espinar. “Mis mensajes siempre son muy genéricos, para que cada uno interprete a su manera, pero siempre constructivos”, apostilla.

El autor enmarca el mural en la reivindicación de la memoria democrática y de la diversidad lingüística. La obra también retrata las influencias musicales de Fermin Muguruza, tales como los míticos The Clash o Public Enemy.

La querella, que pide la retirada del mural y medidas penales “contra los autores de estos hechos”, alude a frases contenidas en la obra como “Fight for your rights” (lucha por tus derechos) o “Sense memòria no hi ha aprenentatge” (sin memoria no hay aprendizaje), además de “otras consignas y símbolos unidos a la simbología de la banda terrorista”. Sin embargo, lo más parecido a la simbología de ETA que aparece en el mural son dos hachas cruzadas en forma de equis, el logotipo de Negu Gorriak, la banda musical liderada por Muguruza entre 1990 y 1996.

No se trata ni mucho menos del primer intento de censura relativo a la figura de Fermin Muguruza. En 1993 el general de la Guardia Civil Enrique Rodriguez Galindo, condenado por la guerra sucia contra ETA, se querelló contra Negu Gorriak por una canción de su segundo álbum, Gure Jarrera. El Tribunal Supremo acabó tumbando la querella siete años después. El ultra Santiago Royuela fue condenado a seis años de prisión por la colocación de un artefacto explosivo en un concierto de Muguruza en Barcelona en 2000. El cantante también ha sufrido innumerables intentos de censura de sus conciertos en España.

La última querella, de la entidad 'Educadores contra el Adoctrinamiento', afirma que el “acto” de Bellreguard “se adornó con música y paseo por los patios del centro como si se tratara de un personaje digno de recibir honores por algún tipo de logro intelectual, cultural o moral” y pide que testifique “un testigo de cada partido político con representación” en el consistorio de La Safor.

Sin embargo, el instructor se ha limitado a aceptar a trámite la querella y sólo ha acordado la declaración de seis responsables del centro docente. Las diligencias se encuentran en una fase muy incipiente. Por su parte, José Luis Castellano no descarta que, durante la instrucción (si es que el juez no acuerda el sobreseimiento de la causa tras las declaraciones de los investigados), “se puede derivar algún imputado más, como gente del ayuntamiento”.

Un veterano muralista

Tampoco se trata del primer intento de censura a un mural de Toni Espinar. Hace cinco años un párroco de Cartagena denunció que una de sus obras, pintada en el festival One Urban World, en el marco del certamen cultural Mucho Más Mayo, contenía imágenes supuestamente “ofensivas para los cristianos”. La entidad Abogados Cristianos pidió al consistorio que borrara el mural. “Me quedé a cuadros”, rememora Espinar. En la pieza, a modo de homenaje a un amigo fallecido, aparecía una mujer vestida de romana “con un 'alien' saliendo de la panza”, según el autor. 

Los detractores de la obra interpretaron que el artista había pintado “la estampa con la virgen María dando a luz a Jesús con forma de alien”, relata Toni Espinar. “Lo uso en mi iconografía al 'alien', es un rollo pop”, aclara el muralista.

Aquel intento de censura fracasó: “Ahí se acabó la película, no lo borraron y ahí está el mural. Hicieron mucho ruido, como en este caso de Bellreguard, pero al final todo quedó en nada”.

El artista, que lleva desde finales de la década de 1980 pintando murales reivindicativos, se declara afectado “emocionalmente” por la querella de 'Educadores contra el Adoctrinamiento'. “Me parece una descontextualización total, es como si dices que el arte es ETA”, concluye.

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